Crece presión a Obama por filtraciones de Wikileaks sobre Irak

Iraq-Rawa_-Operation-Stee-006(Por Patricio Salinas A) El viceprimer ministro británico, Nick Clegg declaró en una entrevista a la BBC referente a  los documentos publicados en la página web de  Wikileaks que denuncian  miles de casos de torturas y muertes cometidos durante la guerra de Irak y que no han sido investigados: «Su lectura es desoladora y son muy graves. Supongo que la administración estadounidense querrá proporcionar su propia respuesta. No nos corresponde decirles cómo hacerlo». ‘The New York Times ha señalado que el ignorar la mayoría de los casos de abusos equivale a «indiferencia institucional». Manfred Nowak relator de la ONU y Amnistía Internacional instaron a Obama a abrir una investigación. La Casa Blanca mientras tanto guarda silencio.

Wikileaks, en su página de internet,  divulgó el viernes pasado los informes de campo redactados por soldados estadounidenses entre 2004 y 2009, unos 390.000 documentos, que revelan que durante la Guerra de Irak murieron 109.032 personas, de los que 66.081 era civiles y de éstos nunca se informó sobre la muerte de 15.000. También los documentos delatan más de 300 casos de torturas cometidos por fuerzas de la coalición. Wikileaks revela que las autoridades estadounidenses no investigaron cientos de informes que denunciaban abusos, torturas, violaciones y hasta asesinatos perpetrados por la Policía y el Ejército iraquí, aliados de las fuerzas internacionales que invadieron el país. El Pentágono no ha confirmado la autenticidad de los documentos presentados por el sitio web, pero dispuso de más de un centenar de analistas de Estados Unidos para revisar el material.  La casa Blanca nunca ha desmentido los documentos filtrados por Wikileaks. Sin embargo  la Justicia militar de Estados Unidos sigue persiguiendo el presunto informador a Wikileaks que habría podido tener el soldado Bradley Manning, destinado como especialista de inteligencia en Bagdad. El militar, en estos momentos encarcelado en una base de los «Marines» en Virginia, se enfrenta a una corte marcial y una pena de 50 años de cárcel. La única declaración   realizada por una representante oficial ha venido de los labios de la secretaria de Estado norteamericana, Hilary Clinton,  quien ha condenado las filtraciones y ha denunciado que estas ponen en peligro la vida de personas que han colaborado con los aliados en la invasión. Wikileaks,  ha asegurado  que ha tomado todas las medidas posibles para proteger la identidad de los informantes.

Manfred Nowak, Relator Especial de Naciones Unidas sobre Tortura, declaró a la BBC que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, debe abrir una investigación después de que miles de documentos apoyen la tesis de que las tropas estadounidenses no cumplieron con su obligación legal de denunciar los abusos que habían detectado. También el viceprimer ministro británico, Nick Clegg declaró en una entrevista a la BBC que, «Podemos deplorar el modo en que estas filtraciones han tenido lugar, pero creo que la naturaleza de las acusaciones realizadas es extraordinariamente grave». Y agregó que, «Su lectura es desoladora y son muy graves. Supongo que la administración estadounidense querrá proporcionar su propia respuesta. No nos corresponde decirles cómo hacerlo».

En julio pasado Julian Assange, director de Wikileaks, presentó, también en Londres, 90.000 informes secretos sobre la Guerra de Afganistán. Las revelaciones que causaron impacto mundial, las publicó Wikileaks en colaboración con tres publicaciones: The Guardian, Der Spiegel y The New York Times. Esta vez, para “maximizar el impacto” ha abierto el abanico a muchos otros medios, incluidos Le Monde, The Independent, CNN y la BBC. Y Assange explica que: «En esta ocasión hemos realizado un enfoque mucho más enérgico que el que realizamos con el material de Afganistán, no porque creyésemos que a aquel enfoque le faltase algo, sino para prevenir distracciones sobre el verdadero contenido por parte de gente que quiere desviar la atención».

Julian Assange fundó en diciembre de 2006 el sitio web  que se ha convertido en la pesadilla de grandes bancos, multinacionales y gobiernos. El presupuesto de Wikileaks es de un millón de dólares anuales . Trabajan actualmente 12 personas fijas y con un número de colaboradores que superan las 800 personas. Desde enero, cuentan con un sistema de donaciones anónimas.  Durante los primeros años, el portal se nutrió de las aportaciones de Assange y algunos cercanos. El número total de donantes actual es de 10.000 personas. Ninguna donación sobrepasa los 20.000 euros.

El director del periódico británico The Guardian, Alan Rusbridger,  comentaba hace unos días que los  medios tradicionales han abandonado el periodismo de investigación porque es caro y no muy sexy.  Julian Assange comenta en una entrevista al diario El Pais de España que “Sí, lo han abandonado casi por completo, es cierto. El peaje que pagas es caro: te crea enemigos, genera gastos en prevenir ataques judiciales, y se producen ofensivas contra los intereses de los editores. Yo creo que los lectores sí demandan periodismo de investigación, pero el coste por palabra en relación con otras formas de periodismo es alto, especialmente, el periodismo subvencionado por intereses especiales”.  Y más tarde agrega que : «Los medios de comunicación internacionales son un desastre. Estamos en una buena posición para verlo porque nos llega material política e históricamente significativo, lo liberamos, y vemos cuántos medios se hacen eco y con qué rigor. Podemos ver también los esfuerzos para suprimir la información que damos. Mi conclusión es que el entorno de los medios internacionales es tan malo y tan distorsionador que nos iría mejor si no hubiera ningún medio, ninguno».

Los conflictos dentro  de Wikileaks, en la medida del aumento de  su influencia, no se han hecho esperar. Daniel Domscheit-Berg,  cofundador de la organización y ex portavoz  en Alemania, quien abandono la organización  recientemente , señala que quizás Wikileaks , ha ido perdiendo algunas de sus señas de identidad. «Yo no sé si el Pentágono estará o no en estos momentos detrás de Julian. Pero el hecho de que pueda estarlo demuestra que se ha cometido el mayor de los errores: Wikileaks nació como una organización en la que estaba involucrada mucha gente de modo que nunca pudieran ir a por una sola persona. La gente debería ser intercambiable, lo importante es el proyecto, es un movimiento. ¿Qué es Wikileaks ahora, una organización o el show de Julian Assange?».

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