Sebastián Piñera, El candidato inversionista

FIDEICOMISO PRIVADO

La rápida venta de las acciones de Bancard en la cuestionada cadena farmacéutica no fue suficiente para silenciar las críticas que cada día se hacían más fuertes, incluso entre integrantes de la Alianza por Chile, como el presidente del Instituto Libertad y Desarrollo Carlos Cáceres o el senador de la UDI Jovino Novoa.

Como una forma de neutralizar ese frente que mes a mes se veía más agitado, el candidato anunció el 25 de abril de 2009 su decisión de entregar sus bienes en un denominado “fideicomiso» privado”. La fórmula legal la había estudiado durante dos años el abogado UDI Fernando Barros, el mismo que defendió a Pinochet en Londres.

“Piñera se desliga de sus empresas e inicia una nueva etapa de su campaña”, tituló una amplia crónica El Mercurio. Según el diario, “toda la operación abarca entre mil 200 y mil 400 millones de dólares”.

En conferencia de prensa, a la que concurrió acompañado por su señora e hijos, anunció finalmente que entregaría a cuatro entidades financieras la administración de sus bienes. Incluso informó que de inmediato subiría los contratos pertinentes a su sitio web pinera.cl.

Las firmas encargadas de “administrar” los bienes pertenecientes a Inversiones Santa Cecilia y Axxion -dos de las principales sociedades de papel de Piñera, pero no las únicas- serían el Banco BICE del grupo Matte, Moneda Corredores de Bolsa, Celfin Capital y Larraín Vial. Todas son conocidas en el ambiente financiero y en algunos casos pertenecen o trabajan personas cercanas al candidato, como es el caso de Celfin Capital, donde uno de los socios es Jorge Errázuriz, muy amigo de Piñera, o de Moneda, donde participan el grupo Consorcio y el ex gerente de Bancard, Juan Luis Rivera.

Al analizar los “mandatos de administración discrecional” se descubre que no abarcan todos los bienes de los Piñera Morel, ya que muchas propiedades están a nombre de otras sociedades formadas por sus hijos que no figuran en estos documentos.

Después se aclaró que el fideicomiso “ciego” de abril que entregaron las sociedades de inversiones Santa Cecilia y Axxion se restringe a las inversiones en sociedades anónimas abiertas, es decir, a las que se transan en la Bolsa y tienen más exposición pública, lo que constituye sólo una parte de la fortuna de Piñera. Destacaron sus portavoces que en los mandatos se seguiría el criterio de vender las acciones de las empresas concesionarias u operadoras de servicios públicos, cuyos precios sean regulados. Sería el caso de las eléctricas o las de agua potable. También estarían sometidas a este criterio las que pudiera tener en AFP o isapres. Pero sobre las concesionarias de obras públicas en que mantiene capitales a través de CMB no hay aparentemente un mandato específico.

MANDATOS «CON ELÁSTICO»

En otros casos como el de LAN -donde ejerce el control del 27 por ciento a través de Axxion y Santa Cecilia- o en el de Clínica Las Condes -donde era dueño de un 9,7 por ciento vía Bancard-, se trata de contratos especiales. El argumento para no vender es que tienen pactos de accionistas. Pero en el fondo son una suerte de anuncios “con elástico”, ya que en ambos casos se habla de “propuestas de alternativas de venta” que pueden hacerse efectivas “antes del 11 de marzo de 2010”. La explicación del sugerente plazo es simple: es el día en que si fuera elegido Presidente de la República tendría que asumir.

La operación de LAN se la entregó a Celfin Capital y la de la Clínica Las Condes a Larraín Vial. Eso explica que las cifras entregadas por La Tercera el mismo día 26 de abril fueran mucho más reducidas que el monto del capital de Piñera: según el matutino de Álvaro Saieh, el patrimonio total del candidato ascendería a mil 200 millones de dólares aproximadamente.

Pero de esa suma sólo cuatrocientos millones de dólares corresponderían a sus inversiones en sociedades anónimas abiertas, que serían objeto de este “fideicomiso voluntario”. Porque, como se aclaró después, LAN no está dentro del paquete que se entrega y la inversión de Piñera en esa empresa tendría un valor de 826 millones de dólares.

A eso habría que agregar otras inversiones en sociedades cerradas que no se habrían contabilizado: Chilevisión —unos veinte millones de dólares— y sus inversiones en el extranjero que se estiman entre cincuenta y cien millones de dólares.

Tampoco se incluyó la Fundación Futuro y su Parque Tantauco, que precisamente por tener esa estructura legal no se consideran “propiedad”.

La caja para su campaña presidencial, en todo caso, ha mostrado ser suculenta. Ya cuatro meses antes de la elección se advertía que el magnate estaba dispuesto a gastar a manos llenas con tal de tener éxito en el más importante de sus negocios: ser Presidente de Chile.