Francisco Chahuán, senador electo: El hombre que derrotó a Lavín

Antes hablaste de unidad nacional, parece algo repetido… ¿qué significa?

Ella involucra varios temas: primero, que el futuro gobierno -no quepa la menor duda en esto- será de los más capaces, pertenezcan o no a la misma trinchera del futuro presidente de Chile que, obviamente, será Sebastián Piñera. Para eso estoy trabajando desde las 6 de la mañana del día siguiente al escrutinio. Estoy convenido que el gobierno de Piñera será de unidad nacional porque se requiere urgentemente tratar los temas más emblemáticos, como la pobreza; segundo, porque además va a tener que dar señales importantes de gobernabilidad, básicamente porque si no lo hace a la primera negociación del sector público, a la primera muerte en el pueblo Mapuche, existe el peligro latente de que Chile se paralice. Por eso es importante generar muestras de gobernabilidad y que el gobierno se muestre y sea lo suficientemente amplio.

¿Eso significa que en el gabinete podrían ser convocadas personas de todo el arco político del país?

No me cabe la menor duda que en el futuro gobierno de Sebastián Piñera van a ser llamadas personas que, incluso en esta campaña, no estuvieron con él…

¿Una persona de izquierda por ejemplo?

El modelo de Piñera es el gobierno de Sarkozy y en él hay personas que provenían del movimiento ecologista, de la izquierda, que han dado señales de gobernabilidad en Francia.

EN CAMPAÑA

¿Cómo se obtiene el 6 o 7 por ciento que le falta a Piñera para ser Presidente de la República?

Cambiando el sello ¿Sabes cuál es el error de Frei? Desdibujarse para aparentar que es progresista cuando no lo es. Hace falta poner énfasis en los temas ciudadanos. Allí existe una deuda de los candidatos. Hay que interactuar con el movimiento social e incorporar también a aquellos sectores que estuvieron en la campaña de MEO y que están de acuerdo con ciertos aspectos programáticos. Me he reunido con varios grupos que apoyaron a Enríquez y siento que están dispuestos a sumarse a la candidatura de Piñera.

¿Cómo hará Piñera y la derecha en el gobierno, para enfrentar al mundo social, que dicen que le disparará con todo?

La luna de miel va a ser fundamental. Los 6 primeros meses van a ser vitales y en la medida que allí se proyecte integración transversal, vinculación ciudadana y se preocupe también de temas endémicos de nuestro país (acceso a la salud, educación privada y pública, reparaciones por ejemplo a gremios como el magisterio) mostrarán que se pretende un gobierno cercano y sensible.

¿Y no ves un obstáculo en el socio de RN, la UDI, que tienen otra forma de hacer política?

Veo mucha generosidad en ellos, porque eso es lo que el país está exigiendo. Debemos tomar todos los recaudos para hacer un gobierno exitoso, que se prolongue, mostrando la capacidad de nuestro sector para producir cambios profundos en Chile.

¿Una prueba de blancura?

No, más que prueba de blancura, es importante para demostrarles a los chilenos que la transición terminó. Ella termina cuando Sebastián Piñera asuma la Presidencia y, además, se convierta en el símbolo del cambio. Chile cambió definitivamente y este es el tema de fondo, pero algunos todavía no se dieron cuenta de ello.

¿Te refieres a la Concertación?

Absolutamente. Hay un voto menos ideológico, más de premio o castigo a la coherencia o a la consistencia, además Chile ha cambiado en varios aspectos. Tenemos una ciudadanía mucho más inquisidora, más informada, ya no bastan los slogans sino que ahora son importantes los contenidos. La ciudadanía exige más tiempo presencial, quiere tocar al candidato, sentirlo, saber cuáles son sus característica personales. Los que no se dan cuenta de ello siguen tratando de que sean los aparatos políticos y no la gente la que gane.

¿Qué te parecen las señales que ha dado la candidatura o el comando de Frei tras la elección?

Eduardo Frei todavía no se encuentra consigo mismo y eso es vital para una elección. Muchos piensan, además que la presidenta Bachelet va a poder transferir su carisma a Frei y eso no es posible porque no tiene una varita mágica…

¿Vas a echar de menos a ME-O y a Álvaro Escobar en el congreso?

Sí, el punto es que hay un fenómeno de transversalidad del cual no se tomó demasiada nota y que hizo que una generación de parlamentarios que querían provocar cambios profundos en Chile: terminar con el excesivo presidencialismo, realizar modificaciones constitucionales para permitir mayor participación ciudadana, mejorar la legislación medioambiental justamente para dar más espacios ciudadanos, establecer la iniciativa popular de ley, el límite para la reelección indefinida de parlamentarios, etc. A esa generación, Alfonso de Urresti, Enríquez-Ominami, Tucapel Jiménez, Álvaro Escobar, Eduardo Díaz, Ximena Valcarce, Joaquín Godoy, Karla Rubilar, que trabajó en conjunto en el parlamento, los une temas de futuro y puede hacer pactos sociales.

Entiendo, por lo que me dices, que en el senado vas a estar más cerca de Ricardo Lagos Weber, Lily Pérez Fulvio Rossi, que de otros senadores…

Yo creo que esto que vamos a provocar será un cambio de eje en los temas y en los tratamientos legislativos.

¿Y esto significa también que podemos tener un Senado menos anclado en el pasado, menos conservador y más abierto a los cambios?

Más abierto a los cambios, más ciudadano, porque hoy día el Senado pareciera como si estuviese en la estratósfera, desvinculado de la gente. Lo que vamos a provocar, en ningún caso significa que el Senado perderá la impronta de ser el gran generador de acuerdos nacionales pero sí que se acercará a la ciudadanía.

¿Qué garantía hay de que, una vez en el Senado, no los atrape esa institucionalidad que neutraliza las buenas intenciones?

No, eso no me va a pasar. La garantía es que yo, tal como lo demostré con el rechazo al presupuesto de educación, seré coherente y consecuente con mis electores sea quien sea el presidente de Chile. Ojala sea Piñera. Pero también él debe saber que tiene un senador que cuando los intereses de sus electores estén por sobre las decisiones de un gobierno central voy a golpear la mesa con dureza.

Cada vez que un político gana una zona emblemática, en las llamadas “madre de todas las batallas”, inmediatamente se le ubica dentro de los presidenciables. ¿Estás ya en esa categoría?

Por ningún motivo, primero porque no lo voy a permitir; segundo, porque vendedores de ilusiones hay en todas partes pero en definitiva mi única responsabilidad es ser senador por 8 años, eso es lo que aspiro ser y, la verdad, es que sería una falta de respeto con mis electores, sería una falta de respeto conmigo mismo, imaginarme en una situación distinta. A esos vendedores de ilusiones, que vayan con ese cuento a otros, porque yo el único cuento que necesito es ser senador y ojalá pueda convertirme en uno de los mejores que haya tenido la región.