Ciencia: ¿se hace camino al andar?

Por Dra. Carla Abarca (Comisión Becas Redes Chilenas de Investigación) y Dr. Jorge Babul C. Universidad de Chile.

Un buen número de investigadores se ha referido en los medios de comunicación a la disminución de la inversión en investigación y a la necesidad de revertirla, especialmente al considerar la importancia del conocimiento para resolver la gran variedad de problemas que nos afectan en el contexto de pandemia.

Sin embargo, tanto esta disminución como la suspensión de la convocatoria a Becas Chile 2020, han ocultado el grave problema de los más de 5 mil becarias y becarios de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación) que, prácticamente, han perdido todo un año de estudios y trabajo.

Extrañamente, el ministerio se ha negado a otorgar una extensión de sus becas, lo que es especialmente angustioso para los que finalizan o finalizaron sus estudios entre enero y diciembre de este año. Cerca de cuatro mil son becarios de doctorado; un 35% estudia e investiga en el extranjero y 65% en el país. Los problemas son de variada naturaleza: muchos sin sustento, sin poder terminar su grado, sin visas ni seguros de salud, con dificultades para retornar al país y encontrar trabajo.

Tanto en Chile como en el extranjero, la mayor parte de la investigación la realizan los investigadores en postgrado: sin ellos se detiene el avance del conocimiento, la formación de investigadores y profesionales y el desarrollo de las universidades y del país. ¿Cómo se explica su abandono? ¿Cómo se entiende que -después de terminar sus estudios y obtener el grado- trabajen sin contrato, con sueldos bajísimos y sin previsión social ni de salud? Necesitamos mucho más recursos e investigadores, pero también un programa de inserción para que contribuyan en la academia, en las empresas y en las reparticiones del Estado.

Llevamos mucho tiempo esforzándonos y haciendo camino, pero parece que no sabemos dónde ir, ni cómo y de qué vivir. Ya es hora de que se note que tenemos un Ministerio de Ciencia, Tecnología Conocimiento e Innovación y, más aún, un Consejo asesor presidencial permanente (el Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación para el Desarrollo). Sólo así podremos construir el camino que Chile necesita para alcanzar el anhelado desarrollo.

 

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