Llaman a desestimar falsas publicaciones sobre beneficios del consumo de drogas ilícitas para combatir el Covid-19

Por el contrario, este hábito provoca daño a nivel pulmonar y cardiovascular.

“Una amplia evidencia científica ha demostrado que las drogas de abuso deterioran la capacidad pulmonar de quienes las consumen, provocando daño local a nivel pulmonar y cardiovascular. Por lo tanto, es razonable suponer que el compromiso de la función pulmonar o las enfermedades respiratorias pueden poner en riesgo a las personas usuarias de drogas de abuso, exponiéndolas a sufrir complicaciones graves por COVID-19”, sostuvo la doctora en Toxicología y académica de la Universidad de Valparaíso, Fernanda Cavieres, que hizo un llamado a no dejarse engañar frente al aumento de informaciones en diversos medios y redes sociales respecto de que las drogas de abuso podrían ser efectivas contra el virus SARS-CoV-2.

“Por ejemplo es sabido que los derivados del opio, como la morfina, la codeína y la heroína, actúan a nivel del tronco encefálico y reducen el ritmo respiratorio, causando una reducción perjudicial del nivel de oxígeno en la sangre. A su vez, los derivados anfetamínicos, como la metanfetamina o la propia anfetamina, tienen como efecto, además del estimulante, contraer los vasos sanguíneos, lo que contribuye al daño y a la hipertensión pulmonar en quienes inhalan los vapores de metanfetamina. Además, como es el caso de todas las drogas en las que se aspiran los vapores o se fuman, estos vapores provocan irritación en el tracto respiratorio dañando el epitelio”, aclara Cavieres.

Tal como lo explica la académica de la Facultad de Farmacia de la Universidad de Valparaíso, la disminución de la capacidad pulmonar que causa el COVID-19 podría poner en peligro mayor a personas usuarias de estos tipos de drogas.

La profesora Cavieres agrega: “Del mismo modo, el consumo problemático de cocaína puede considerarse un factor de riesgo en esta pandemia, sumado a su extensa adulteración con sustancias inmunosupresoras como el levamisol, compuesto químico que por su mecanismo de acción ataca al sistema inmune. La cocaína base o pasta base, contiene impurezas de origen y es contaminada con productos derivados del petróleo utilizados en la extracción de la cocaína, los que al ser absorbidos por el usuario que aspira sus vapores provocan severos daños a los pulmones”.

Referente al cannabis, señala la doctora Cavieres que “han publicado numerosas notas en redes sociales respecto de que su consumo podría curar o prevenir la enfermedad, debemos destacar que estas afirmaciones no tienen asidero científico, más aún cuando la evidencia y las publicaciones señalan precisamente lo opuesto, es decir, que el uso crónico de cannabis ya sea en la forma de cigarrillos o vapeadores causa lesión epitelial, con pérdida de los mecanismos de defensa favoreciendo la colonización de gérmenes y aumentando así el riesgo de contraer enfermedades respiratorias. Además, se ha demostrado que el THC, principal componente psicoactivo del cannabis, altera la actividad de los macrófagos alveolares, los linfocitos B y T y células NK que son los encargados de la respuesta inmune a nivel alveolar”.

Además, sostiene que hay evidencias suficientes para afirmar que el uso crónico de cannabis está asociado a trastornos respiratorios y en particular a enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), de forma muy similar a lo que acontece con el uso crónico de cigarrillos de tabaco. “Hacemos un llamado a la comunidad a no tomar en consideración estas noticias y publicaciones en redes sociales respecto de los efectos benéficos del consumo de drogas en esta pandemia por COVID-19. No existe evidencia científica que respalde esta información; por el contrario, una enormidad de publicaciones y evidencias científicas rigurosas señalan enfáticamente que el uso de drogas puede agravar el cuadro y predisponer diversas enfermedades respiratorias”, concluye.

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