Miguel Lawner denuncia «móvil político» en robo a la Fundación Salvador Allende

El pasado sábado 20 de abril fue asaltado el museo que recuerda al ex Presidente y según Miguel Lawner "las obras y objetos sustraídos revelan claramente un móvil político".

«Ayer sábado 20 de abril a las cinco de la madrugada, fue asaltado el Museo y la Fundación Salvador Allende ubicado en Avenida Republica 475. Yo me enteré hoy en la mañana, gracias a una llamada telefónica hecha por Patricia Espejo, ex secretaria privada del Presidente. Creo no haber visto noticia alguna en los medios de comunicación, transcurridas más de 24 horas del delito. Las obras y objetos sustraídos revelan claramente un móvil político», señaló el arquitecto Miguel Lawner en una columna, molesto por la escasa difusión que tuvo la noticia.

Según Lawner, «los asaltantes ingresaron a la Sala del Presidente, destrozaron los gruesos cristales que protegían la muestra de sus objetos personales y los sustrajeron. Entre ellos se encuentra la Banda Presidencial, su reloj pulsera, la billetera donde aún asomaban un par de billetes de la época, el carnet de militante del Partido Socialista acreditando ser uno de sus miembros fundadores, su capa de médico forense y un par de piezas de ajedrez talladas en madera, que el Presidente mantenía en una sala adjunta a su despacho en La Moneda, adonde se refugiaba para jugar con alguno de sus amigos o colaboradores, dándose un momento de distracción en medio de sus responsabilidades políticas».

Ya el mismo sábado la Fundación Salvador Allende informó sobre el hecho, sin adjudicarle móviles políticos, que afectó al edificio que alberga a la Fundación Salvador Allende y al Museo de la Solidaridad Salvador Allende (MSSA).

Los directivos hicieron un llamado a la ciudadanía «a estar alertas y no adquirir estos bienes patrimoniales de gran valor histórico y artístico» y dijeron que el robo afectaba a la historia de Chile y al arte nacional.

El hecho está siendo investigado por la Fiscalía y Policía civil, quienes revisaron el sistema de seguridad y se encuentran periciando las cámaras de vigilancia.

“Estamos muy conmovidos por lo ocurrido. Los objetos del presidente Allende forman parte de un patrimonio y legado histórico que ha costado muchas décadas reconstruir, luego de circunstancias trágicas y de mucho dolor, y que ha sido posible gracias al ánimo desinteresado de personas que reconocen la reparación y dignidad de devolver lo que fue usurpado, permitiendo así recuperar algo que no sólo le pertenece a la familia del presidente Allende, sino que se ha puesto en exhibición al público por considerarse un patrimonio de todo Chile”, expresó Claudia Labbé, directora de la Fundación Salvador Allende.

Al Museo de la Solidaridad Salvador Allende -entidad administrada por la Fundación Arte y Solidaridad- también le fueron sustraidos dos óleos del artista y académico Hugo Rivera- Scott, quien recientemente había inaugurado la muestra antológica Ancla 637 con Hugo Rivera – Scott y otros. Se trata de las obras Pintura (69.9 x 109.8 cm) y Cuadrados azules (50 x 50.5 cm), que realizó a finales de los años sesenta en Chile. Avaluadas en 10 mil dólares, ambas obras pertenecen a la colección personal del artista y se encontraban en calidad de préstamo al MSSA para su exhibición. A estos dos graves robos patrimoniales, se suma la sustracción de dos equipos informáticos del MSSA.

“Nos encontramos profundamente afectados por el robo de las dos obras más antiguas de la exposición temporal del artista Hugo Rivera-Scott. Por su lugar en la historia del arte nacional, consideramos que éste podría ser un robo selectivo, por lo que llamamos a la ciudadanía a no adquirir obras sin verificar su procedencia y a entregar antecedentes que puedan ayudar en la investigación en el correo electrónico museo@mssa.cl”, señala Claudia Zaldívar, directora del Museo de la Solidaridad Salvador Allende.

Para Miguel Lawner, sin embargo, no se trataría de un hecho simplemente delictual. «Ex agentes de la CNI circulan libremente por las calles de nuestro país, especialistas en detener y hacer desaparecer personas, y resulta razonable suponer que pudieran ser los principales sospechosos de este delito.
Chile y el mundo viven hoy tiempos políticos difíciles debido al auge del neofascismo y esta acción calza dentro de esta tendencia».

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