Elecciones en España: votaron los ciudadanos y el Rey decide

españaLas elecciones Generales de España del 20D han dejado el río de revuelto y con las aguas turbias. Todos ganaron, todos perdieron. La derecha gobernante triunfó pero también se desplomó, la derecha emergente de Ciudadanos se llevó el gran fiasco, los socialistas quedaron segundos, pero con grandes pérdidas, y el partido Podemos irrumpe en el Congreso por la puerta grande de la izquierda, situándose como tercera fuerza política. Ahora, el Rey Felipe VI tiene la palabra. De momento el mercado bursátil se ha pronunciado, para mal. El factor sorpresa se quedó dormido: el bipartidismo ha muerto.

Por Mate Guerra, corresponsal

Con saltitos forzados arriba de un tarima el presidente del Gobierno español, el derechista Mariano Rajoy del Partido Popular, celebró la noche del domingo 20D su triunfo al obtener la mayor cantidad de escaños -123 de 350-, un 28,72% de los sufragios.

La pérdida de 63 diputados no parecía aplacar sus aires de ganador ante una multitud vestida con la bandera española.

Lo cierto es que el Partido Popular se ha quedado muy, pero muy  lejos de una mayoría que le permita gobernar a sus anchas como lo ha hecho hasta ahora. Ni siquiera está claro si Mariano Rajoy será investido como Presidente de Gobierno para la próxima legislatura que comienza en los primeros meses de 2016. Rajoy tendrá que buscar acuerdos casi imposibles con sus adversarios políticos. La incertidumbre planea por todos los análisis postelectoral.

El Partido Popular, PP, con una pérdida de más de tres millones de votos, deberá ceder ante el resto de partidos para lograr el apoyo que necesitará en el Congreso con el fin de que Mariano Rajoy permanezca en La Moncloa. La pregunta que todos se hacen ¿Pero quién o quiénes lo apoyarán? Los cálculos no salen. El fiasco de la llamada derecha emergente de Ciudadanos, Cs, de Albert Rivera, que lejos de los pronósticos sólo logró 40 escaños, un 13,96% de los votos, también da de lleno en las aspiraciones del PP.

Sin embargo, en su discurso triunfalista en la noche del domingo 20D, Mariano Rajoy se escudó en la frase ¨Quien gana las elecciones, debe gobernar. España necesita estabilidad en su Gobierno¨. No es imposible, pero muy difícil. Un hipotético apoyo del PSOE podría ser la solución, pero los socialistas no parecen dispuestos a actuar de garantes de una derecha que ha atacado sin clemencia, marcada por la corrupción y unas políticas sociales para superar la crisis que han arrasado con la sociedad del bienestar que vivieron los españoles y españolas durante las décadas pasadas.

Ante este escenario, al PP no le queda otro remedio que buscar apoyos individuales, uno a uno entre los diputados, en otras colectividades menores y así lograr el apoyo de una mayoría solvente de 176 diputados para seguir al frente del Gobierno. Todo parece incierto.

EL SUSTO DE LOS SOCIALISTAS
El resultado obtenido por los socialistas, 90 escaños, un 22,01% de los votos, con una pérdida de un millón de sufragios respecto a las pasadas elecciones de 2011, ha sido para el PSOE un triunfo agridulce. Liderados por Pedro Sánchez, los socialistas no han ganado para aspirar a la jefatura del Gobierno, pero se mantienen como segunda fuerza política del país, con un soplo de alivio tras la aparición del Partido Podemos, surgido del desencanto en las calles y que ha arañado parte del electorado socialista. Durante la campaña y a puertas cerradas, el susto del PSOE estaba centrado en el avance electoral de Podemos, que usó el color morado de la bandera republicana para adornar su periplo en busca de votos.

Varias encuestas antes del 20D relegaban a los socialistas a la cuarta posición tras la entrada emergente de Podemos, liderada por el joven de la coleta Pablo Iglesias, y que cuenta con el apoyo de gran parte de la izquierda cansada y desilusionada de la política tradicional del bipartidismo.

Lo cierto es que con un poco más de cinco millones de votos, el PSOE se mantiene en segunda posición, a pesar de haber conseguido el peor resultados de su historia en democracia. ¨Hemos hecho historia, hemos hecho este presente y el futuro es nuestro¨, declaró pletórico el candidato socialista Pedro Sánchez tras conocerse los resultados de las urnas.  Con estas cifras, el Secretario General del PSOE se ha sentido con el derecho de anunciar, inmediatamente acabado el proceso en las urnas, que continuará al frente de la colectividad, acallando voces al interior del partido sobre un posible relevo en la ejecutiva socialista.

De momento, lo único claro, pero no oficial, es que el PSOE no apoyará una nueva investidura de Mariano Rajoy. Según fuentes cercanas a la dirección del partido, ¨un hecho de esa naturaleza sería un verdadero suicidio político para la credibilidad de los socialistas y porque de alguna manera, aunque parezca difícil, la opción de Sánchez para lograr acuerdos y mirar a La Moncloa no está del todo cerrada¨.

Los que sí amanecieron hoy con una amplia sonrisa de oreja a oreja, fueron los militantes de Podemos con Pablo Iglesias a la cabeza. Directamente surgida de las protestas por la dura situación económica y social que afecta a España, esta colectividad emergente se planta ahora en el Congreso como la cuarta fuerza política con 69 escaños y un 20,66 de los votos. Con el lema a viva voz de ¨Sí se puede, sí se puede¨, Podemos tendrá fuerza en todas las negociaciones que se desarrollen en la Cámara de Diputados.  Su candidato, Pablo Iglesias, anunció su primera decisión irrevocable en cuanto a propiciar una reforma constitucional y el blindaje de los derechos sociales. Para la derecha del Partido Popular la peor conclusión de las Elecciones Generales es justamente la llegada al poder legislativo de lo que llama ¨la extrema izquierda¨ que para el PP representa Podemos. Iglesias responde: ¨Es la típica política del terror fascista¨.

EL REY TIENE LA PALABRA
El futuro político tras las elecciones está nublado, confuso, a merced de acuerdos posibles e imposibles. Por un lado, el bloque formado por la derecha del Partido Popular y Ciudadanos carece de los votos suficientes para una mayoría que le permita a Rajoy seguir en el poder. Sólo escudriñando en pequeños partidos con representación parlamentaria podrían encontrar el apoyo que necesita. Entre las dos colectividades suman 163 escaños de los 176 requeridos para la mayoría absoluta. Lo mismo pasa con el bloque del PSOE y Podemos. Las dos colectividades de izquierda estarán representadas por sólo 159 diputados. Los negociadores de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias, si es que entre ellos se ponen de acuerdo, deberán bucear en las posibilidades que les de la Unidad Popular (Izquierda Unida) y otras formaciones nacionalistas.

Sin sorpresas y tal como se esperaba, la situación poselectoral ha dejado claro que el escenario político español comienza una nueva etapa política desconocida desde la recuperación de la democracia hace más de cuarenta años y que se traduce en la muerte total del bipartidismo (siempre protagonizado por el PP y el PSOE). Este 20 de diciembre ha nacido el multipartidismo, con más voces que tendrán mucho que decir a la hora de legislar.

Pero antes, el calendario establecido para formar un nuevo Gobierno -desde este 20D Mariano Rajoy es sólo presidente en funciones-, indica que ahora el Rey Felipe VI entra en el escenario de esta historia. El monarca se reunirá con los portavoces de todos los partidos que han conseguido representación parlamentaria, los que le propondrán el nombre de un posible Jefe de Gobierno. Tras la ronda de consultas, Felipe VI deberá elegir y remitir al Congreso su decisión. A partir de enero de 2016, la Cámara de Diputados tendrá un plazo máximo de 60 días para negociar y votar al nuevo Presidente de Gobierno. De lo contrario, el jefe del Congreso deberá presentar un real decreto por el que se disuelven las Cortes y se convocarán nuevas elecciones, una situación nunca antes vivida durante la democracia española.

LA BOLSA EN LAS URNAS
Como es tradicional en España, tras el día siguiente de Elecciones Generales el Ibex35 -el selectivo español- suele registrar caídas en sus índices. Pero estas han sido unas elecciones cuyos resultados están removiendo todo el escenario político. ¨Una vez despejada la incógnita del nuevo panorama político en España tras el 20D de 2015, el Ibex35  ha amanecido con descensos superiores al 2,5%, con una caída de 9 mil 500 puntos. La pérdida de la mayoría absoluta del PP y la irrupción de los partidos emergentes abren un escenario de incertidumbre sobre la gobernabilidad de España. El mercado interpreta que se armó la gorda¨, sostuvo en su versión digital la publicación económica española CincoDias.

Para los españoles el paro (cesantía), la economía y la corrupción son sus principales preocupaciones. Los efectos de la crisis desatada en la Unión Europea en 2008, han ubicado al país como uno de los más dañados en la vida económica y social. La tasa de paro se ubica en más de un 21%, sólo superada por el índice de cesantía de la maltrecha situación en Grecia (24,6%).

Los efectos de la Gran Recesión en la Unión Europea, la crisis en el sistema financiero y el paro han resquebrajado por completo la calidad de vida de la que los españoles hacían gala. A partir de 2008 todos los sectores han tenido que apretar el cinturón. Los tímidos avances logrados en las finanzas públicas por el gobierno de Mariano Rajoy, del Partido Popular, PP, han sido el resultado de duros sacrificios y de una austeridad implacable a través de los llamados recortes sociales.

Tras el mandato del socialista Luis Rodríguez Zapatero, al que le estalló la crisis en plena cara en 2008, el Gobierno del PP optó por el rescate de Bancos y entidades financieras, y de esta forma evitar el desplome del sistema. Pronto estallaron los escándalos por los millones de euros que ejecutivos responsables de estas entidades se llevaron en sus bolsillos bajo el rótulo de indemnizaciones.

Se calcula que hasta 2014, las entidades financieras, al borde del abismo, han recibido ayuda pública por más de mil 400 millones de euros. El Gobierno de Rajoy ha recortado de dónde ha podido para hacer frente al endeudamiento. En 2012, la España de Rajoy solicitó y obtuvo de la Unión Europea un rescate bancario de hasta 100 mil millones de euros que el Estado utilizó para sanear el sistema financiero español.

Según la a Comisión Europea, España tiene uno de los indicadores de pobreza más altos de la zona euro y lo ubica en la lista de los países que menos avanza en la lucha contra el paro. El organismo europeo reconoce algunos avances hechos por Rajoy en materia de desempleo. La economía española comenzó a crearlos en 2014, después de un periodo de seis años en que se ha destruido más del 18% del empleo existente a finales de 2007.

Sin embargo, Bruselas ve con malos ojos las desproporcionadas diferencias entre los contratos fijos y las contrataciones temporales (contratos basura). Uno de cada cuatro contratos dura menos de una semana. La UE echa en cara al Gobierno de Rajoy, que la tímida reducción de la cesantía ¨no se ha trasladado a la reducción de los indicadores de pobreza¨.

Según datos de Cáritas Europa, la tasa de pobreza se eleva al 22,2% de la población. La pobreza severa afecta a un 4,2% de los hogares por falta de empleo y sin prestaciones. En España el porcentaje de niños y niñas que viven en riesgo de pobreza se eleva al 33%. Las dificultades para llegar a final de mes afectan a más de un 40% de la población española.

A los problemas económicos y de cesantía, se suman los millonarios fraudes a la hacienda pública y la corrupción política. Según un estudio del sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, más de un 72% del fraude fiscal viene de la mano de las grandes fortunas y empresas de grandes capitales. En el mismo documento, se asegura que con la evasión de impuestos de las multinacionales en España, el Estado pierde más de 8 mil 200 millones de euros en cada ejercicio.

Un informe del Consejo General del Poder Judicial, establece que las causas por corrupción política investigan delitos  relacionados con prevaricación, revelación de secretos, cohecho, tráfico de influencias, malversación de fondos públicos, negociaciones prohibidas a funcionarios, blanqueo de capitales, apropiación indebida, fraude, estafa, falsedad documental y delitos contra el patrimonio histórico y el medio ambiente.

Involucrados en estas instrucciones se encuentran ex ministros de Gobierno, ex Presidentes de Comunidades Autónomas, concejales, alcaldes, consejeros, asesores, partidos políticos, y sindicatos. Se calcula que el coste social de la corrupción en España supera los 40.000 millones de euros. Sólo en 2012, la justicia tuvo que reforzar los juzgados inyectando 10 millones de euros para atender los casos de corrupción política, los que a la fecha siguen saliendo a la luz.

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