Ex jefe de la DINA suma otros 15 años de cárcel por secuestro calificado

El ministro en visita Alejandro Solís dictó sentencia de primera instancia contra el general ® Manuel Contreras en la investigación por la desaparición de Claudio Contreras Hernández, ocurrido a partir del 7 de enero de 1975, en la Región Metropolitana.

El ministro en Visita Alejandro Solís condenó en primera instancia a 15 años de cárcel al ex director de la Dirección de Inteligencia Nacional, Manuel Contreras Sepúlveda y a cuatro agentes de ese organismo represivo, por la desaparición en 1975 del militante del MIR, Claudio Contreras Hernández.

La investigación determinó que el 7 de enero de 1975, aproximadamente a las 13 horas, Claudio Enrique Contreras Hernández, de nombre político “Omar”, de 27 años de edad, soltero, constructor civil y militante del Movimiento de Izquierda Revolucionario, “salió de su casa a realizar diligencias en el sector de la Estación Central y aproximadamente a las 19:00 horas fue detenido en la vía pública por agentes de la DINA, al mando de Eduardo Lauriani Maturana y Gerardo Godoy García, quienes llevaban consigo, para que lo reconocieran, a Herbit Ríos Soto y Hugo Salinas Farfán; a los tres los trasladaron hasta ‘Villa Grimaldi’, lugar en que a Contreras se le torturó diariamente y se le sometió a numerosos careos”.

El magistrado, además de Contreras, responsabilizó por el ilícito a cuatro agentes de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA), dictando las siguientes penas en contra de:

-Manuel Contreras Sepúlveda: 15 de años de presidio. Sin beneficios.

-Marcelo Moren Brito: 15 años de presidio. Sin beneficios.

-Rolf Wenderoth Pozo: 15 años de presidio. Sin beneficios.

-Gerardo Godoy García: 15 años de presidio. Sin beneficios.

-Fernando Lauriani Maturana: 15 años de presidio. Sin beneficios.

La resolución agrega que, en “Villa Grimaldi”, Contreras Hernández “fue visto por testigos quienes expusieron que presentaba signos de apremios físicos y tenía uno de sus brazos luxado. Aproximadamente el 25 de enero de 1975 fue sacado del recinto, junto a otros detenidos y desde ese día se pierde todo rastro de su paradero hasta la fecha, sin que el privado de libertad haya tomado contacto con sus familiares, realizado gestiones administrativas ante organismos de Estado, sin registrar entradas o salidas del país, sin que conste, tampoco, su defunción. Este hecho se enmarca dentro de un patrón similar a otros ocurridos durante aquella época que se iniciaban mediante el seguimiento y vigilancia de las víctimas hasta terminar con su secuestro”.

Deja una respuesta

Su dirección de correo electrónico no será publicada.