Fréderic Martel, autor del libro que estremeció a la Iglesia: La hebra chilena de Sodoma

El autor destaca la importancia de Chile en la trama, especialmente por la presencia en Chile -durante la dictadura- del entonces nuncio Angelo Sodano. “Muchos obispos, cardenales o consejeros políticos que protegieron a Pinochet eran homosexuales”, señala en esta entrevista.

Por Cristina Zúñiga /

La verdad es que el episodio chileno es sólo una parte en las más de 600 páginas de esta investigación, pero son suficientes para seguir abriendo los ojos… y sorprenderse.

“Lo que resulta singular, en cambio, por no decir asombroso, es la existencia de una auténtica “corte  gay” alrededor de Pinochet.  Nadie la ha descrito nunca con detalle; me corresponde a mí hacerlo, porque entra de lleno en el asunto de este libro”.

Y es aquí, por la página 260 del libro Sodoma, Poder y Escándalo en el Vaticano, que comenzamos a mirar los detalles de esta investigación, de cuatro años, con otros ojos y mayor interés, siguiendo las pistas que va arrojando su autor Fréderic Martel, sobre la doble vida del mundo eclesiástico en nuestro país.

La hebra chilena, eso sí,  comienza en las páginas anteriores con la larga relación entre Angelo Sodano y el ex dictador Pinochet, donde los numerosos testigos con los que habló el autor no dudaron de calificarla de “amistad profunda” o incluso “amistad funcional”.  Pues Sodano, siendo un defensor de los derechos humanos, acabó siendo, a pesar suyo, “el ángel guardián de Pinochet”.

Aunque la investigación asegura que los archivos diplomáticos, hoy desclasificados, confirman que efectivamente hubo tensiones entre Sodano y Pinochet sobre todo los primeros años, “son más numerosos los documentos que demuestran la lealtad inquebrantable de Sodano a Pinochet. El nuncio miró a otro lado cuando el gobierno detuvo a varios curas acusándolos de actividades subversivas”.

De acuerdo con el autor, “empezó a minimizar los crímenes de Pinochet, y trató de quitarle importancia al sistema de torturas sistemáticas… En 1983 intrigó para sustituir a Silva Henríquez, un cardenal moderado que criticó los desmanes de la dictadura y se mantuvo leal del presidente Salvador Allende.  Sodano logró que en su lugar  fuera nombrado Juan Francisco Fresno, un notorio aliado de Pinochet y obispo “insignificante”, según todos los testimonios.

El relato continua sin juicios de valor, porque el libro es sólo una radiografía de hechos y situaciones que van explicando la homosexualidad al interior de la Iglesia Católica, y que se topa con nuestra realidad más perturbadora durante la dictadura de Pinochet.

Aparecen periodistas, escritores, sacerdotes, políticos, y otros cuantos nombres que acostumbramos a ver en la prensa nacional, cada uno con una porción de información que permite construir una parte del todo: de cómo operó la iglesia católica en algunos siniestros pasajes de la dictadura militar;  la protección que recibió Fernando Karadima de parte de Angelo Sodano y del gobierno militar, y algunas cosas que ya sabemos a estas alturas como la homosexualidad al interior del sacerdocio, los encubrimientos de abusos sexuales o la vida gozadora de quienes predicaban la austeridad.

La verdad es que el episodio chileno es sólo una parte en las más de 600 páginas de esta investigación, pero son suficientes para seguir abriendo los ojos… y sorprenderse. Lo que pueda surgir ahora es un desafío que el sociólogo, periodista y escritor francés Frédéric Martel espera asuman los investigadores y periodistas chilenos: “el alcance de la red gay de Pinochet o la verdadera vida de Angelo Sodano, ya que en Chile parecía todo menos eclesiástico. Le gustaba la buena mesa y el poder. Este libro es el punto de partida”, dice. Por eso vino a Chile, a dejar testimonio de un trabajo de cuatro años, entrevistando  a cerca de mil 500 personas para transparentar esta “doble vida” al interior de la Iglesia Católica, tan impresionante como perturbadora.

¿Qué hace que  Chile sea uno de los países importantes de este libro?

Chile tiene la esencia del sistema, porque lo que ves en otros países en Chile se da de una  forma paradójica. Tienes a Angelo Sodano, que fue Nuncio por 10 años, con un rol que se cuestiona mucho; creo que el Episcopado en Chile es especialmente gay al menos en secreto y que el sistema que cubrió el crimen de Fernando Karadima estaba compuesto de muchos homosexuales. Ahora, hay que ser claro que no hay vínculo entre homosexualidad y abusos sexuales, sin embargo en la iglesia católica en Chile, muchos de los abusos son homosexuales. Diría que quienes abusan de hombres o niños son personas que tienen un problema con su sexualidad, que está reprimida. La homosexualidad no es el problema. Cuando hay un abusador loco y enfermo como Karadima, todos lo protegen de cierta forma porque tienen miedo de sí mismo. Muchos obispos, cardenales o consejeros políticos que protegieron a Pinochet eran homosexuales.

-¿Homosexualidad que toca también a Sodano?

Sodano fue un amigo muy cercano a Karadima e incluso se quedaba en su parroquia, donde tenía una habitación reservada conocida como “la sala del nuncio”. ¿Por qué Angelo Sodano frecuentaba  tanto el ambiente gay?

Y en esta interrogante es que Frédéric instala en su libro tres hipótesis sobre la figura del ex nuncio y posterior secretario de Estado del Vaticano: “La primera es que Angelo Sodano fue manipulado por los servicios secretos chilenos, que le espiaron y se infiltraron en la nunciatura aprovechando su ingenuidad, su inexperiencia o sus relaciones. La segunda es que Sodano era vulnerable, aceptando la hipótesis de que él mismo fuera homosexual, y hubiera sido obligado a comprometerse con el régimen para proteger su secreto. No cabe duda de que la policía política de Pinochet conocía todos los detalles de su vida profesional y privada, cualesquiera que fuesen; tal vez se los había arrancado. Por último, la tercera hipótesis es que Angelo Sodano, ese gran manipulador que compartía las ideas políticas de los consejeros de Pinochet y sus costumbres, se movió a sus anchas en un ambiente que le era familiar”.

SODOMA FUERA DE CHILE

¿Qué se puede decir de Frédéric Martel? Es guapo, seductor, envolvente y gay. Cualidades que sin duda usó para levantar información sobre todo lo que pasaba al interior del Vaticano. “Mis interlocutores fueron bien variados, muchos de los sacerdotes son abiertamente gay, estuve con uno en un bar homosexual, conocí a algunos amantes de sacerdotes y por supuesto no faltó quien andaba en pareja y pinchó conmigo”.

“Sin duda que ser gay me permitió escribir el libro desde una perspectiva y sensibilidad distinta. Un hetero no lo hubiese podido hacer. Conozco los códigos, tengo las redes y por cierto una motivación intelectual”.

Un trabajo realizado con un equipo de 80 investigadores, corresponsales e intérpretes distribuidos en 30 países, con quienes fue transparentando la homosexualidad de muchos actores que tuvieron roles claves en los  papados de Pablo VI, Juan Pablo II, Benedicto XVI y Francisco.

¿Con qué propósito abordar un tema tan complejo?

Solo evidenciar una realidad. Soy periodista de investigación y esto es una verdad  donde evidencio la homosexualidad al interior del Vaticano, compuesta por una mayoría silenciosa que se ve en todas partes del mundo, incluso en Chile. Es un libro sobre la homosexualidad. Digo que son como las 50 sombras de Grey porque conocimos algunos sacerdotes que son homosexuales pero que no tienen sexo y son  fieles al celibato, pero tenemos también personajes que tienen conflictos con este tema, se autoflagelan; que tienen novios y viven con sus amantes, y otros que tienen muchos amantes participando incluso en orgías gay en el Vaticano. Hay pruebas de eso. Es un mundo complejo.

Sodoma revela la existencia de este mundo gay y documenta con pruebas el alto número de cardenales homosexuales que públicamente proponen decretos en contra del matrimonio homosexual y otros temas relacionados con la moralidad sexual; mientras que en el interior de sus habitaciones viven  otra vida.

¿Qué esperas que pasé con esta investigación y con  la Iglesia Católica?

Transparencia, honestidad y reconocimiento de que la Iglesia Católica es una organización mayoritariamente homosexual. Con esto no busco escandalizar ni provocar, porque es una investigación compleja y seria, sino develar que para ocultar esta situación se instaló por años una estructura de secretismo que ha tenido efectos perversos para la iglesia católica.

¿Una tarea que el papa Francisco ha abordado de manera más frontal que otros?

Francisco ha tratado de ir en la dirección correcta a pesar de que ha cometido algunos errores que ha reconocido. Está intentando avanzar en estos temas, ha mostrado tener más empatía con los sacerdotes homosexuales y hay que ayudarlo porque hay muchos eclesiásticos conservadores y homofóbicos que han sido muy críticos; se muestra favorable a los inmigrantes, crítico a Trump… hay que ayudarlo. La iglesia puede reescribir su historia, todo puede ser cambiado, esa es la lectura al final.

A tener en cuenta sobre Sodoma

-El libro habla sobre corrupción en otras esferas del clero, de la hipocresía y los escándalos ignorados por sus líderes.

-La investigación se estructura principalmente durante tres papados, el de Juan Pablo II, el de Benedicto XVI y el de Francisco.

-Incorpora los hechos emblemáticos que han fracturado la relación entre la Iglesia Católica y sus feligreses: los Legionarios de Cristo y al obispo Maciel en México, o al obispo López Trujillo en Colombia.

-Chile ocupa un lugar especial en la investigación, con Angelo Sodano, Pinochet y Karadima como principales protagonistas.

-Martel es escritor, investigador y periodista francés. Ha publicado varias obras traducidas  a más de 20 idiomas.

-Sodoma cuenta con los testimonios de 41 cardenales, 52 obispos y monseñores, 45 nuncios apostólicos y embajadores extranjeros y más de doscientos sacerdotes y seminaristas.

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