Steve Jobs, Genio y figura: Secretos del talento del creador de Apple

steve-jobs¿Es posible admirar a un empresario maníaco, cruel, que les grita a los empleados y los hace trabajar hasta 90 horas por semana?.

Si la respuesta es negativa, usted no puede figurar en la lista de admiradores de Steve Jobs, fundador de Apple, genio de la innovación, responsable de diversas revoluciones tecnológicas que cambiaron el mundo para siempre: el mouse y los íconos “clicleables”, que hicieron que la computadora fuera accesible incluso a chicos de tres años. Y también creador del iPod y el iPhone.

Tanto talento precisaba ser explicado de alguna manera, por lo que un periodista americano, Kahney Leander, intentó hacerlo, para lo que escribió un libro que se llama “En la cabeza de Steve Jobs”.

El retrato que el autor presenta del fundador de Apple es el siguiente: Jobs es un líder mesiánico y, al mismo tiempo, despojado. Inspira ideas y también inspira miedo. Trata a su interlocutor ya sea como un genio o como un idiota.

Las conclusiones son claras: los defectos de Jobs son tan importantes como sus virtudes. Sin ellos, Apple no sería Apple. El autor entrevistó a diversos ejecutivos que trabajan directamente con Jobs y ofrece una visión interna de la “empresa más revolucionaria del mundo”.

“No existe un método para la innovación en Apple”, afirma Jobs. A la empresa le gusta decir que la innovación se da allí dentro como un proceso orgánico. Apple funciona como la suma de varias empresas pequeñas y no como una corporación de más de 30 mil personas. Su líder se ocupa de defender la creatividad de la amenaza de la burocracia.

No tiene el menor inconveniente en lanzar al mercado productos capaces de transformar en inservibles a los que ya existen. Pero, sin embargo, combate la innovación aleatoria porque esta “crea soluciones para problemas que no existen”. La gran encrucijada que vive la empresa es cómo mantener viva la llama de la creatividad cuando Jobs ya no trabaje allí. La verdad es que la luz de Apple emana casi con exclusividad de él. Lo que lo mueve no es la competencia ni el dinero, sino cambiar el mundo y hacer historia.

Trabaja movido por la pasión y es muy exigente. Sabe extraer lo mejor de cada uno aunque sea de manera traumática.

Es un intimidador profesional aunque no puede decirse que sea exactamente un tirano. Es más bien un padre al que es muy difícil agradar y complacer. De esta forma logra la atención y la aprobación de las personas. Nadie quiere decepcionarlo y todos hacen lo imposible para que esto no suceda. Por ejemplo, un empleado que sabe que en Apple usar zapatos está mal visto, tiene siempre escondido el calzado deportivo apto para caerle bien a su jefe y se cambia apenas sabe que este está por aparecer.
Jobs adora las disputas intelectuales. Es un experto en testear si su interlocutor está bien informado y sabe defender sus puntos de vista. En Apple la gente se pregunta: “¿Ya fuiste testeado hoy?” El testeo se puede dar en un pasillo, en el ascensor o en el lugar en el que los empleados toman café. Además, es un perfeccionista patológico
capaz de hacer rediseñar una placamadre –que el usuario no mira– porque está “fea”.

Fuera de la empresa se comporta de la misma manera. Y a veces, como todo el mundo, se equivoca. El Mac Cube que lanzó en el 2000 fue una apuesta personal suya que naufragó. Ahora afirma que no competirá con Kindle, el lector el e-books de Amazon, porque la gente no lee más. ¿Tendrá razón?

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