Bancos, inmobiliarias o clínicas: ¿quiénes ganarían con el retiro de fondos de las pensiones?

Una disputa que ya no solo interesa a los pensionados, los trabajadores y las administradoras de fondos, sino que ha sumado a la mesa a varios peces gordos del sistema económico local.

Cuando la Profesora de Antofagasta, María Angélica Ojeda, inició su cruzada para poder retirar de una sola vez los fondos ahorrados en su AFP sus objetivos estaban claros. En múltiples entrevistas, la docente y activa militante comunista estableció que el sistema previsional le estaba negando el acceso a su propiedad (los fondos) y que con ello se le impedía, por ejemplo, pagar su casa, por la cual actualmente pagaba un dividendo que excedía su pensión.

Sin embargo, tras el intenso debate que logró articular con su demanda, la que incluso ha llegado a ser admitida por el Tribunal Constitucional, los que tomaron el guante de su propuesta no han sido sus compañeros de partido (el PC) ni sus colegas de lucha (del movimiento No+AFP), sino que dos aliados, por así decirlo, improbables: la Democracia Cristiana, cuyos diputados presentaron una indicación a la reforma de pensiones para permitir el retiro de fondos previsionales de los jubilados para el pago de deudas hipotecarias, y el Gobierno, que en voz del propio Presidente Sebastián Piñera ha señalado que lo que les parece razonable es permitir o flexibilizar las normas de retiro en casos justificados como la constatación de una enfermedad terminal.

Así las cosas, los fondos previsionales pasaron a sumar tres nuevos actores privados que miran con interés el destino de la reforma del gobierno: los Bancos, instituciones para las cuales la disputa por ingresar al “mercado previsional” no es nueva y que en las sucesivas reformas al sistema han logrado ir permeando progresivamente los límites que originalmente les imponía el sistema; las empresas inmobiliarias y constructoras, que también llevan un tiempo impulsando modificaciones legales que les han permitido ser sujeto de inversión para las AFPs, pero que ahora podrían ver un segundo impulso a su mercado por la vía de un fondo de cobertura de crédito que probablemente mejore sustancialmente las herramientas de financiamiento a las que acceda una parte importante de la población que, en las condiciones actuales, dado que los fondos previsionales son inembargables, no cuentan con garantías monetarias para apalancar un crédito hipotecario.

A esta lista de actores de peso, con probadas credenciales como gestores de sus intereses en las sedes legislativas y de gobierno, se suma ahora otro gran potencial beneficiado: las clínicas privadas, que podrían acceder al fondo de pensiones de sus pacientes para pagar la cuenta que éstos mismos dejen al momento de perder la lucha contra enfermedades de alto costo. La primera en encender las alertas sobre esta nueva vía de financiamiento fue la Senadora Democratacristiana Carolina Goic -cuyo partido es impulsor de la otra variante de retiro, la hipotecaria- quién señaló ayer, en un punto de prensa en el Congreso, que, con su propuesta de retiro de fondos “Piñera quiere que los enfermos terminales además paguen la cuenta”.

De esta forma, Gobierno y Democracia Cristiana, que hasta hoy se han visto mutuamente como los dos actores que podrían dar viabilidad a un acuerdo legislativo para reformar el sistema de pensiones, están terminando enfrascados en una disputa que ya no solo interesa a los pensionados, los trabajadores y las administradoras de fondos, sino que ha sumado a la mesa a varios peces gordos del sistema económico local. Habrá que ver quién gana en esta pelea de perros grandes.

 

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