¿Se esfuman las promesas de la TV digital?

Las audiencias adquieren la forma de un ritual democrático vacío de contenido. Lo importante, al parecer, son las conversaciones de pasillo, el poder de lobby de los distintos interesados, mas que la razonabilidad de sus argumentos.

Chiara Sáez y Jaime Mondría, Mesa Ciudadanía y TV Digital.

A través del canal del Senado chilenos y chilenas fueron testigos el 11 de octubre de la 2ª sesión de Audiencias Públicas sobre proyecto de Ley de #tvdigitalchile. Ese día expusieron Anatel y TVN, ocupando más de la mitad del tiempo disponible para decir casi lo mismo: las exigencias de los grandes canales a la ley. Ese día también expuso el Observatorio de medios Fucatel.

En tanto, la presentación de la Mesa Ciudadanía y TV digital no pudo completar sus planteamientos,  habló menos de 15 minutos  y Campaña por una TV educativa no alcanzó a exponer porque la sesión sólo duraba dos horas. Aún faltan por realizarse dos audiencias públicas más, dada la cantidad de entidades interesadas en exponer. Entre ellas, el Colegio de Ingenieros, los canales regionales de cable agrupados en ARETEL y otras organizaciones ciudadanas.

Lo que ocurrió ese día en el Senado: no es un dato menor. Parece querer decirnos que no todas las opiniones valen ni pesan lo mismo en el debate de la ley. De hecho, el presidente de la Comisión, Jovino Novoa, se retiró de la sala una vez terminaron sus exposiciones Anatel y TVN. Cuando expuso la Mesa, la presencia en la sala de senadores y representantes de la industria se redujo a la mitad. Es difícil en esta situación la posibilidad de pensar en un diálogo entre las distintas posiciones ante la TV digital. Las audiencias adquieren la forma de un ritual democrático vacío de contenido. Lo importante, al parecer, son las conversaciones de pasillo, el poder de lobby de los distintos interesados, mas que la razonabilidad de sus argumentos.

Una de las promesas con las cuales se ha intentado convencer a la ciudadanía de la conveniencia de este cambio tecnológico es que va a significar el acceso a nuevas señales de televisión, la entrada de nuevos concesionarios, una diversificación de la oferta y por medio de ello también una mejora de la calidad. Sin embargo, la exposición de los representantes de la industria nos hace preguntarnos si realmente se cumplirán todas estas promesas, cuando el sector dominante de la industria y que de alguna manera será quien marque la pauta de este cambio (los grandes canales privados y el canal público) está en una posición muy distinta.

A partir de sus exposiciones de ese día, es factible afirmar que la postura de ANATEL y TVN ante la transición digital se resume en dos puntos:

– Ambos están preocupados por emitir en HD (alta definición) la misma señal actual, antes que pensar en nuevas señales, metadatos, interactividad, etc. Esto es coherente con su oposición a establecer cuotas de pantalla para la producción audiovisual independiente: no están pensando en generar nuevas pantallas y, por lo tanto, no les interesa la creación ni promoción de los productores de contenidos.

–  Ambos se muestran a favor de la posibilidad de cobrar por el 50% de su capacidad de transmisión. Una vez emitiendo su misma señal en alta definición, lo que quieren es poder hacer negocios con el otro 50% restante donde se les permite hacer TV de pago. Esto hace pensar que el otro de esta mitad sería para data casting (transmisión de meta datos)  de carácter comercial antes que para diversificar y eventualmente mejorar los contenidos o desarrollar aplicaciones de data casting de interés público o uso social

O sea, que diversidad, calidad y acceso en el espectro no están aseguradas. No es un tema de interés de la industria. La ley, tal como está, tampoco lo garantiza. A pesar de que este debiera ser uno de los objetivos del debate, para que Chile pueda cumplir con los estándares internacionales sobre libertad de expresión: en su declaración conjunta del año 2001, los relatores por la libertad de expresión de la ONU, la OEA y la OSCE (Europa) hacían hincapié en que la promoción de la diversidad fuera el objetivo primordial de la reglamentación de la radiodifusión (radio y televisión). En su declaración conjunta de 2007 (junto al relator africano), también fueron explícitos en señalar que ello incluye promover la diversidad de tipos de medios (públicos, comerciales y comunitarios), propiedad y contenidos.

Los estudios de opinión indican que la representatividad de la diversidad también es una demanda muy sentida por chilenos y chilenas. La Encuesta Nacional de TV 2011 señala un aumento general de la insatisfacción con la calidad de la televisión y un déficit de diversidad de la misma: el 39% de televidentes chilenos considera que la TV no representa adecuadamente la diversidad cultural del país (frente a un 32% que piensa que sí). Asimismo, el 46% de televidentes piensa que la TV chilena actual no representa a todos los chilenos (frente a un 26% que piensa que sí).

Desde la mesa de Ciudadanía pensamos que hay dos vías concretas para resolver estas demandas: el establecimiento de cuotas de producción audiovisual independiente y el desarrollo de una política de fomento integral de la TV educativa, cultural y comunitaria.

Desde el punto de vista de la producción audiovisual, es necesario recordar que Chile ha ratificado el Convenio por la Diversidad Cultural de la Unesco (2005) el cual es enfático en señalar que los bienes culturales no pueden ser tratados únicamente como bienes económicos (sujetos a libre comercio sin más) sino que también deben ser analizados desde el punto de vista de su rentabilidad social. Desde 2007, la normativa europea exige cuotas de producción europea del 50% a los canales de televisión de los países miembros, excluyendo de ese porcentaje informativos, publicidad, eventos deportivos, si bien no especifica nacionalidad ni autoría independiente. A este respecto, un buen ejemplo es el caso de España, donde la Ley General Audiovisual (2010) establece requisitos de un 10% de producción audiovisual independiente a los canales y fija que al menos el 5% debe ser producción reciente. En el caso de la ley argentina (2009), se exige a los canales un mínimo de 10% de producción audiovisual independiente.

La Mesa de Ciudadanía y TV digital propone el desarrollo de una política de fomento integral de la Televisión educativa, cultural y comunitaria como estrategia para asegurar que el cambio tecnológico de la TV digital cumpla con las promesas sustantivas de diversidad, calidad y acceso. Aunque el proyecto siempre ha contemplado la posibilidad de que existan canales de este tipo, nos parece que su articulado actual es insuficiente en términos de asegurar que este tipo de proyectos televisivos sean sustentables. Es por eso que en primer lugar solicitamos que exista una política pública de fomento integral a estos canales, que incluya: la existencia de un organismo encargado (nos parece que el CNTV por su carácter de organismo autónomo es el mejor candidato); la existencia de un tele transportador público de alcance nacional en el cual se pueda disponer de los mejores contenidos de carácter educativo, cultural y comunitario y la existencia de fondos públicos para el funcionamiento de este transportador. Esta es una propuesta que requiere de medidas presupuestarias que cuenten con el apoyo del ejecutivo, de allí que aún no es claro si se implementará o no.

Las promesas sustantivas de la TV digital siguen siendo una interrogante.

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