Cristián Monckeberg, diputado RN: “Aquí, el Estado no funcionó”

Francisco MartorellEl parlamentario del partido de Gobierno integra la comisión que investiga lo ocurrido tras el terremoto y pretende reemplazar a Carlos Larraín en las elecciones internas de Renovación Nacional. Junto con exigir un mea culpa, en todos los niveles y que incluye a la ex Presidenta, da las razones por las que cree que Sebastián Piñera hará un buen gobierno.

Por Francisco Martorell Cammarella

Cristián Monckeberg, el hombre de RN que representa al distrito 23, puede jactarse de que es producto de mayo del 68. Claro, no del francés ni de las revueltas estudiantiles en París y que influyeron en todos los rincones del mundo, sino que él, simplemente, nació ese mes y ese año.

Hoy, con 42 años cumplidos el mismo día que le hicimos esta entrevista (12/5), pretende sumarle a su trabajo de diputado en Valparaíso el de la presidencia de su partido, el que lidera Carlos Larraín y que desea seguir haciéndolo después de las elecciones internas. Pero eso lo resolverá la militancia.

Mientras junta adeptos y fuerza para enfrentarse al timonel de RN, Monckeberg se esmera por estar en todas: en la comisión investigadora denominada “Desastre Natural” y que investiga las responsabilidades en el terremoto, en la de seguridad ciudadana y drogas, también en la de Constitución, Legislación y Justicia.

Antes de hablar con El Periodista, hizo noticia al pedir un “mea culpa” a los responsables de no haberle avisado a la gente que debía abandonar los sectores costeros y refugiarse en los cerros. Es que el diputado que en marzo empezó su tercer periodo consecutivo todavía estaba golpeado porque el día anterior, en un programa de canal 13, debió compartir el set con el padre de la joven que fue arrastrada por el tsunami en Juan Fernández. “Yo esperaría que se haga un mea culpa y que efectivamente se establezca, determine y acepte que hubo errores desde el más bajo funcionario de la ONEMI hasta el Presidente de la República, en una situación que fue dolorosa, pero que para poderla superar, hay que reconocer errores y programarnos y plantearnos lo que viene hacia delante”, dijo.

Despejada la “hojarasca”, ese término que tan famoso hizo Ricardo Lagos, que sacas en limpio hoy de las responsabilidades técnicas y políticas emanadas de los problemas suscitados por el terremoto…

La primera conclusión es que las entidades y los organismos que estaban diseñados para enfrentar este tipo de catástrofes no estuvieron a la altura. Se habían hechos esfuerzos, gastado recursos, mejorado un montón de cosas que antes no existían, principalmente en la Onemi, pero no estuvo a la altura y, claramente, quedamos al debe. Hoy, gran responsabilidad en las muertes de muchos chilenos y chilenas fue producto de la inacción, la falta de decisión, la pasividad con que se actuó en esas horas posteriores al terremoto…

¿En este caso, la magnitud del terremoto no exonera a los actores?

Claramente no, hubo responsabilidades, no se actuó de la forma correcta como lo señalaban los protocolos. Por ejemplo, cuando ocurre un terremoto de esa magnitud, y no te puedes mantener en pie, y se pierden todas las comunicaciones, telefónicas y accesos a Internet, basta con ello, para que se produzca la alerta que corresponde, que es la de tsunami, sin necesidad de que nadie la plantee. La Onemi debería haber tomado una señal de radio y llamado a la ciudadanía para que subiera a los cerros.

Tú planteaste la posibilidad de un mea culpa, ¿con eso se liberan de responsabilidades, basta y sobra?

No. Ayer estuve con el padre de una niña bióloga que falleció en Juan Fernández. Él planteaba que era necesario un mea culpa, una disculpa, porque ellos creyeron en las autoridades y las instituciones, les hicieron caso. Entonces, lo que menos se espera es una disculpa de quienes fallaron y cometieron los errores. Que se diga que el Estado Mayor Conjunto no funcionó bien, que falló la Onemi, la Armada, que ya hizo lo suyo, es bastante. Pero también el poder político que estaba a cargo. Es la única manera de mirar hacia adelante. La responsabilidad política no termina con un mea culpa, estará determinada también por el informe que vamos a hacer, y por los cargos que aún están siendo ocupados y que deberán dejar si así lo amerita el Poder Ejecutivo.

Pepe Auth manifestó que es un “aprovechamiento político asqueroso” la forma en que el oficialismo está tratando en este tema a la ex Presidenta Bachelet.

Lo más fácil es que este asunto se resuelva llamando a complot, a operaciones políticas,   asquerosidades y cualquier otro epíteto. Pero aquí, el Estado no funcionó. Hubo autoridades que no funcionaron y esas personas deben responder y dar la cara. No se trata de crucificar a nadie. Nosotros estamos analizando lo que todo el mundo ha visto, videos, el actuar de la Presidenta y sus ministros, junto a un equipo técnico y las Fuerzas Armadas. La comisión está trabajando en este sentido. Llevar este asunto a divisiones políticas no es lo más adecuado, es una fórmula antigua para evadir responsabilidades.

El mismo gobierno en algún momento (y hasta ahora) la utilizó para justificar los problemas de instalación. Que debido a la catástrofe no pudo realizar los nombramientos y los cambios que quería.

El terremoto fue causante de muchos problemas, tanto para el gobierno que llegó como para el que se fue. Pero los errores tanto de nombramientos, en la instalación y errores en el Dicom, no se pueden adjudicar al terremoto. Puede ser que a lo mejor las demoras de los primeros días, dificultades para hacerse cargo de la reconstrucción, pueden adjudicarse a la emergencia, como también la pasividad de la ex Presidenta Bachelet en algún minuto. Pero nada más.

¿Cuál es tu evaluación a dos meses del gobierno de Piñera?

Hay que separar las cosas de forma y de fondo. Creo que en la forma ha habido errores, no generalizados pero que sí han sido muy vistosos. Nombramientos mal hechos, gente que ha estado en el cargo unos días y luego se va. Eso puede afectar comunicacionalmente. Pero en el fondo, creo que se han tomado medidas, que no sé si serán correctas o incorrectas porque nadie va a estar totalmente convencido, pero que son líneas de acción que fijan una hoja de ruta en la primera etapa que es la reconstrucción (ley de donaciones y reforma tributaria). Temas potentes, como la vuelta a clases de millones de niños, con las precariedades que todo esto implica, pero que igual se logró, porque era una de las prioridades del Presidente Piñera. El mejoramiento de las mediaguas que se va a cumplir y se van a suplir los problemas con el bono de 100 mil pesos. El gobierno está planteando una hoja de ruta clara, que le ha funcionado y donde establece qué va a hacer. Espero con ansias el 21 de mayo porque sabremos la ruta no sólo en la reconstrucción sino que en todo el programa de gobierno.

¿Sientes que este es el gobierno de Piñera y no de la alianza como dijo Jorge Schaulsohn?

No. Creo que hay que tratar de no hacer esas divisiones. Este es el gobierno de la Coalición por el Cambio y de Sebastián Piñera, liderado por él como corresponde. Ahora, si Jorge Schaulsohn dice eso, es porque hay que hacer mayores esfuerzos para integrarlo, porque aquí no sobra nadie. Pero argumentar que este es el gobierno de Sebastián Piñera, es plantear que es el gobierno de un caudillo, de alguien que no llegó al poder por votación popular. No es ese el sentido ni el alcance de este proyecto, que es de todos. Todos nos sentimos partícipe de esto, tanto como el Presidente, para eso trabajamos harto.

Respecto a este mismo tema. ¿Hay muchos bailando esa cueca de los picados, como dijo Evelyn Matthei, en la Coalición por el cambio?

No sé si bailando, pero muchos quedaron sentidos, porque tenían la legítima aspiración de ser parte del gobierno, y eso es normal. A mí también me gustaría ser parte del Poder Ejecutivo, pero cada uno tiene que respetar las funciones en que está y aceptar las atribuciones que tiene el Presidente para diseñar su equipo. Hay sentidos y desilusionados, pero hay que dar vuelta la página porque al Gobierno le tiene que ir bien. El objetivo no son sólo cuatro años, sino que alcanzar un nuevo gobierno y para eso hay que trabajar.

En ese sentido, ¿Cuál es tu opinión sobre cómo se está relacionando la UDI con el gobierno, especialmente después de las declaraciones de Pablo Longueira?

Creo que la UDI hace un esfuerzo para relacionarse de la mejor forma con el Presidente, y eso lo demuestra Juan Antonio Coloma. Pero claramente no podemos desconocer ni tapar el sol con un dedo. Hay muchas personas en la UDI, con mucha influencia e importancia, que no han tenido buena relación con el gobierno. Y así como escuché a Longueira sus reparos, también me gustaría escuchar los logros que su partido ha tenido dentro del gobierno. Porque no escuché nada sobre el trabajo del ministro de Educación Joaquín Lavín, que es de la UDI. Tampoco del ministro Cristián Larroulet, que también es cercano a la UDI.

Creo que hay que matizar. Longueira puede tener razón en alguna de sus críticas, pero se están corrigiendo. Me gustaría que esas críticas fueran en privado y se conversaran. Nadie puede decir que el gobierno lo ha hecho todo bien. Hay errores y no hay que desconocerlos, pero que el eje central del senador sea que el gobierno ha sido un desastre y no tiene un buen destino, no me parece el adecuado.

¿Puede ser preocupante para el gobierno que Longueira o alguien cercano a él sea el presidente de la UDI?

No. Si Pablo Longueira o quien sea, es elegido presidente de la UDI, es un resorte propio de ese partido y hay que respetarlo. Ellos tendrán la forma de determinar las personas que dirigirán el partido. Creo que aquí, en el fondo, hay un problema de falta de identidad, no quiero llegar a la palabra crisis de identidad, para definir el rol de los partidos en el gobierno. Éramos muy buenos en la oposición. Pero en el gobierno tenemos mucho que aprender, porque es muy distinto. Hay que ceder más, para apoyar más al gobierno. Entonces, los problemas tienen que resolverse pronto para que encontremos esas identidades, y tengamos cuatro años con dificultades, pero con éxitos también.

La Concertación en su momento fue oficialismo y su propia oposición. ¿No teme que le ocurra lo mismo a la Coalición?

Las características de oposición y oficialismo dentro de la propia coalición marcaron la decadencia de la Concertación. Por lo tanto, para nadie es deseable vivir esas situaciones. Yo esto lo enmarco dentro del rodaje necesario para transformarnos en una coalición exitosa. Pero vivir esta situación durante cuatro años es insostenible. Lo acepto como un proceso de rodaje, pero no es el óptimo, al revés, los ocho primeros años de la Concertación en el gobierno, con Aylwin y Frei, no hubo muchas diferencias públicas; por eso fueron exitosos. La decadencia parte cuando nacen estos elementos díscolos.

¿Por qué quieres reemplazar a Larraín en la presidencia de RN?

Es bueno que existan alternativas. Forma parte de la manera de ser del partido. Todas las mesas directivas han tenido aciertos pero también cometido errores. Las directivas van quemando etapas y ésta ya quemó la suya y ahora parte un ciclo nuevo, que pasa por proyectar al partido, modernizarlo, con el fin de que en cuatro años, Sebastián Piñera le entregue la banda presidencial a otro RN. Y para eso, hay que trabajar, formar jóvenes, fortalecer las instituciones internas del partido para que tenga un patrón político importante y un discurso que se haga notar. Además, debe ser capaz de poner nuevos temas sobre la mesa, como la Tecnología, el Medio Ambiente, temas culturales. Son temas que están, pero que deben renovarse porque dentro de estos cuatro años van a cambiar y la gente quiere verse identificada con estas nuevas ideas, sin dejar las otras de lado.

¿Y en esos temas hay diferencias entre tú y Larraín?

No sé si habrá diferencias o miradas distintas. Los dos creemos en las libertades individuales, la tolerancia y en temas de futuro. Hay mucha gente en el partido que no ha tomado roles fundamentales que hoy deben asumirse en un plazo de cuatro años. Tal vez ahí están las diferencias, sobre las miradas que se quieran implementar y que puedan ser el camino correcto.

Dijiste que las directivas han cometido errores. ¿Cuáles son los de Larraín?

La elección parlamentaria fue un verdadero desastre. Sacar 18 parlamentarios, cuando teníamos 21, además de un candidato presidencial y en un escenario donde esperábamos 25 o 26, dan cuenta de que no nos fue bien. Pero hubo aciertos como las elecciones municipales.

Algunos podrían decir también que terminó con la centroderecha después de 50 años en La Moneda…

Creo que es injusto decir eso, porque el mérito es de muchos. De los que iniciaron el trabajo hace 20 años, de los dirigentes anónimos, de los que estuvimos en las primeras planas, de las mesas directivas de los dos partidos y también posteriormente de Chile Primero que hizo lo suyo para poder llegar al gobierno. Pretender decir que, tal o cual directiva fue la que logró que llegáramos a ser gobierno, es mucho. Aquí hay un éxito compartido de muchos, del cuál yo también me siento partícipe.

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