De niños y catástrofes

tatianaEscribe Tatiana Benavides / Directora World Vision Chile

“En mis pupilas está impresa la imagen de esa niñita muerta, con su primoroso vestidito lleno de vuelos y tierra, tirada en la vereda en una posición imposible, como una muñeca rota”

A veces se hace terriblemente difícil escribir esta columna. Una quiere decir algo pero las circunstancias dictan otra cosa. El recuerdo de las circunstancias da vueltas dentro de la cabeza, sugiere frases, sugiere temas. En realidad quería escribir sobre las elecciones presidenciales. Pero no. Las imágenes que surgen son las de niños. Niños muertos. Niños heridos. Niños que vagan solos. No puedo pensar en otra cosa. Hemos recibido fotos que no hemos publicado en nuestra página Web por respeto. En mis pupilas está impresa la imagen de esa niñita muerta, con su primoroso vestidito lleno de vuelos y tierra, tirada en la vereda en una posición imposible, como una muñeca rota. Una muñeca que nadie va a recoger. Tal vez una retroexcavadora la cargará a un camión fúnebre que la botará en una fosa común. Y nosotros, en World Vision, hemos echado a andar una maquinaria formidable. Nuestras bodegas de acopio, ubicadas en lugares estratégicos del mundo, con un poder de respuesta inmediata frente a cualquier catástrofe, han cargado enormes aviones que están aterrizando en Haití como parte del puente aéreo internacional. La ayuda de primera hora –agua, alimentos, abrigo, medicamentos– será seguida por proyectos a mediano plazo entre los que destacan los espacios post-traumáticos para los niños. Son lugares amplios, abiertos, en que los niños vuelven lo más rápidamente posible a rutinas diarias que los conducen a la normalidad.

Estudios, cuenta cuentos, juegos, alimentación. Se diagnostica a aquellos niños que necesitan ayuda profesional –sicológica o siquiátrica. Es un punto donde se determina la identidad de los niños, desde donde se buscan padres o parientes. Es un lugar para proteger a los niños del tráfico del que son objeto, en estas circunstancias, como los tristemente célebres “restavec” haitianos, niños sin nombre entregados en esclavitud doméstica desde los cuatro o cinco años. Con el tiempo, en una tercera etapa, comenzará la reconstrucción. World Vision está levantando fondos en todo el mundo y agradece la repuesta recibida en Chile, para ayudar a construir un país mejor, más justo y más próspero.

Pero mientras tanto, dentro de mi corazón, hay algo que me impide escribir sobre las elecciones. Es algo que llora, que llora con infinito dolor por la muerte de una niñita que quedó botada en una vereda en Haití.

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