Museo de la Memoria: Un Faro del Nunca Más

Museo de la MemoriaEl objetivo central de la iniciativa, que será inaugurado oficialmente el lunes 11, es dejar una constancia permanente e indesmentible de los vejámenes que se suscitaron durante la dictadura militar, entre 1973 y 1990, destacando la visión futurista de este cometido, que busca fortalecer la comunión nacional, más que “fracturarla”, como dicen algunos críticos. Esto a través de una de las exposiciones más heterogéneas que se puedan encontrar en un museo.

Por Camilo Arce

Tras los vaivenes de los primeros años de su gobierno, la Presidenta Michelle Bachelet comienza de a poco a preparar su retirada del sillón presidencial en medio de vítores y una aprobación altamente satisfactoria.

Así, va sellando su período con una serie de iniciativas emblemáticas, como lo fue la promulgación de la reforma sobre Transparencia, Modernización del Estado y Calidad de la Política y el envío al Congreso del proyecto de Reforma Constitucional sobre Aguas o la urgencia que le dio a los proyectos de ley que regulan la inscripción automática y el voto voluntario, además de la iniciativa que busca fortalecer la Educación Pública.

A esta seguidilla de gestiones se suma una de las más importantes e imborrables de su gobierno, como lo será el Museo de la Memoria, espacio que promete sacudir la emotividad de todos los chilenos para proteger intransigentemente en adelante el patrimonio más frágil de una nación: sus Derechos Humanos.

El museo, a inaugurarse oficialmente el 11 de enero y que contará con un área administrativa del calibre para administrar una biblioteca y un centro de documentación, dependerá de una fundación del mismo nombre, que será presidida por un directorio de quince figuras relevantes de la política nacional. Su directora ejecutiva, nombrada el miércoles 6 de enero, será la ex ministra de Bienes Nacionales, Romy Schmidt.

El objetivo central del Museo es dejar una constancia permanente e indesmentible de los vejámenes que se suscitaron durante la dictadura militar, entre 1973 y 1990, destacando la visión futurista de este cometido, que busca fortalecer la comunión nacional, más que “fracturarla”, como dicen algunos críticos. Esto a través de una de las exposiciones más heterogéneas que se puedan encontrar en un museo.

EL EQUIPO Y LA EXHIBICIÓN

La muestra que contiene el edificio ofrece los más variados objetos patrimoniales, desde pañuelos o cartas hasta pinturas, videos o incluso una completa torre de vigilancia de la CNI.

El lugar tiene espacio para realizar obras de teatro, ciclos de cine y salas donde se difundirán conocimientos destinados a influir en la valoración de los derechos humanos. Habrá material destinado a itinerancia nacional permanente y para exhibición estable, que contempla un desarrollo histórico de los acontecimientos, a través de afiches, fotografías, revistas anti-dictadura, boletines clandestinos, arte carcelario, cartas y hasta archivos de procesos judiciales, entre otras cosas. Incluso, para inaugurar el archivo audiovisual, Claudio Garvizo, periodista del Museo, dirige el proyecto llamado “100 Entrevistas”, en el que un equipo ha recogido el testimonio de decenas de personas que lucharon contra la dictadura y que, de una manera u otra, sufrieron el peso de la represión.

La construcción dependió del Ministerio de Obras Públicas en coordinación con la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM) y bajo la dirección de la Comisión Asesora Presidencial para las Políticas de Derechos Humanos, a cargo de María Luisa Sepúlveda.

Museo Memoria
En el museo de exhibirán objetos patrimoniales e incluso una completa torre de vigilancia de la CNI

El diseño museográfico dependió de Marcia Scantlebury, periodista e integrante del directorio de TVN, mientras que Carmen Garretón -quien estuvo en la Vicaría de la Solidaridad- está encargada de contactar a las organizaciones de derechos humanos a lo largo de todo Chile, para ensanchar la magnitud de la muestra. La bibliotecaria María Luisa Ortiz, por su parte, organizará el banco de datos.

DE LA RECOPILACIÓN HORMIGA AL GRAN REGALO PATRIMONIAL

Ya en septiembre de 2006 la Presidenta Bachelet había anunciado su intención de crear una institución dedicada a la conservación del patrimonio relativo al período oscuro de nuestra historia reciente comprendido entre el 11 de septiembre de 1973 y marzo de 1990. Pero fue en el discurso presidencial del 21 de mayo de 2007 cuando lo anunció de manera oficial. La propuesta de crear un Museo Nacional de la Memoria y los Derechos Humanos ya figuraba tiempo atrás, en los informes Rettig (sobre ejecutados y detenidos desaparecidos) y Valech (prisión política y torturas), pero hacía falta un impulso decisivo, que la Mandataria insinuó en la Biblioteca Nacional, cuando la familia de Orlando Letelier –asesinado en Estados Unidos por personal de la dictadura de Pinochet– donara al archivo nacional una serie de fotografías, documentos y objetos personales del ex canciller. Posteriormente, con una comentada ceremonia, Bachelet plasmó la idea en acto, poniendo la primera piedra de la construcción del edificio, el diez de diciembre de 2008, fecha en que se conmemora el Día Internacional de los Derechos Humanos y, coincidentemente, día del deceso de Augusto Pinochet Ugarte.

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