«La niña bonita» de Oppenheimer

francisco_vidalTengo la impresión que a este columnista, la última vez que visitó Chile, le presentaron a una sola integrante de la familia: la «bonita» María José.

Por Francisco Vidal, ex ministro, Chile 21

A propósito de la última columna de este analista publicada en El Mercurio, donde en lo esencial sostiene que la Presidenta Bachelet debe cuidar a la «niña bonita» de la economía latinoamericana, refiriéndose a nuestro país, y que esta situación está en riesgo, considerando simultáneamente la desaceleración económica mundial y las reformas propuestas en el programa de gobierno, tengo la impresión que a este columnista, la última vez que visitó Chile, le presentaron a una sola integrante de la familia: la «bonita» María José. Ella fue a sala cuna, jardín infantil, pre kinder y kinder; estudió en un colegio particular pagado junto al 7% de los alumnos chilenos, obtuvo 700 puntos en la PSU e ingresó a estudiar ingenería comercial a la Universidad Católica.

Lo que no le presentaron al analista es la situación del resto de la familia. María José tiene dos hermanas mellizas: Juanita y Rosita. Juanita no estuvo en ninguna categoría pre escolar, estudió en un colegio municipal, obtuvo 469 puntos en la PSU, y hoy estudia en un centro de formación técnica sin crédito -porque no está acreditado- de baja calidad y esperando que su título le ofrezca mejor vida. Su melliza Rosita, con el esfuerzo de la familia, pagando durante 12 años $22 mil mensuales, es decir el copago, ingresó a un colegio particular subvencionado con fines de lucro, y en donde el sostenedor cada verano viaja a Miami. Obtuvo 489 puntos en la PSU e ingresó a una universidad privada a estudiar enfermería, con crédito -porque está acreditada- y endeudada por los próximos 15 años.

Pero además a Oppenheimer no le presentaron a la mamá de estas niñitas, que acaba de jubilarse a los 60 años, que cotizó toda su vida, que tuvo un ingreso promedio de $ 500 mil mensuales, y hoy día la AFP le entrega una pensión de $135 mil. Tampoco le presentaron al padre, un empleado que gana $ 800 mil mensuales, pero que no puede sindicalizarse, al igual que el 85% de sus pares, ni puede negociar colectivamente su sueldo, al igual que el 91% de sus semejantes. Aún más no le presentaron a la tía Ester, que ante una emergencia médica fue a un hospital y le dieron hora para un año más.

La próxima vez que este columnista venga a Chile, le sugiero que me llame para presentarle a todos los integrantes de la familia y no solo a María José.

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