Se perfila una Nueva Europa

Esperamos que un pueblo pacífico como el catalán, que se esfuerza por seguir siendo uno de los 4 motores de Europa, no tenga que ver cómo la policía del Estado que lo tutela le quita las urnas el próximo 9 de noviembre.

Escribe Natalia Morata

Leía por estos días un artículo de política internacional sobre la nueva Europa que se perfila, como la votación por la independencia que se celebrará en Escocia dentro de una semana o como la que, a principios de noviembre, ha de llevar a los catalanes a votar después de la V masiva de Barcelona este 11S.

Pensaba en países como Suiza, donde votar sobre lo que afecta a los ciudadanos es algo absolutamente normal. No hay nada con más fuerza que un pueblo que desea actuar democráticamente y que quiere votar sobre su futuro, sin importar la lengua que hablen, su origen social, económico o étnico, o su tendencia política.

Votar para decidir si Catalunya será o no la excolonia número 23 de España. No hay nada más absurdo que abanderar una ley para prohibir el ejercicio de la democracia. Ningún gobierno está legitimado para detener la democracia en nombre de la ley. Son las sociedades las que evolucionan cambiando las leyes anticuadas; y no al contrario.

Así que esperamos que un pueblo pacífico como el catalán, que se esfuerza por seguir siendo uno de los 4 motores de Europa, no tenga que ver cómo la policía del Estado que lo tutela le quita las urnas el próximo 9 de noviembre.

Las democracias solo se consolidan demostrando que han madurado. Felicidades a los escoceses por poder votar y buena suerte a los catalanes para que también lo consigan.

La nueva Europa que se perfila es una prueba de que nada puede detener a la sociedad civil. La desafección política de los ciudadanos respecto de los gobernantes solo se cura demostrando que son los votos los que realmente deciden el futuro de un país.