El último adiós al congresista y activista John Lewis, sin Donald Trump

Tras casi una semana de duelo y sin la presencia del presidente Donald Trump, una multitud despidió hoy al congresista John Lewis, uno de los últimos grandes pioneros de la lucha por los derechos civiles en Estados Unidos, con una ceremonia en Atlanta. (Telam)

El último adiós a Lewis, quien falleció el pasado 17 de julio a los 80 años, se llevó a cabo después de una ceremonia conmemorativa de seis días en su honor, que marcó una muestra de unidad política de los partidos demócrata y republicano.

El féretro del congresista fue trasladado desde su lugar de nacimiento, en Alabama, hasta la capital de la nación, Washington DC, y luego a Atlanta, donde se desarrolló el funeral.

El responso de Lewis, a quien le habían diagnosticado cáncer de páncreas en diciembre pasado, se realizó en la iglesia bautista Ebenezer, un lugar sagrado para quienes dieron forma a la historia de los derechos civiles, porque fue donde Martin Luther King solía ofrecer sus sermones.

Del masivo funeral participaron los expresidente George W. Bush, Bill Clinton y Barack Obama.

«Siempre creyó en predicar el Evangelio con palabras y con hechos, insistiendo en que el odio y el miedo tenían que ser respondidos con amor y esperanza», expresó Bush detrás del púlpito, según el diario digital USA Today.

Por su parte, Clinton, expresó: «Se metió en muchos buenos problemas en el camino, pero no olvidemos que desarrolló una habilidad absolutamente asombrosa para sanar aguas turbulentas»-

«Pensó que la mano abierta era mejor que el puño cerrado», agregó.

El mensaje de Obama tuvo el espíritu de Lewis, a quien definió como «un hombre de pura alegría y perseverancia inquebrantable» e invocó los nombres de los segregacionistas del sur de la década de 1960 para dar cuenta de lo poco que cambió la situación.

«Puede que Bull Connor se haya ido, pero hoy somos testigos con nuestros propios ojos de oficiales de policía arrodillados en las espaldas de los negros estadounidenses. George Wallace puede haberse ido, pero podemos ser testigos de que nuestro Gobierno federal envía agentes para usar gases lacrimógenos y bastones en manifestantes pacíficas», enfatizó el expresidente.

Ejemplo de esa perseverancia fue la frase Lewis esbozó en marzo pasado, cinco meses antes de fallecer, en el puente Edmund Pettus en Selma, Alabama, en la conmemoración de la masacre de 1965 conocida como Domingo Sangriento, cuando junto a otros manifestantes fue golpeado por policías por cruzar el puente.

«Métete en problemas, problemas necesarios y ayuda a redimir el alma de Estados Unidos», había declarado el activista.

El ataúd con los restos de Lewis salió de Alabama y fue trasladado por los principales sitios de Washington, como los Memoriales a King y a Abraham Lincoln, la Suprema Corte, el Departamento de Justicia, y el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana.

El féretro, que estaba envuelto en la bandera estadounidense, arribó al Capitolio el martes. Primero, se ofició una ceremonia privada y luego el ataúd fue colocado en la parte superior de las escalinatas del Congreso, para que los ciudadanos también pudieran despedirse.

Durante los actos en el Capitolio estuvieron presentes el vicepresidente Mike Pence, quien tenía una relación personal con Lewis; Mark Meadows, jefe de Gabinete; y otros miembros del equipo, aunque no fue así con el mandatario.

Cuando se dio a conocer el fallecimiento de Lewis, Trump breves palabras de condolencia en Twitter y ordenó que las banderas ondearan a media asta por un día.

«Triste escuchar la noticia del fallecimiento del héroe de los derechos civiles John Lewis. Melania y yo dedicamos nuestras oraciones a él y su familia», escribió Trump.

Su ausencia fue una de las noticias hoy ya que su rival demócrata en las elecciones de noviembre, el exvicepresidente Joe Biden, sí fue parte de la procesión.

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