En prisión preventiva queda ex oficial de Carabineros imputado por causar ceguera a Gustavo Gatica

El Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago decretó la prisión preventiva de Claudio Crespo Guzmán, ex oficial de Carabineros imputado por el delito de apremios ilegítimos con lesiones graves gravísimas en contra de Gustavo Gatica.

El tribunal dispuso un plazo de investigación de 90 días.

Los hechos se registraron el pasado 8 de noviembre, cerca de las 18:10 horas, en la intersección de las calles Carabineros de Chile con Vicuña Mackenna, cuando la víctima recibió el impacto de dos proyectiles.

En la audiencia se estableció que el imputado fue autor del disparo con escopeta antidisturbios que hirió al estudiante, causándole la pérdida total de la visión en ambos ojos.

Claudio Crespo, inculpado en caso de Gustavo Gatica, fue profesor de FFEE hasta mayo de 2020

Tras una compleja investigación desarrollada por la Fiscalía de Alta Complejidad Centro Norte, se recabaron antecedentes que dan cuenta que los proyectiles provenían del arma que utilizaba el teniente coronel Claudio Crespo.

Durante la investigación, los fiscales Ximena Chong, Francisco Ledezma y Tania Sánchez, en conjunto con la Brigada de DDHH y Lacrim de la PDI, se logró identificar a personal policial que estuvo aquella jornada, como parte del dispositivo de Fuerzas Especiales en el lugar.

2 Comentarios
  1. Verónica Carvallo Prenafeta dice

    Si lo que hizo este oficial no es catalogado por la justicia como una práctica de terrorismo de Estado, sino como «apremios ilegítimos» ( disparar a la cabeza de manifestantes), entonces habría que acudir a la Corte Internacional, porque en Chile las prácticas de terrorismo de Estado la justicia las está catalogando de «apremios ilegitimos».

    1. Alberto dice

      Copiado y pegado.

      Estimado Sr. Orthusteguy,

      Visto que usted asumió la defensa de Claudio Crespo, le ruego leer estas líneas para que conozca mejor a su defendido:
      Mi esposo y yo somos adultos mayores y vivimos en El Quisco. Nuestro único hijo, Pablo Gómez Salinas, tiene 47 años y es deficiente mental.
      Hace unos 18-20 años llegó a El Quisco el teniente Claudio Crespo, en calidad de jefe de Tenencia. Nuestro hijo, que iba todos los días a sentarse un rato en la plaza, comenzó entonces a hablar mucho sobre Carabineros. Terminamos por enterarnos de que Pablo había hecho gran amistad con el teniente Crespo y que, bajo su amparo, se había transformado en el regalón de los carabineros.
      Pablo tiene un daño cerebral en la zona del lenguaje. Dice poco y repite frases hasta el hastío, pero el teniente le tenía tal afecto y paciencia, que cuando íbamos a buscar a nuestro hijo lo encontramos a veces a ambos sentados en perfecta paz en la oficina del teniente: Crespo ocupado en sus deberes profesionales y Pablo en silencio en una esquinita del escritorio, escribiendo con sus lápices de colores.
      Los carabineros apodaron a Crespo “Teniente Dan” -en alusión a la amistad de un teniente Dan con un hombre deficiente en la película Forrest Gump-, y siguieron su ejemplo. Pablo le tomó tanto cariño a la Tenencia, que para sus cumpleaños adoptamos la costumbre de llevar un pastel para que lo compartiera con sus amigos carabineros. Fueron los mejores cumpleaños de su vida, en el modesto comedor de la Tenencia bajo el mando del teniente Crespo. También fueron buenos años para el balneario, porque Crespo era muy riguroso en el control de indeseables e impuso disciplina y espíritu profesional en algunos carabineros que, antes de él, eran harto relajados.
      Nosotros tuvimos por muchos años unas hermosas cabañas de turismo ubicadas en primera línea frente al mar. Cuando Crespo se fue de El Quisco, le regalamos una tarjeta que hicimos con mucho cariño y agradecimiento. La tarjeta era un “pase libre” para alojar gratis en nuestras cabañas toda vez que quisiera.
      Crespo conservó esa tarjeta en su billetera por varios años, pero nunca vino a cobrar nuestro agradecimiento. Nunca alojó en nuestras cabañas. En cambio, año tras año pasó a vernos cada vez que sus tareas lo permitían y con sus visitas rápidas mantuvo vivo el gran cariño que le tiene Pablo y también el nuestro.
      Hoy que lo presentan como un peligro para la sociedad y en internet lo llaman “psicópata”, es bueno que usted sepa que para nuestro hijo discapacitado, la sociedad nunca fue más amable, cálida y segura que cuando Claudio Crespo estuvo a cargo de la Tenencia de El Quisco. Por favor mire las fotos adjuntas, que cubren más de diez años: para las personas como nuestro hijo, la sociedad sería un paraíso si todos tuviesen la ternura y empatía que Pablo encontró en Crespo. Para los padres como nosotros, ojalá hubiese millones de Crespo.
      En su época de teniente, Claudio pensaba retirarse joven para estudiar leyes, pero su inteligencia, don de mando y aptitudes físicas lo llevaron a las fuerzas especiales. Qué desgracia. Chile lleva una década de excesos, quiebre de normas y fomento deliberado de la violencia. Son diez años de desórdenes y vandalismos amparados por políticos inescrupulosos que esperan cosechar poder sin pasar por las urnas. Y mientras todas las instituciones fallan, las fuerzas especiales funcionan y reprimen día tras día, año tras año. Ese es su deber, sin ellos no hay Estado.
      Vi en internet un video del 8 de noviembre. Claudio Crespo aparece recibiendo un montón de rayos verdes destinados a enceguecerlo, y él parece Robocop: dispara, dispara y dispara. Parte el alma ver eso y leer además que desde el 18 de octubre hasta el 8 de noviembre estuvo en la plaza Italia todos los días. Alguien tenía que reprimir tantos excesos, pero ¿tenían que ser siempre los mismos hombres, tantos días seguidos? ¿Alguien pensó en la salud mental de esos carabineros?
      No hemos visto a Claudio en los últimos tres años, pero nunca perdimos contacto. En octubre de 2018 nos anunció visita y por primera vez habló de la posibilidad de quedarse una noche con su esposa e hijito. Nosotros dichosos, pero no pudo venir por razones de trabajo. En septiembre de 2019 anunció visita para octubre. Iba a salir de vacaciones y quería que su pequeño Diego conociera a Pablo. Le rogamos que se quedara unos días para mayor disfrute nuestro y del niño, pero le suspendieron las vacaciones. En vez de vacaciones, estuvo todas esas semanas en la plaza Italia. En diciembre envió un correo en que, por primera vez, se quejó un poco. «Han sido días demasiado duros», dijo.
      Así son las cosas. El Estado lo prepara y le exige que actúe como represor profesional durante diez años, incluso a costa de sus vacaciones, y ahora se querella y permite que lo traten de psicópata… Qué injusto. Lo conocemos desde hace veinte años y sabemos que Claudio Crespo es un hombre bueno y valioso que nunca ha querido otra cosa que no sea cumplir su deber y mantener el orden para que la vida social sea mejor para todos. Si se excedió, es porque primero se excedieron muchos otros por demasiado tiempo y era su deber detenerlos. Crespo jamás se excedería con nadie por puro gusto.
      Sabemos que usted es un abogado muy competente. Esta causa es muy difícil pero, como ve, Claudio Crespo merece su mejor esfuerzo. Por favor díganos si podríamos visitar a Claudio en algún momento. Él no tiene apoyo de sus padres porque ambos están muertos. Si hay algo que podamos enviarle o llevarle para aliviar la prisión, dele nuestro afecto y dígale que por favor cuente con nosotros. No tenemos teléfono ni correo de la esposa de Claudio, por favor copie este correo para ella. Ojalá le sirva de consuelo en estos días tan oscuros.
      Le saludan cordialmente y quedan a sus órdenes y rogando por su éxito,
      Raquel Salinas y Jorge Gómez
      Del Delfín 295, El Quisco, CHILE
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