La reforma del ministro neoliberal de la Educación chilena

Para Lavin las relaciones de mercado son el modelo ideal de las relaciones que priman en el ordenamiento social, esto significa que las leyes de la economía de mercado son objetivas, naturales, por lo tanto no deben ser arbitradas o reguladas por el estado o por instancia alguna.

Escribe Dr. Enrique Villanueva Molina, académico.

Vamos a partir diciendo que el gobierno de Piñera es neoliberal y que es de derecha, sin rodeos, lo que significa que es exponente de una ideología que ubica la economía del lucro y la especulación como el eje de las políticas sociales, económicas y de la política. Un sistema económico que transforma todos los ámbitos de la vida cotidiana en un espacio de negocios, por tanto la educación, como lo es la salud, la recreación, la energía, no se pueden escapar de entrar a esta larga cadena de especulación con el dinero, de lo cual el presidente Piñera es experto.

Lo segundo es que el ministro Lavín es un dirigente fundador de la  UDI, por lo tanto no solo profesa sino que es un defensor a ultranza de la doctrina económica neoliberal, la cual concibe las relaciones mercantiles como un eje ordenador, no sólo de la economía, sino que de la educación y de la existencia colectiva. Lo anterior es importante de conocer para poder entender la reforma educacional que este protende imponer en Chile, y muy importante para los  dirigentes estudiantiles, para no dejarse engañar con cuentos  de sirena y de llamados a diálogo  engañosos.

Para Lavin las relaciones de mercado son el modelo ideal de las relaciones que priman en el ordenamiento social, esto significa que las leyes de la economía de mercado son objetivas, naturales, por lo tanto no deben ser arbitradas o reguladas por el estado o por instancia alguna. Esta doctrina trasladada a la  educacion lo que hace es legitimar el poder del dinero, segregando el acceso a la educacion de calidad a quienes tienen el poder económico, es decir, matriculas en universidades caras es sinonimo de ingresos selectivos, mejor educación, excelencia academica, vinculos e intercambio con el mundo exterior y matriculas de segundo y tercer nivel, van a significar ingresos masivos, alta desercion por incapacidad de pago al sistema financiero y en el mejor de los casos solo educacion a medias.

Respecto de si el ministro esta preocupado por las manifestaciones del mundo estudiantil, la verdad es que no lo creo asi, ya que para la UDI el verdadero poder y el gobierno real de la nación no radica en la democracia, en su óptica, esta no es mas que uno de los instrumentos -y no el único- de los que disponen las sociedades para dirimir pacíficamente conflictos entre poderes. En tal sentido, la democracia consiste esencialmente en la realización de elecciones periódicas que, al fin de cuentas, reproducen la competencia mercantil.

No nos olvidemos que el Ministro Lavín fue educado con los “Chicago boys”, se destacó como miembro de las juventudes pinochetistas y hoy, es accionista y dueño de una importante universidad privada y en ejercicio. Por lo tanto y mas allá de las posturas de su cuento aparentemente conciliador de “centro derecha” el ministro lo que esta haciendo es llevar adelante las políticas de este gobierno neoliberal, del cual es parte en cuerpo y alma.

Por esta razón no escucha las demandas de los estudiantes y de los profesores por una educación publica y de calidad, porque su visión y su decisión bajo la lógica economicista que postula, es que la educación pública es ineficaz, por tanto la solución es la privatización de los servicios educativos y la aplicación de parches y reformas de dudoso beneficio social. En un reciente programa televisivo el ministro Lavín dejo bien claras sus ideas, y las de su gobierno, estableciendo públicamente cuales, según su visión neoliberal-económica, son los hitos que marcan el irremediable camino de la educación, exigiendo que como sistema este debe ser integrado al “funcionamiento natural de las leyes del mercado y de la mayor eficacia de lo privado frente a lo público”.

Por eso Lavín no se cansa de satanizar al Estado de la crisis de la educación, según el,  “por su excesivo intervencionismo en el pasado”, procurando que éste tenga las mínimas atribuciones posibles en este ámbito, privilegiando lo económico sobre lo político y lo social. Es decir lo que busca es ponerle fin a lo que queda de la ya deteriorada educación publica, con el argumento de que sus problemas se resolverán con una mejor gestión por parte de los propios clientes en el mercado, es decir de los estudiantes y sus familias.

Pero ojo que este discurso de la eficiencia es engañoso, impone el supuesto de que la eficacia es un atributo exclusivo del sector privado, habla de desarrollar un sistema “más eficaz” supuestamente basado en el mérito y en el esfuerzo individual y anuncia medidas de control y evaluación de la calidad de los sistemas educativos, creando nuevos organismos de control y acreditación, en los cuales la mayoría de sus directores son los mismos fieles exponentes del negocio y del lucro en la educación.

Sin embargo esto solo pasa en Chile, porque no se conoce ningún caso en el cual, en primer lugar, la privatización pueda demostrar una mejora en la calidad de la enseñanza, ni que las escuelas y las universidades privadas funcionen mejor que las públicas, ni que el  juego del mercado sea sinónimo de calidad. En la reforma Británica por ejemplo en 1988, se instauró una política de competencia abierta entre centros escolares para que las escuelas se responsabilizaran por los resultados obtenidos y compitieran por atraer al alumnado, se les dio a las mismas libertad para obtener ingresos adicionales mediante la utilización de las instalaciones fuera del horario escolar y el cobro por actividades extracurriculares; y se regularon aspectos curriculares desde la administración central, entre otras cosas.

La puesta en práctica de este modelo neoliberal en educación falló, como lo hará la idea de Lavín, al concebir a los padres como clientes consumidores, ignorando la desigual distribución de los ingresos, de la información, así como de las habilidades y la capacidad necesaria de estos para realizar elecciones en el mercado de la educación.

Por eso es tan importante apoyar esta lucha abierta y transparente de los jóvenes, quienes luchan por su derecho a una educación de calidad, sin oponerse creo, a la existencia de la educación privada para el que la pueda y quiera pagar, pero exigen una educación fiscal de calidad y para todos. A lo que se oponen y nos oponemos es que el lucro sea el eje del proceso educativo, negocio en el cual se asocian los bancos y otras entidades financieras, agregando la especulación como parte del sistema. En otras palabras nuestros hijos cuando se matriculan en la universidad lo hacen a la vez con un banco o una entidad financiera, porque es la única manera de  soportar económicamente sus estudios, endeudándonos hasta el cuello.

Los chilenos “de a pie” observamos hasta cierto punto indefensos como se reproduce la especulación y como crece a pasos agigantados, amparada en un sistema legal que (y esta consagrado en la Constitución) limita al máximo la capacidad de vigilancia del estado sobre ellos, llevando al extremo el cuento de que es el mercado el que solo puede corregir las distorsiones que dentro de éste se producen.  

Los políticos actuales, la mayoría, son funcionales a este sistema y avalan su funcionamiento, nos presentan la realidad en envoltorios postmodernos, proponiéndonos que nada puede ser cambiado y que lo posible es reformar algo para que todo siga igual. Así ha sucedido con la Constitución la que han parchado (los gobiernos de la concertación) una y otra vez y cuyo resultado ha sido que aun hoy, siendo este un país en democracia, vivimos con la Carta Magna diseñada por Pinochet y sus ideólogos, lo cual es una gran vergüenza.

También nos dicen que debemos comportarnos como “ciudadanos reflexivos”, totalmente ciegos ante las consecuencias de un sistema social y político con un obrar destructivo. Estos políticos no pretenden alcanzar una nueva forma de sociedad más allá del mercado del cual usufructúan, en el fondo lo que hacen es simplemente intentar componer la supresión de las obligaciones sociales por medio de limosnas privadas o estatales y una autoactividad moral desprovista de un sentido critico. 

En cuanto a la competencia de las universidades en el mercado y su impacto en los consumidores, clientes, hace unas semanas estalló el escándalo financiero de La Polar cuya base es el manejo especulativo de los dineros de sus clientes, sin permiso de ellos, alterando el sistema de deudas para hacer aparecer a la empresa con grandes volúmenes de dinero a su haber. Este grosera especulación-robo aporto grandes beneficios a sus directivos e inversionistas y contribuyó a una elevación de precios de las acciones.

Pero esto no es nuevo también ha sucedido, expresado de manera distinta,  en el mercado de la educación, algo que quizás no se recuerda, pero en el año 2008 la Universidad “la Republica”, se declaro en quiebra con varios miles de estudiantes matriculados, en este caso los clientes (estudiantes) quedaron a merced del mercado, siendo no se si todos, “tomados” por otras instituciones universitarias quienes les permitieron con recursos del estado continuar estudiando, y un buen numero de ellos, quedaron endeudados en el sistema privado  de cobranzas y el DICOM. Según las autoridades de la Universidad en esa época, la cifra que la entidad debía al Banco de Chile ascendía a unos 5 mil millones de pesos, aunque otras fuentes consultadas aseguraban que la deuda era el doble de lo dicho por la universidad.

Otro impacto mas reciente de la voracidad del mercado en la educación es lo que esta sucediendo actualmente en la Universidad Central, luego que un grupo de directivos y académicos de esa casa de estudios privada acordaron vender el 50% del plantel al grupo económico Norte Sur, dueño de otras instituciones universitarias. Este conflicto ocurre en uno de las planteles privados más antiguos (fundado en 1982), que imparte 29 carreras a 12 mil alumnos y cuyo sello ha sido ser una institución “sin fines de lucro”.

Tal cual sucedió en la Polar, los ejecutivos como parte de una calculada estrategia del negocio lucran a costa  de sus clientes, sabiendo en este caso en particular además, que sus consumidores pertenecen a los grupos económicos más bien pobres y vulnerables, aquellos a los cuales las repactaciones de deudas podían afectarles gravemente el curso económico de su vida. Pero para los ministros de Piñera eso no importa, porque en el sistema actual “todo vale” y es parte del negocio.

En este contexto los principales ministros del Presidente cumplen con todas las exigencias (mínimas) que un gobierno neoliberal requiere para funcionar como tal, son los principales defensores del sistema, empresarios exitosos que iniciaron sus carreras políticas y profesionales al amparo y con el apoyo de la dictadura de Pinochet, otros son importantes consejeros de distintas empresas del estado y privadas, vinculados o que forman parte de los sectores económicos que gobiernan in extenso al país.

Un modelo que se repite en el Congreso Nacional, con senadores y diputados dueños de importantes cantidades de hectáreas de tierras o directamente vinculados a las empresas nacionales e internacionales que dominan la industria del turismo, la electricidad, el agua y también la educación. Creo que si se aplicara la ley como es debido, encontraríamos en la mayoría de los casos incompatibilidades y conflicto de intereses, entre estos “servidores públicos” y sus roles como legisladores, con los intereses que representan o a los cuales están vinculados.

Los ministros  de Piñera tiene en sus cabezas un modelo de país emergente  que no se ajusta a la verdad y no quieren reconocer que la realidad muestra lo contrario, que vivimos en un chile desigual en el cual solo el 10% más rico de su población acapara más del 42% de todo lo que se produce y donde el 20% más pobre de su población, apenas se queda con el 3.7% del ingreso y mas del 50% vive con un sueldo promedio de 450 mil pesos o menos. Aunque esto es tema de otro articulo, ante estas cifras indesmentibles, que mide entonces y que beneficios trae para chile el bullado crecimiento económico??

En este contexto Lavín explica una y otra vez que gracias a la existencia de la educación privada ha sido posible el ingreso de  mas de un millón de nuevos estudiantes a la educación superior, pero no dice que la mayoría de este millón se queda en el camino, porque no puede pagar las tasas groseras de intereses que los bancos y las entidades financieras les exigen al ingresar a esas universidades privadas.

No mas cuentos entonces, lo que quiere el ministro Lavín y en acuerdo a  sus intereses como accionista de una importante universidad privada, es aplicar la racionalidad económica a los servicios educativos, es decir igualar el valor de las matriculas con el costo de la educación mas su rentabilidad. Lo que será una barrera aun más alta para los que no somos del 10% más rico de chile y para los más pobres, para obtener el derecho a la educación profesional y universitaria.

Hay que terminar con esto y con los dobles discursos, con la cobardía de no decir las cosas como son, hoy por hoy el Sr. Lavín y su presidente son admiradores de un capitalismo moderno, el cual solo puede realizar su insaciable voracidad estableciéndose en órdenes históricos, sociales y en la educación, donde necesita de la complicidad de sujetos legales, económicos y políticos para existir y perpetuar el poder que garantiza su funcionamiento. Estos señores actúan engañando, otorgando a sus acciones justificaciones que generan equivocadamente en algunos, y por eso votaron por ellos, una creencia desde la cual como individuos o como colectivo social explican su adhesión a una forma de vida que les utiliza, en la que se encuentran inmersos sin quererlo y de manera obligada.

Desde hace un rato largo que los chilenos somos un numero utilizable para aumentar estadísticas o ganancias mal habidas, un proceso que se inició cuando Pinochet impuso por decreto el cambio de un sistema social y de previsión que era favorable a las personas y que actuaba con responsabilidad social, por uno en el cual todos los chilenos pasamos a ser consumidores obligados de un sistema previsional, que no solo transa nuestras necesidades de salud y previsión en el mercado, sino que utiliza nuestras cotizaciones para financiar negocios de los cuales poco a nada conocemos y de los cuales no participamos.

Por eso es que “bien por los estudiantes”, valientes muchachos y muchachas quienes están intentando sacar al país del peligro de acostumbrarse a vivir en un orden social cada día más injusto y amenazante para los de abajo. Ellos saben que viven una situación que ira más allá del periodo universitario, están conscientes que les espera la precariedad laboral, con empleos por debajo de su nivel de preparación y mal remunerados, producto de un mercado saturado de profesionales la mayoría de ellos mal preparados.

Al final de su vida universitaria nuestros muchachos y muchachas irán a engrosar, la mayoría de ellos, el mundo del trabajo barato, que es la condición necesaria para la estabilidad de la economía y el remedio milagroso para la rentabilidad empresarial, tal cual sucedía guardando las proporciones, en el siglo pasado cuando en el capitalismo la burguesía necesitaba del proletariado ignorante como fuerza de trabajo masiva para subsistir.

Señor ministro ante esta realidad lo que necesitamos en nuestro país es un modelo educativo, que desde el estado oriente la formación a lo largo de la vida, para formar ciudadanos que tengan herramientas para hacer frente al cambio que esta sociedad globalizada exige. Sino se fortalece la educación publica será imposible salirle al paso a las enormes diferencias derivadas de una sociedad chilena, que tiene el mas alto índice de desigualdad en la distribución de los ingresos.

Lo que se requiere es una inversión masiva en políticas preventivas para aplicar el principio de igualdad de oportunidades desde la niñez con y en la familia. La educación de calidad y para todos los chilenos es hoy una prioridad para el país y lo debe seguir siendo como medio imprescindible de forjar una sociedad mas justa, libre y crítica.

Con la valentía de los jóvenes en la calle, ¡Aún tenemos patria ciudadanos!

1 comentario
  1. Bryan dice

    Estimado Dr. Enrique Villanueva:

    Agradezco la publicación de un artículo esclarecedor en relación a los principios organizativos de una institucionalidad vigente de corte neoliberal y del establecimiento de una nueva institucionalidad que responda a principios de equidad y justicia socia. Solo que queda una dudad: ¿qué rol e incidencia le competen a los actores sociales organizados y vinculados a las políticas educacionales, tales como Federaciones, Colegio de Profes y asociaciones d epadre sy apoderados?. Me da la impresión que queremos sustituir instituciones por otras sin la participación democrática necesaria.

    Personalmente me parece un buen artículo pero un tanto condescendiente con el sistema político instituciona. Puesto de ¿qué manera se podrán cambiar las políticas de Estado si es que la clase política y el sistema político institucionbal han cerrado filas a las posibilidades del cambio? O ¿a caso será la Concertación por el cambio el sujeto de esta modificación?

    Me da la impresión que los cambios son de corte más profundos y radicales y van desde abajo y desde adentro hasta los ojos organizadores y legitimadores del actual sistema.

    Democracia social y radical ya

    Arriba los que luchan!

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