Daniella Cicardini y la inmigración: «Rosa de los vientos»

Se ha ido incubando y propagando una injusta animadversión hacia parte de los inmigrantes, teniendo como su vehículo más eficaz la irreflexión de las redes sociales, y como combustible los miedos, las noticias falsas, el rumor y las teorías conspirativas.

Por Daniella Cicardini, diputada

“A veces quisiera desaparecer del mapa, volver donde yo nací, pero no es tan papa”, cantaba hace ya casi 20 años la genial Anita Tijoux junto a sus compañeros del grupo de hip hop nacional Makiza 

La frase es parte de la lírica de “La Rosa de los Vientos”,  una composición que aunque aborda el contradictorio sentimiento de desarraigo y conexión con Chile de los hijos de exiliados, interpreta en mi opinión acertadamente a miles de inmigrantes que enfrentan hoy el rechazo de una parte de la sociedad chilena.

Cuando se dan cuenta que en “el pueblito” llamado Las Condes, así como en muchos otros lugares del país, la recepción de parte de algunos ya no es tan cálida para el amigo cuando es forastero.

Se ha ido incubando y propagando una injusta animadversión hacia parte de los inmigrantes, teniendo como su vehículo más eficaz la irreflexión de las redes sociales, y como combustible los miedos, las noticias falsas, el rumor y las teorías conspirativas.

Falacias como que los extranjeros “nos vienen a quitar el trabajo”, en circunstancias que las cifras indican que representan alrededor del 3% de la fuerza laborar; o cuando se afirma que los inmigrantes son los responsables del aumento de la delincuencia, pero los datos policiales y de la fiscalía señalan que son menos del 2% de los involucrados en delitos.                 

Todo ello alimentado por el mismo sector ideológico extremo que hace más de 40 años explotó nacionalismos y temores parecidos sobre la “destrucción de la patria”, y terminó forzando a dejar sus hogares a miles, no de extranjeros, sino de chilenos y chilenas. Los padres de los jóvenes a los que les cantaba Makiza.

Esto no parece ser casualidad, sino algo coherente con la normativa migratoria que nos rige; precisamente un decreto de ese tiempo, de 1975, en plena dictadura; y redactado desde la lógica del temor a lo externo, escrito cuando el mundo, Chile y la realidad migratoria eran otros.

De ahí que hoy tengamos la urgencia de dar respuesta  a este fenómeno, partiendo por actualizar nuestra legislación en la materia. Que no exista una ley adecuada, o que muchos extranjeros permanezcan de manera irregular, perjudica a Chile, pero sobre todo a los propios inmigrantes ya que se presta para discriminaciones, abusos laborales e inescrupulosos que lucran con su situación.

El actual gobierno le ha dado urgencia al proyecto presentado en su anterior periodo por el presidente Piñera; una iniciativa criticada en su momento por aspectos como no explicitar debidamente derechos como los de la niñez, y condicionar el acceso a atención en salud a un tiempo concreto de permanencia; todo ello contrario a compromisos internacionales firmados por el país.

En lo personal, en este segundo periodo como parlamentaria tendré la responsabilidad de presidir la comisión de Gobierno Interior de la Cámara de Diputados, instancia que deberá analizar y continuar la tramitación de esta iniciativa.

Confío, espero y haremos lo posible para que de allí surja una ley a la altura de los tiempos, con un enfoque de derechos, inclusión y no discriminación; que nos permita establecer reglas claras para todos, y regular aspectos laborales y de obtención de visa.

Que permita fiscalizar con mayor eficiencia a aquellos que vienen a delinquir, pero seguir recibiendo con generosidad a la inmensa mayoría de mujeres y hombres inmigrantes honestos que viene a aportar y  enriquecer nuestra cultura.

Y no estaría demás si logramos consensuar una normativa que sea un granito de arena en nuestra evolución y comprensión de la realidad de nuestro mundo actual, en el que no importa que “Vengas de Dinamarca o de Chiloé, si el mundo es una gran arca de Noé” (…), y en el que lo único claro es que finalmente somos todos “hijos de la Rosa de los Vientos”.  

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