Sergio Bitar: “Estamos frente a un Presidente muy experto en letra chica, que la gente no lee y nosotros tenemos que ponerle lupa”

¿Costó, en su calidad de voceros de los ex ministros, articular un discurso opositor al mensaje del 21 de mayo?

No fue difícil ponernos de acuerdo sino que pensar en una respuesta. Más que vocero, nosotros tomamos un acuerdo, los miembros del último gabinete de la presidenta Bachelet, de mantener una coordinación y se designaron a cuatro ministros para hacerla: Pérez Yoma, Maldonado, Erazo y yo.

Hemos trabajado y hemos tomado varias iniciativas. En esta ocasión, me pidieron a mí que, después de un debate que hicimos el día anterior al mensaje, que elaborara con los elementos que habíamos discutido, un planteamiento. Vi que esto tenía cosas que apoyamos y dije, buen lejos pero, ¿es cierto todo lo que dice? No es cierto, porque cuando habla del siete por ciento de los jubilados, al poco rato tiene que decir que se va a demorar siete o 10 años y es para algunos. Todo tiene segundas lecturas. Estamos frente a un Presidente que es muy experto en letra chica, que la gente no la lee y nosotros tenemos que ponerle lupa.

¿Operarán como un gabinete paralelo o en las sombras?

No, significa primero que hemos pensado la posibilidad de que vengan ataques de desinformación, como lo hemos estado viendo en distintas áreas, y que es necesario entregar la información correcta a la ciudadanía. Tenemos menos espacios que antes y nuestro deber es informar. Eso lo hemos asumido como una tarea de reunir la información y dejar constancia, reunir todos los materiales que puedan servir, para el análisis de los 20 años. Segundo, la experiencia que hay ahí, no sólo de éstos, sino de todos los ministros de la Concertación y estamos tratando de aglutinar lo que fueron sus subsecretarios, directores de servicio, intendentes, gobernadores, seremis, como un capital humano para Chile, con experiencia para poner a disposición ideas de lo que vamos a renovar, a nuestros partidos, diputados, senadores,  alcaldes y concejales. Pero es para ellos, para los que van a estar en la vía activa inmediata.

¿En qué lo ha sorprendido positivamente el gobierno entrante?

En que noto por parte de Piñera cierta autonomía de la derecha clásica, al punto que el ministro de Minería se opone al royalty, después termina peleando con secretarios del Consejo Minero sobre el tema, poniéndose a favor, lo cual no quiere decir que la propuesta que hicieron sea correcta, porque están dando ventajas que son inaceptables y eso tendrá que ser corregido en el congreso. Pero, veo una comprensión pragmática de la realidad chilena de hoy que se aleja de lo que es la derecha tradicional; no sé cuánto va a durar. Eso es por el lado de lo novedoso que, mirado desde la perspectiva de la Concertación, también, uno podría entenderlo como un éxito de las transformaciones que se operaron en estos 20 años, que hace que hasta un sector de la derecha se acerque y eso como país no está mal.

¿Y lo negativo?

Los intereses económicos que están involucrados acá. Mi gran preocupación es que veo alto el riesgo del uso del aparato estatal, confundido con los intereses de los negocios privados. Eso es una cuestión delicada para la democracia, tanto como la capacidad expresada hasta ahora de decir una cosa y hacer otra.

Todo ello frente a una oposición que no está articulada y que muestra grandes flaquezas…

Tenemos hoy varias debilidades. Primero, 20 años de gobierno te plantean una forma de actuar determinada en la relación entre partidos y gobiernos, entre partidos y ciudadanía, que hay que alterar sustantivamente. Tiene que volcarse, una fuerza política que quiere tener futuro, de nuevo a la ciudadanía e insertarse ahí… ser mucho más expresión de ella, captándola. Eso significa, entre otras cosas, partidos políticos mejores. Un elemento importante que vamos a apoyar es la ley de primarias porque te permite estabilizar coaliciones, es bueno para el país y segundo, obtener recursos también para el funcionamiento de los partidos como en los países desarrollados. Vamos a ver si la derecha está dispuesta a ir en esa línea, en la que no ha ido en estos  20 años.

Luego, no tenemos un centro de articulación, siempre era el gobierno, que expresa la Concertación en su totalidad. Hoy, lo que es expresión de la Concertación, es muy frágil: una reunión semanal de los cuatro presidentes de partido. Necesitamos una arquitectura de oposición que tenga un centro de conducción más homogéneo y rápido. Eso se tiene que articular con todo lo que es nuestros partidos, parlamentos, capacidades de expresarnos y nuestra fuerza electoral. Esa arquitectura no está y yo espero que se afiance luego de las elecciones de los partidos, el pensamiento alternativo tenemos que desarrollarlo y desatarlo con la gente a lo largo del país. Hay que retomar los grandes procesos de cambio, más que los ajustes de corto plazo.

Ahora, todo está enmarcado por la elección de 2012 y ahí vamos a tener que hacer un esfuerzo de inteligencia política para no dividirnos y tener un candidato en cada lugar.

Creo que la Concertación sabe reaccionar a aquello, tiene cultura de acuerdos electorales.

Además tienen otro problema: la escasez de recursos.

Tenemos serios problemas allí también. Ahora nos vamos a percatar de que el desbalance de fuerzas a nivel de la sociedad chilena y el riesgo para la democracia de que esto se cargue mucho para una derecha que tiene una influencia muy grande en los medios de comunicación, en los recursos económicos y el poder político. Eso tendremos que hacerlo ver. Una de las formas que tenemos que utilizar o propender a que ocurra es el fortalecimiento de los partidos. En general, los sectores progresistas tienen como institución los partidos políticos, la derecha opera a través de los directorios de las empresas, esa es una gran diferencia. Mientras teníamos funcionarios en el gobierno, también contribuían al financiamiento de los partidos, cada ministro, cada subsecretario, cada funcionario ponía parte de su sueldo. Hoy no está y por lo tanto tenemos que hacer ahorros, buscar formas nuevas y, en particular, en los medios de comunicación social, apoyar aquellos que tengan más pluralismo y más apertura. Tenemos que renovarnos muy fuertemente en el uso de tecnologías modernas en los medios de comunicación a través de todos los mecanismos digitales que estén a nuestro alcance.

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