Francisco Chahuán, senador electo: El hombre que derrotó a Lavín

chahuanFue, para muchos la gran sorpresa de estas elecciones y unos de sus ganadores. Con sólo 38 años, llega al Senado y lo hace dejando en el camino a un dos veces candidato presidencial de su sector. Para los que creen que los votos y su triunfo pueden convertirlo en presidenciable es claro: “que vayan con ese cuento a otros”.

Es Francisco Chahuán Chahuán, abogado, casado con una jueza y que ya suma 4 hijos. Tiene 38 años y hace poco, antes de la reforma, no podría haber llegado al Senado por no contar con la edad mínima requerida para postularse.

Hoy, a pocos días de las elecciones, ya está ahí y luego de vencer, nada más pero nada menos también, a uno de los nombres emblemáticos de la UDI, Joaquín Lavín Infante, dos veces candidato a la presidencia y ex alcalde de las comunas de Las Condes y Santiago.

Asumirá en marzo, con otros nombres de su misma generación, para darle un nuevo rostro a la Cámara Alta: Ximena Rincón, Patricio Walker, Ricardo Lagos Weber, Lily Pérez y Fulvio Rossi.

Mientras tanto, tiene que ir al Congreso y seguir como diputado, recibir ahí, además, la indiferencia de algunos legisladores UDI que lo “culpan” de haber dejado fuera del Senado a uno de sus líderes.

La gran mayoría, sin embargo, lo mira como un ejemplo de consecuencia y resistencia, desde que el 26 de mayo pasado, casi como un “fedayín” inició una cruzada que para muchos no tenía destino. La dramática noche del domingo 13, además, pareció darles la razón cuando las cifras daban ganador a Lavín por estrecho margen en la llamada V Región Costa.

Pero Chahuán, conocedor de los cerros y las arenas, estaba consciente que la votación le sería favorable.

Esperó con paciencia musulmana hasta que se contara el último voto de la mesa más alejada y, recién ahí, el columnista de El Periodista desde casi sus inicios, soltó su alegría pero con la mesura suficiente para no abrir más heridas previo a su segundo desafío: conseguir que Sebastián Piñera sea el presidente electo en enero de 2010.

¿Te sientes culpable de la derrota de Lavín?

No, creo que en definitiva él, al igual que yo, somos grandes vencedores en esta última elección…

Pero Lavín se quedó fuera del Senado…

Sí, pero va a ser, sin lugar a dudas, un hombre fundamental e integrará la primera línea del comando presidencial de Sebastián Piñera para la segunda vuelta. No me cabe la menor duda, además, que su vocación la va a desarrollar en un área o en una función que para él va a ser mucho más cómoda: una posición ejecutiva en un futuro gobierno de Sebastián Piñera.

¿Tan pronto sanarán las heridas?

Con Lavín vamos a complementarnos adecuadamente y, luego del café que nos tomamos, se inicia ese proceso de sanación. Tenemos que, además, proyectar por un tema de responsabilidad, unidad en la coalición por el cambio, que es los que Chile necesita. Nuestra gente está cansada de las descalificaciones y de la mezquindad, de la cosa pequeña, de la clase política que está perdida pensando siempre en la última encuesta o en la próxima elección y no en la creación a futuro o en cómo generar un país distinto en los próximos 10 o 15 años. Esto me apasiona y va a ser uno de los temas que ocupará gran parte de mi tiempo…

¿A qué te refieres?

A la necesidad de un gran acuerdo nacional que permita generar un pacto social con las fuerzas sociales, los empresarios, las universidades y las autoridades políticas. Ad portas del bicentenario me hubiese gustado que tuviéramos metas ambiciosas y claras: erradicar la pobreza y los campamentos, mejorar la distribución de los ingresos, preocuparnos de la matriz energética y profundizar la reforma educacional. ¡Ninguno de esos temas están en la agenda y no lo están porque nuestra mal llamada clase política está consumida con lo mediático!

¿El éxito de tu candidatura, entonces, es que lograste darle contenido al mensaje?

Sí, claro. Conozco cada cerro de mi ciudad y a la gente; la gente no son números, no son electores, son personas con nombre y apellido con problemas y el detenerse frente a cada uno de ellos para escucharlos y entenderlos, explicándole qué pensaba hacer y por qué, hizo la diferencia…

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