Que vivan los estudiantes

No hay que hablar más de Finlandia y lo bien que lo hacen (con 10, 20, 30 veces más recursos que nosotros). Aquí hay capacidades, innovación, vocación, experiencias significativas… que nadie conoce. Llegamos a elaborar un libro de experiencias. Nunca fue publicado. No hubo presupuesto. No hubo voluntad política. Ganaron los tecnócratas que en verdad… no saben sumar ni restar. 

Escribe Joel Muñoz, presidente de Industria Creativa Chile Asociación Gremial

En una ocasión, me encontraba en la sala del Ministerio de Educación, junto al ministro, un equipo amplio de asesores y especialistas, en mi calidad de prestador de servicios comunicacionales. Se hablaba de la prueba SIMCE y otras pruebas. Se debatía sobre cómo presentar los magros resultados y cómo estimular a los estudiantes a aprender. Algo así.

Tuve la mala ocurrencia de pedir la palabra. Dije, tímido, más o menos lo siguiente: «pienso que el problema del sistema educativo es que no logra  conectarse con los estudiantes y el deseo de aprender en esta etapa de plena curiosidad por descubrir el mundo…falta un sueño, un estado deseado compartido, una idea de la sociedad que queremos y del tipo de educación y de personas que queremos…pensando primero en las emociones que involucra el acto educativo, aquello que despierta la curiosidad del alumno y la vocación del profesor para facilitar el aprendizaje…

…Tomando en cuenta que eso por sí solo no basta,  la brecha socioeconómica es la gran barrera que se interpone a los sueños de una educación de calidad para todos, vale decir, hay que actuar en el aula pero también en el sistema total.   Desde esa definición podemos construir una estrategia de cambio real con participación de estudiantes, profesores, padres, medios de comunicación, ministerio, gobierno, empresarios, universidades…una gran campaña nacional de largo plazo que entregue a toda la sociedad la responsabilidad sobre la educación y los resultados… estos serán consecuencia del sueño de todos…así al menos lo plantea la teoría contructivista de la educación y la comunicación…”

No alcanzaba a terminar cuando me interrumpe una autoridad en SIMCE, un intocable, un tecnócrata dueño de un poder increíble,  a quien todos le rendían pleitesía.  Me señaló intimidante,  casi furibundo…»eso no está en discusión…lo que importa aquí es que los estudiantes aprendan a sumar y a restar!!”. Silencio. Todos en silencio. No se podía agregar nada más.  Había que presentar al país lo impresentable. Había que buscarle las cinco patas al gato a los resultados de la prueba SIMCE  para llegar a descubrir algo que marcara un avance por más insignificante que fuera.  

Sin embargo, había y hay  personas que aman la educación, como perseguidos, en la clandestinidad, en una salita perdida o en un café a la vuelta de la esquina conspirábamos. Con ideas como… «en Punta Arenas el rendimiento en matemáticas es sorprendente, debe ser porque ocurre algo especial que hay que descubrir y socializar con el resto del sistema educativo”.

“Vamos a la búsqueda de experiencias exitosas porque eso es lo que hay que comunicar y compartir para que los procesos de calidad e innovación puedan multiplicarse”.

Hicimos una investigación en una región, descubrimos prácticas educativas muy significativas, con excelentes resultados.  Hay alumnos que se motivan por aprender siendo sujetos de su proceso,  profesores extraordinarios y comunidades educativas participativas y comprometidas. No hay que hablar más de Finlandia y lo bien que lo hacen (con 10, 20, 30 veces más recursos por alumno que nosotros). Aquí hay capacidades, innovación, vocación, experiencias significativas…. que nadie conoce. Llegamos a elaborar un libro de experiencias. Nunca fue publicado. No hubo presupuesto. No hubo voluntad política. Ganaron los tecnócratas que en verdad…no saben sumar ni restar en materia de cambios socioculturales verdaderos.  

Por cierto, sobre el sistema educativo total nunca más se habló hasta hace pocos días…100.000 estudiantes en las calles pusieron el cascabel al gato.

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