Consecuencias de la Cumbre Brics: el nuevo mundo

bricsLa creación del Banco de Desarrollo y un fondo de emergencia plantea un nuevo escenario económico financiero internacional que promete apoyo a los países emergentes. Respaldo a la Argentina contra fondos buitre.

Por Graciela Moreno*

La última cumbre de los países BRICS, sexta desde su creación en 2009, ha marcado uno de los hitos más importantes en materia geoeconómica de los últimos años. Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica han dejado bien en claro al mundo entero que son quienes manejan más del 25 por ciento del PBI mundial y han tomado la decisión de no dejar librados sus destinos a organismos multilaterales que para ayudarlos siempre los terminan condenando a la pobreza.

La declaración conjunta de Fortaleza no deja lugar a dudas. Allí destacaron “la necesidad de alcanzar simultáneamente crecimiento, inclusión, protección y preservación” para cada una de sus economías. Para poder aspirar al crecimiento necesitan un respaldo financiero, de ahí el surgimiento del Nuevo Banco de Desarrollo y el Fondo de Emergencia, un claro reto al Banco Mundial y al FMI.

En el mapa económico mundial, China ocupa el segundo puesto; India, el tercero; Rusia, el sexto; Brasil, el séptimo y Sudáfrica el 25º. “Sin embargo su poder de voto en el seno del FMI a duras penas representa el 11 por ciento del total, contra 16,75 por ciento de Estados Unidos o 43,1 por ciento del G-7 (EE.UU., Japón, Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Canadá). Así, la participación e influencia de los subdesarrollados es inexistente”, señala Carlos Fernández Vega en su análisis en Telesur.

Frente a este panorama, estos cinco países decidieron crear un banco propio, New Development Bank o Nuevo Banco de Desarrollo. Seguramente Jim O’Neill, economista de Goldman Sachs que en 2001 acuñó la sigla BRIC para aludir a los cuatro países que empezaban a tener una gran influencia mundial (previa incorporación de Sudáfrica), no podrá creer lo que hoy ve. Hasta dónde su apodo dio origen a este gran cambio.

Este nuevo banco nace con un capital inicial de 50.000 millones de dólares, formado por un aporte de 10.000 millones de dólares de cada uno de sus 5 miembros y su objetivo es financiar proyectos de infraestructura. Aunque ya se ha autorizado una ampliación hasta los 100.000 millones de dólares.

Con sede en Shangai, China, la presidencia tendrá un mandato de cinco años sin renovación. El primer presidente será de origen indio y su primer director será brasileño. Según lo acordado, en los primeros siete años de funcionamiento cada uno de los BRICS aportará dos mil millones de dólares. La puerta está abierta para que otras naciones se sumen, pero está claro que la mayoría accionaria de los fundadores no podrá ser menor al 55 por ciento.

Todas las decisiones se tomarán por mayoría especial, es decir, con el apoyo de cuatro de los cincos representantes de los BRICS, o con dos tercios de los votos, informa el portal Rusia Today. Si se ratifica todo y se aportan los fondos, el banco podría operar en 2016. El presidente ruso Vladimir Putin fue claro: “La creación del Banco de Desarrollo de los BRICS, más el fondo de reserva de divisas, permitirá a sus países miembros ser más independientes respecto de la política financiera de los países occidentales”.

Los que creían que BRICS era sólo una sigla se han dado cuenta de que finalmente cinco naciones han decidido unirse no sólo para beneficiarse entre sí, sino para ayudar a los países en vías de desarrollo que ven cada vez más complicado su propio crecimiento. “Vamos a levantar la voz de los países en desarrollo para que tengan igualdad de oportunidades en la comunidad mundial”, dijo Xi Jinping, presidente de la República Popular China al hablar en la sexta cumbre.

Los BRICS se han decidido. No sólo contarán con ayuda propia para financiar sus proyectos de infraestructura, sino que además idearon un fondo de contingencia por 100.000 millones de dólares para “evitar presiones de liquidez a corto plazo, promover una mayor cooperación entre BRICS, fortalecer la red de protección financiera mundial y complementar los acuerdos internacionales existentes”. Este fondo cumpliría un rol similar al previsto en su creación para el FMI. China aportará 41.000 millones de dólares, mientras que India, Rusia y Brasil unos 18.000 millones de dólares cada uno y Sudáfrica 5.000 millones de dólares.

Ambas ideas ya concretas, encendieron una luz roja no sólo en los mayores bancos privados, sino también en el FMI y Banco Mundial. Imaginan que ya no será tan fácil aplicar sus duras recetas.

Los BRICS expresaron su “desacuerdo” y “seria preocupación” con el hecho de que el FMI no haya implementado las reformas acordadas en 2010 y pidieron al Banco Mundial “estructuras de gobierno más democráticas” y un “fortalecimiento de la capacidad financiera” de la entidad. “El proceso de reforma del FMI debe llevarlo a la modernización de su estructura de gobernanza de modo que refleje mejor el peso creciente de la economías emergentes en el desarrollo de la economía mundial”, subraya la Declaración de Fortaleza.

Pero el avance de los BRICS no se quedará sólo en la cuestión financiera. Vladimir Putin adelantó que están analizando la creación de un banco internacional de combustibles para garantizar “la seguridad del abastecimiento” para sus economías y un instituto de seguridad para la energía. No quiso dar muchos detalles pero dejó entrever que avanzarán con acuerdos en el sector de satélites y en la industria minera. Y recordó al pasar que los BRICS atesoran el 36 por ciento de las reservas mundiales de materias primas.

Entre los jefes de Estado pertenecientes a la Unasur invitados a la cumbre de los BRICS, se hizo escuchar la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien recibió el apoyo de todos los países al plantear el cuestionado fallo a favor de los fondos buitre. Denunció: “La Argentina está sufriendo un ataque especulativo” y aseguró: “Lo que se pretende es hacer caer la reestructuración de la deuda externa argentina para imponer un sobreendeudamiento permanente… la Argentina no va a entrar en default”. El duro discurso de la Presidenta cerró con un reclamo para la instauración de un orden financiero global que permita el desarrollo sustentable de todas las naciones. No sólo sumó el apoyo de los BRICS, a los ya previos apoyos del G-77 en la ONU, así como la OEA, sino que además logró que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, proponga debatir el tema de la reestructuración de la deuda en el próximo G-20 en Australia.

Entre los diversos apoyos, el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, señaló a la prensa: “El caso de la Argentina es irracional e insólito. Todos los países manifestaron su apoyo a la Argentina y la necesidad de una solución práctica”. Sin embargo, algunos columnistas de opinión de diarios locales se sintieron desilusionados porque la cumbre no se pronunció por escrito y hasta Clarín tituló en una de sus notas “Los BRICS relegan a la Argentina y la región en la agenda de Brasil”.

Algunos medios, con análisis acotados a su interna local, pierden de vista que embanderándose con el tema fondos buitre, la Argentina logró alzar su voz y fue escuchada en diversos ámbitos. Y si bien en ningún momento se había planteado que el país se sumara a integrar los BRICS en esta reunión, ni Dilma Rousseff descartó que en un futuro, con previo acuerdo de los cinco países integrantes, la Argentina pueda incorporarse.

No hay dudas de que se inició un nuevo ciclo en el escenario económico financiero mundial impulsado por las cinco grandes potencias emergentes. El Nuevo Banco de Desarrollo se plantea como la contracara del Banco Mundial y el Acuerdo Contingente de Reservas como una alternativa al FMI para todos los países en desarrollo. ¿Cómo puede este nuevo escenario no preocupar a los que hasta ahora sentían que gracias a sus espaldas podían manejar el destino de muchos países?

*Revista Veintitrés

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