Fuera de protocolo

foto 5Singapur debería estar enojado con Chile, o por lo menos molesto. James Sinclair, que no sirvió para Australia y que fue removido antes de asumir, sí es apto para representar a nuestro país ante esta república de Asia compuesta por 63 islas.

El embajador, quien fuera jefe de protocolo de Sebastián Piñera, ingresó a la cancillería en 1977, cuando su padre –Santiago Sinclair– se desempeñaba como Director de Operaciones del Ejército.

No eran buenos años para un ministerio que, por esos días, jugaba un rol fundamental en la defensa de la dictadura y, en muchos casos, colaboraba abiertamente con las operaciones de la DINA en el exterior.

Si bien Sinclair hijo tiene un CV que lo avala profesionalmente –cumplió funciones en las embajadas de Estados Unidos y Argentina, así como en el Consulado de Chile en Tacna y fue embajador en Indonesia– sobre él pesan acusaciones que lo convirtieron en “persona non grata” para la comunidad chilena residente en Australia. Tanto que hubo movilizaciones para pedir su salida.

Y el gobierno de Michelle Bachelet accedió, seguramente porque le dio importancia a las denuncias o, al menos, creyó que ellas hacían muy difícil su gestión al frente de la embajada chilena.

Según el diario El Mostrador (13 de mayo 2014), durante la dictadura de Pinochet, a Sinclair le habría correspondido destruir documentos secretos de la CNI y existe un Acta –firmada por el actual embajador– que acredita su participación en la misma.

Ante esto, en medio del rechazo de la comunidad chilena residente en Australia, el senador Alfonso De Urresti criticó la designación, por parte del ejecutivo, por considerar que “las relaciones exteriores e imagen del país no se pueden dejar en manos de un colaborador de la dictadura”. “Se trata de una persona que más allá de sus méritos profesionales o su trayectoria en la carrera diplomática, tiene vínculos muy cercanos con la dictadura y los servicios de seguridad de ese régimen, lo que ciertamente no es la mejor imagen que el país puede proyectar en sus relaciones con un país amigo”, manifestó el parlamentario socialista.

Hoy, cuando se sabe que Sinclair va a Singapur, quizá porque allá no hay chilenos que reclamen, el tema sigue siendo el mismo. O no?

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