Opinión. Ley Antiterrorista: no descansaremos hasta tener paz en la Araucanía

Es evidente que la impunidad que impera hoy en mi región y en el resto del país frente al terrorismo es en parte por la falta de inteligencia policial y de herramientas que permitan encausar y condenar los hechos al alero de esta ley.

Por Carmen Gloria Aravena, 
Senadora (Evopoli).

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Carmen Gloria Aravena.

Las cifras no mienten: el alto porcentaje de actos terroristas que han quedado impunes en la Araucanía por falta de pruebas vuelven urgente la necesidad de modificar el Código Penal para permitir el uso de técnicas especiales de investigación en la persecución de estos delitos.

Según datos del Poder Judicial, en 2018 la Araucanía sufrió la cifra no menor de 270 atentados terroristas y sólo en el 2% de estos casos hubo condenados. Además, en lo que va corrido de este año, se han verificado más de 150 denuncias por hechos violentos con 50 atentados incendiarios.

Es evidente que la impunidad que impera hoy en mi región y en el resto del país frente al terrorismo es en parte por la falta de inteligencia policial y de herramientas que permitan encausar y condenar los hechos al alero de esta ley.

La aprobación de la idea de legislar la Ley Corta Antiterrorista, por la amplia mayoría de 32 votos a favor, nos habla de una preocupación transversal y de una política de Estado respecto del combate al crimen organizado y actos terroristas, lo que es un primer paso en esta larga batalla y no descansaremos hasta devolver la paz a nuestra región.

En la práctica, la modificación a la normativa vigente pretende entregar más facultades al Ministerio Público para investigar delitos terroristas mediante agentes encubiertos, interceptaciones telefónicas, toma de imágenes y entregas vigiladas, entre otras.

Cabe señalar que este tipo de técnicas se utilizan en Chile desde la aprobación de la ley N° 20.931, conocida como “Agenda corta anti delincuencia” que agregó al Código Penal un nuevo artículo y consagró el uso de estas herramientas en delitos referidos a la ley de control de armas, narcotráfico y otras figuras.

Por lo tanto, no vemos una razón seria para excluir la aplicación de estas técnicas especiales en la investigación de un delito que por esencia es contrario a los derechos humanos. Conceptualmente el terrorismo se define como una sucesión de actos de violencia ejecutados para infundir terror, una actuación criminal de bandas organizadas que reiteradamente pretende crear alarma social con fines políticos. ¿Alguien puede poner en duda que en la Araucanía hay terrorismo?

Finalmente, hay que reconocer que los grupos terroristas han modificado sus métodos de organización para aprovechar las debilidades de los Estados, recurriendo -por ejemplo- a tecnologías de la información para aumentar el impacto de sus atentados.

Por consiguiente, como legisladores no debemos tener miedo ante esta realidad, ya que eso mismo es lo que se espera. La aprobación de la idea de legislar es el primer paso, de muchos otros que vendrán, porque el compromiso de nuestro Gobierno es claro en materia de la lucha incansable contra el terrorismo.

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