Espacio Público: apertura solo cuando epidemia esté controlada y no exista peligro de que se nos vuelva a escapar de las manos

Así lo señala el informe de hoy donde analiza los distintos indicadores y ejemplos de otras ciudades del mundo.

El reporte COVID-19 de Espacio Público, elaborado por Camila Arroyo, Tomás Cortés, Eduardo Engel, Diego Pardow y Pablo Simonetti, se pregunta hoy cómo se transita el camino hacia la apertura y señala que dicho paso se puede realizar solo «cuando la epidemia esté controlada y no exista el peligro de que se nos vuelva a escapar de las manos».

«Al ver la caída de un 37% del promedio diario de nuevos casos en la Región Metropolitana entre el 16 de junio y hoy (Figura 1b), los espíritus impacientes por que termine la cuarentena y aquellos preocupados por emprender cuanto antes la reactivación económica comenzarán a clamar por una apertura de la ciudad de Santiago», señala el documento dado a conocer esta tarde.

Según Espacio Público este «anhelo» se encontrará con las precauciones de quienes buscan salvar la mayor cantidad de vidas y no poner a la ciudad en el peligro de una segunda ola de contagios.

Los expertos recuerren, como argumento, que «inquietantes experiencias que han tenido varios países en días recientes en sus procesos de apertura llaman a ser aun más cautos de lo que habríamos sugerido hace solo unas semanas».

«Hemos llegado a la convicción de que se debe diseñar un plan de apertura progresivo, participativo y fundado en indicadores de salud pública que nos permitan saber en todo momento dónde nos hallamos respecto de la epidemia».

En cuanto a la progresividad, Espacio Público señala que «debieran definirse fases que fueran abriendo poco a poco nuevos sectores, asegurándose de que cada paso esté acompañado de un protocolo de operación, contemplando normas de seguridad en el distanciamiento físico y el equipamiento de protección personal de las personas involucradas. Por ejemplo, si se decide abrir el pequeño comercio, no debería permitirse más de una persona dentro del local, quienes atienden deben utilizar todos los elementos de protección necesarios, exigir al cliente que use su mascarilla y que mantenga el distanciamiento, y en caso de ser necesario, proveer de productos de higiene. Si se decide abrir los restaurantes, se podría exigir, por ejemplo, que funcionen a un tercio de su capacidad, como se realizó en España en una de las etapas. Si se decide abrir los colegios, habrá que establecer un sistema de funcionamiento que permita que los niños no vuelvan a salas abarrotadas».

Dan como ejemplo que, en la mayoría de los países estudiados, se normó el uso del transporte público y se incentivó el uso de medios de transporte alternativos, como la bicicleta.

«En general, se ha realizado este camino hacia la apertura total en cuatro o cinco fases, definiendo plazos para cada una de ellas, y lo que es más importante, definiendo indicadores de salud pública que amparen cada paso de esa apertura. En resumen, deben estipularse protocolos para el funcionamiento de cada sector, definir plazos mínimos antes de avanzar a la siguiente etapa (y así poder medir el impacto de cada medida de apertura en cantidad de nuevos contagios) y asegurarse de que los indicadores de salud pública estén en los rangos definidos» aseguran en Espacio Público.

En cuanto a la participación, dicen, deben ayudar a hacer el diseño de estas fases y definir los indicadores las sociedades médicas y científicas. «Solo así conseguirá el gobierno que este sea el plan de todos», advierten.

El documento, además se refiere a los indicadores a consierar. «hay diferentes aproximaciones en distintos países. Las cifras principales a las que hay que atender serían un número de casos decreciente de manera consistente (Re cayendo consistentemente en el tiempo, camino a valores muy inferiores a uno), y que este número se viera reflejado también en una caída en el tiempo de las muertes y la ocupación hospitalaria. Dicha ocupación también debe ser parte de la ecuación, pues los hospitales deben tener una holgura suficiente para darle un respiro al personal de salud, ser capaces de atender todos los casos que lo requieran en las unidades críticas y comenzar la puesta al día con las prestaciones urgentes y de rutina para enfermedades no relacionadas con el covid-19. Otro indicador de gran relevancia es la positividad, la cual debería caer a niveles debajo del 10 %, la OMS recomienda que baje de 5 % durante dos semanas seguidas, porque demostraría que la capacidad de testeo va por delante del contagio y no por detrás, como ha sido la tónica hasta ahora. Estas tasas de positividad permitirían ir en busca de nuevos casos de manera mucho más agresiva. Otro elemento crucial es que el equipo de trazadores sea capaz de trazar la inmensa mayoría de los casos, llevando a posibles aislamientos».

Espacio Público, en referencia a las palabras del ministro Paris en el informe Covid de hoy, donde habló de superar el 90 % recomendado por la OMS, cuando en Santiago y en Valparaíso solo se están trazando entre el 55-60 % de los casos. «En Wuhan llegaron a tener 81 trazadores por 100.000 habitantes. Nueva York se puso como meta llegar a 30 trazadores por 100.000 habitantes antes de siquiera comenzar a pensar en abrir. Esta última cifra implicaría un contingente de 2.400 trazadores para Santiago y 5.400 para todo el país».

El informe muestra como ejemplo la ciudad de San Francisco. «Ellos definieron indicadores clave y los van actualizando diariamente en niveles rojo, naranja, amarillo y verde. Cada uno de estos niveles indica si se puede seguir adelante con la apertura, detenerse o volver a imponer medidas de confinamiento. Los indicadores son:

• Tasa de cambio en las hospitalizaciones covid-19.
• Promedio móvil del porcentaje de camas UCI disponibles.
• Promedio móvil de casos diarios por 100.000 habitantes.
• Promedio móvil de tests realizados diarios y su positividad.
• Porcentaje de casos trazados a lo largo de las dos últimas semanas.
• Porcentaje de casos en que se ha podido trazar a sus contactos.
• Oferta suficiente de los elementos de protección personal para el personal de salud y la comunidad.

«En fin, culmina el informe, necesitaremos un plan de apertura paulatino (y de ser necesario reversible), anclado en los indicadores de salud pública, creado de manera participativa, y que contemple un esfuerzo diario y detallado de comunicación a la comunidad, para que así se transforme un esfuerzo de todas».

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