Braulio Leal a la espera de un examen que decidirá si regresa o no al fútbol profesional
El ex jugador de Unión Española, Colo Colo, O’Higgins y que se desempeña hoy en San Luis relató los aspectos de su enfermedad, la recuperación y las posibilidades de volver al deporte rentado en una revista de la Clínica donde fue atendido. Hoy se encuentra nuevamente entrenando.
Una malformación vascular cerebral, que nunca presentó síntomas, fue la que le jugó una mala pasada en noviembre pasado al ex volante de Unión Española, Braulio Leal, quien actualmente está a la espera de un examen que determinará el futuro de su carrera deportiva.
Leal llegó a la Clínica Santa María de urgencia, luego de sufrir una convulsión, síntoma que le sirvió a los médicos para determinar rápidamente qué le estaba sucediendo. “En el Servicio de Urgencia fue atendido por un neurólogo, se le practicaron los exámenes de rigor y un scanner cerebral, que evidenció la presencia de una anomalía vascular cerebral. A continuación, el Dr. Lautaro Badilla, neurorradiólogo intervencional de Clínica Santa María, realizó una angiografía cerebral selectiva, que confirmó y mostró en su detalle una voluminosa malformación vascular cerebral con dos grandes aneurismas. Se determinó que era necesario intervenirlo”, señala la revista de la Clínica.
Tras la operación de 4 horas, realizada al día siguiente, a Leal le dijeron que difícilmente podría volver al fútbol. “Al principio me dijeron que no podría volver a jugar fútbol profesional, pero ahora el pronóstico es favorable, en enero me hicieron una resonancia y tenía el 90% de la malformación cicatrizada”, explicó el deportista.
“El doctor me explicó que el 0,1 % de la población puede tener esta condición y la mayoría no se entera hasta que tiene un accidente cerebrovascular. Afortunadamente la convulsión me permitió detectarla a tiempo”, señaló Braulio.
El Dr. Juan Andrés Pastén, neurólogo de Clínica Santa María, controla al futbolista de forma regular. Como no ha tenido ningún síntoma luego de la intervención, lo autorizó para que volviera a entrenar con su equipo, pero teniendo ciertos resguardos, como no cabecear ni exponerse a golpes mayores.