No en mi nombre…

gazaNo se entendería que el gobierno de Chile condene en forma oficial y pública los ataques de Israel en la Franja de Gaza, “que han causado un gran número de víctimas, incluyendo civiles, mujeres y niños, y exprese su más profunda preocupación por la escalada de violencia que se vive en el Medio Oriente” y que, por otro lado, reciba con honores a uno de los principales responsables políticos de estos crímenes.

Por Francisco Michel

No en mi nombre, así tituló la escritora Mira Bar Hillel, nacida en Israel y corresponsal de Evening Standard, Independent, del Reino Unido, una carta abierta que dirige a la joven judía, Ayelet Shaked, representante en el Parlamento israelí de la extrema derecha del partido TheJewish Home o la Casa Judía.(1)

La posición de la bella parlamentaria, según expresa, Mira Bar Hillel, ha sido motivo para que estuviese“…a punto de quemar mi pasaporte Israelí. Tras sus ojos inmensos y su rostro inocente, acecha el Ángel de la Muerte”, escribe Hillel. Ello, debido a que hace solo unos pocos días, Ayelet Shaked publicó en su página de Facebook lo siguiente: “Detrás de cada terrorista (palestino) se encuentran docenas de hombres y mujeres sin los cuales él no podría involucrarse en el terrorismo. Todos ellos son combatientes enemigos y ciertamente deben morir. Esto incluye, también, a las madres de los mártires que envían a sus hijos al infierno entre flores y besos. Los hijos de los hijos deberían seguir; nada sería más justo. Deben desaparecer, como asimismo los hogares donde se crían las serpientes. De no ser así, muchas más serpientes pequeñas serán criadas”.

Luego agrega, Mira Bar Hillel: “Ayelet Shaked ha logrado lo que quería. El número de víctimas fatales en Gaza ya asciende a las cien, y una de cada cuatro de ellas es un niño o una niña. Centenares de personas han sufrido heridas graves en un territorio donde los hospitales son atacados y los insumos médicos ya se agotan. En Israel, pese a toda la voluntad de Hamas, [hasta aquí] no ha sido registrada una muerte ni heridos graves aunque un festejo de un matrimonio fue interrumpido, según informaron los noticieros de televisión. Y mientras las bombas caen sobre Gaza, adolescentes israelitas han tuiteado sus sentimientos políticos junto a selfies donde aparecen muy ligeramente vestidos. En dos tuits que luego fueron eliminados, podía leerse “Muerte a todos los árabes, trans(…)[comentario homofóbico]” y “que ustedes árabes sean paralizados y mueran con inmenso sufrimiento”. Otros adolescentes tuitearon sus autorretratos con un breve “Muerte a estos (….) árabes”. Mirando estas caras angelicales diseminando una retórica genocida, tomo mi pasaporte israelí y una caja de fósforos. “No en mi nombre, pueblo mío. No en mi nombre”.

Debo decir que me he sentido interpelado por el valiente testimonio de Mira Bar Hillel. Su valor, honestidad e integridad moral me han incentivado a escribir estas líneas, como también lo ha sido el valiente testimonio que nos han entregado generosamente personas como el profesor de la Universidad de Yale, Norman G.Finkelstein(2); el historiador –también judío, nacido en Haifa-Ilan Pappé; el músico de jazz, activista político, novelista y filósofo nacido en Israel, nacionalizado británico, Gilad Atzmon; el periodista israelí, escritor y activista por la paz, Uri Avnery; el igualmente profesor de historia de la Universidad de Tel Aviv, Shlomo Sand; el ex diputado por varios períodos en Parlamento israelí y escritor del periódico Haaretz, Gideon Levy; y por cierto, el rabino Mijael Even David (3), entre muchos, muchos otros. Todos ellos se han atrevido a denunciar el sionismo y sus crímenes, sin temor a las consecuencias o más bien, asumiendo dignamente todas las consecuencias. Porque siempre está latente, debo reconocerlo, el temor a que se nos acuse de anti-semitas; que se nos lance como arma arrojadiza la acusación de complicidad con los atroces crímenes del nazismo; que se nos atribuya falsamente que negamos el “holocausto”, imputaciones todas con las que se suele intentar descalificar cobardemente a quienes han tenido la osadía de denunciar o criticar la política genocida y de apartheid que impunemente viene aplicando el régimen sionista, que hoy se enseñorea prepotente con las manos manchadas de sangre en Palestina. Digo cobardemente, porque se requiere una bajeza moral infinita para ampararse en la memoria de las víctimas inocentes del holocausto nazi, para reclamar impunidad y silencio cómplice para los crímenes atroces que se comenten en contra del pueblo palestino en estos días.

Por ello me he sentido animado a sumarme a esas voces para demandar que el gobierno de Chile, para exigir que la Cancillería chilena en esta hora trágica para el pueblo palestino y para el mundo civilizado, cancele la invitación realizada para que el canciller israelí, Avigdor Lieberman, visite nuestro país dentro de los próximos días. La visita de Avigdor Lieberman sería una ofensa imperdonable e injustificable de parte del gobierno de Chile a los centenares de víctimas inocentes que durante estos días han muerto destrozados por los criminales bombardeos de la aviación israelí. No se entendería, en verdad, que el gobierno de Chile condene en forma oficial y pública –por una parte- los ataques de Israel en la Franja de Gaza, “que han causado un gran número de víctimas, incluyendo civiles, mujeres y niños, y exprese su más profunda preocupación por la escalada de violencia que se vive en el Medio Oriente” y que, por otro lado, reciba con honores a uno de los principales responsables políticos de estos crímenes.

Muy desinformada debería estar nuestra Cancillería para ignorar que Avigdor Lieberman ha sido uno de los principales instigadores de la actual ofensiva militar israelí en contra de Gaza y que junto su colega de Economía, Naftalí Bennet, ha sido el mayor promotor de los ataques indiscriminados en contra de la poblaciónpalestina, al punto que llegó a amenazar con retirar su apoyo a Netanyahu y a abandonar la coalición de gobierno -de la que forma parte su partido de extrema derecha, Nuestra Case Israel- si el Primer Ministro persistía en su política de “contención” militar respecto de los palestinos, anunciada por Netanyahu el pasado jueves 3 de julio.

Se entiende y se asume con vergüenza el incondicional alineamiento con Washington de parte de una Cancillería encabezada por un dócil y obsecuente admirador de la política exterior imperial estadounidense y en esta línea, no llama la atención en absoluto que se nos quiera situar entre quienes apoyan con entusiasmo a los genocidas de Israel, pero recibir al victimario Lieberman cuando aun Palestina no termina de enterrar a sus muertos sería, verdaderamente, una expresión de incoherencia política en grado sumo y una intolerable actitud cómplice con los crímenes del sionismo. Señor Ministro, si usted quiere establecer este precedente nefasto e indigno y estrechar la mano de Lieberman, le pido que no lo haga en nuestro nombre.

 (1)La carta completa y su texto original se puede leer en:

http://palestinalibre.org/articulo.php?a=51291

(2) Una brillante intervención del profesor Norman G Finkelstein se puede encontrar en este enlace: https://www.youtube.com/watch?v=mme5ThtDGNE&feature=share

(3) La carta del rabino el rabino MijaelEven David se puede leer en:

Rabino Mijael Even David: “El día que me avergoncé de ser judío”

1 comentario
  1. james dice

    Si alguien sabe de alguna organización en Chile que esté juntando firmas para instar al gobierno a que condene formalmente este horror, pro favor publiquelo aquí.

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