Reunión en el TC agudiza pugna en la Suprema y quema al sucesor de Haroldo Brito

El presidente del máximo tribunal se reunió hoy con Maria Luisa Brahm y dijo que el encuentro era para “dejar constancia que es una cuestión superada”, hecho que molestó a algunos supremos. Tanto como la declaración del colegio de Abogados que firmó, entre otras Leonor Etcheberry, abogado integrante de la Suprema.

Acompañado de los ministros Guillermo Silva y Jorge Dahm, el presidente de la Corte Suprema, Haroldo Brito, llegó hoy hasta el Tribunal Constitucional para sostener un encuentro con la titular del organismo, María Luisa Brahm, quien lo recibió junto a otros miembros de la instancia, Gonzalo García, Miguel Ángel Fernández y Nelson Pozo.

Si bien fue narrado como una reunión de camaradería y con el objeto de “dejar constancia” que el impasse entre ambas instituciones era una “cuestión superada”, el encuentro habría generado cierta molestia en otros ministros de la Suprema que ven en el gesto de Brito la intención de aislar al juez Sergio Muñoz.

La presencia de Silva, además, quien aparece como el eventual sucesor del actual presidente, podría generarle serios inconvenientes a la hora de conseguir los votos para sentarse en el sillón de Brito. Tal vez sin quererlo, al llevar a Silva a esta reunión, Brito incineró a quien lo sucedería.

Para los más supremistas resulta inconcebible que el presidente de la Corte, luego de una pugna de competencias entre ambas instituciones, termine acudiendo a las oficinas de un organismo que, además de estar cuestionado por la ciudadanía, no tiene el rango que ostenta el máximo tribunal del país. Tanto como les molestó que la abogada integrante del máximo tribunal, Leonor Etcheberry, en su calidad de presidenta del Colegio de Abogados se inclinara por el TC en la disputa con la Suprema. «Debió inhabilitarse», señalan

Leonor Etcheberry

La mala elección de las comitivas también le jugó una mala pasada a Brahm. A algunos, incluso, les llamó la atención que la presidenta del TC haya elegido para acompañarla en la cita de 45 minutos al ministro Nelson Pozo (acusado de plagio cuando asumió el cargo en 2015), quien está casado con una ministra de la Corte de Apelaciones.

El conflicto entre Suprema y TC se inició la semana pasada, cuando la Tercera Sala del máximo tribunal determinara que puede revisar fallos originados en el Tribunal Constitucional vía recursos de protección. De ahí se desató un conflicto, que tiene como líder de los supremistas al juez Muñoz. “Existe una cierta pugna de liderazgos al interior de la Corte Suprema (…) entre el juez Muñoz cuya voluntad de poder y de primacía intelectual dentro de la Corte es muy notoria y el presidente de la Corte Suprema formalmente designado, Haroldo Brito”, señaló el columnista y rector de la UDP, Carlos Peña.

Ya en enero pasado, en una carta interna dirigida a “las señoras ministras y señores ministros”, 11 miembros de la Corte, liderados por Muñoz, instaron a sus pares a reafirmar un compromiso de relevar la importancia de la magistratura, saliendo “del estado en que nos encontremos y, con el mayor entusiasmo, retomar el rol activo que la Constitución Política y las leyes nos atribuyen”.

Según la misiva, cuyas palabras tendrían más sentido cuando surgió el tema de contienda de competencias con el TC, la Suprema estaba mostrando una falta de protagonismo, argumentaba que “otros” habían asumido “los temas en que el máximo tribunal debía ejercer conducción”.

La visita de hoy, por muy protocolar que parezca, va justamente en contra de ese compromiso, señalan en voz baja hoy en Tribunales, pero podría ser a voz alzada cuando mañana todos los ministros de la Corte lleguen hasta Punta Arena, donde estarán durante 4 días para “reflexionar” sobre la judicatura.

De qué se habló en el TC

«La Corte Suprema me ha hecho el encargo de visitar a la presidenta del Tribunal Constitucional y hemos estado conversando. La verdad de las cosas que la situación conocida, que en nuestra opinión ha tenido muchísima trascendencia y muchísima cobertura, es una cuestión superada» enfatizó el presidente Haroldo Brito.

«Nosotros queremos dejar constancia de eso, de la disposición que se ha tenido para mantener eso en el lugar que le corresponde. Tenemos la convicción que los dos tribunales están actuando de un modo correcto. La institucionalidad en estas materias está incólume y estamos en la idea que estas soluciones deben llegar a través de nuestras propias actuaciones» agregó Brito.

Consultado sobre el motivo de la reunión, el presidente Brito señaló que «nuestra conversación parte de esa realidad. Sin necesidad de referirnos, sabemos de qué estamos hablando y no hay más que insistir en lo que se dijo en los primeros días. Esta es una cuestión que se resuelve en las resoluciones de cada uno de los tribunales. La jurisprudencia se hace paulatinamente y estamos frente a una resolución de una de las salas de la Corte y eso es lo que podemos reafirmar».

Añadió que este encuentro de autoridades no buscaba llegar a acuerdos de ningún tipo: «No se trata de un acuerdo. Se trata de haber conversado de los últimos hechos y de rescatar una práctica, que es hablar a través de nuestras resoluciones. Las instituciones deben estar próximas, dentro de las esferas de sus atribuciones, deben ejercer sus potestades, pero eso no significa que no haya proximidad. De tal suerte que nosotros hemos conversado desde esos criterios y desde esos criterios hacemos presente que vamos a trabajar».

Por su parte, la presidenta del Tribunal Constitucional, María Luisa Brahm, indicó que la reunión «se enmarca en un proceso que hemos tenido, desde el inicio de esta presidencia, de conversar con los distintos poderes del Estado y obviamente con quienes somos más cercanos en el ejercicio de las atribuciones para ejercer jurisdicción. Hemos tenido relaciones con el presidente Brito desde el primer momento, y sin eludir el hecho de lo que ha pasado con la Tercera Sala, esta es una reunión más de dialogo y para resolver las situaciones de manera muy directa y en el mismo espíritu de confianza y de respeto mutuo».

El presidente Brito por su parte fue consultado sobre las relaciones dentro de la Corte Suprema, respecto de lo cual respondió que «la pregunta lleva una convicción y esa convicción habla de dificultades. Yo no tengo nada que comentar en ese sentido. Lo que sí puedo decir es que estamos en un tribunal donde todos tenemos planteamientos, todos tenemos convicciones, pero de lo que se trata es de hacer un trabajo de tribunal. Hay una serie de políticas que estamos desarrollando, que son las trascendentes. La Corte (Suprema) está abocada, a modo de ejemplo, a señalar un plan estratégico, a fijar lo que se quiere hacer y esas cosas se vienen discutiendo. No hay en realidad más que decir de lo que me pregunta».

Respecto de eventuales reformas al TC, Brito dijo que «que la obligación de este momento es obrar de forma muy tranquila. Pensar en hablar en estas circunstancias, de una reforma constitucional, de parte nuestra, me parece precipitada. No quiero contribuir a inestabilidades y mayor confusión. Los colegisladores lo pueden plantear de otra manera. Mi opinión es que nosotros no debemos dar una opinión en estas circunstancias».

Finalmente y ante otra consulta periodística sobre si la polémica estaría zanjada, el presidente de la Corte Suprema expresó: «Evidentemente. Nosotros lo hemos establecido y han escuchado lo que ha dicho la señora presidenta (Brahm), cosa que comparto. Tenemos la intención de trabajar coordinadamente dentro de las esferas de nuestras atribuciones y eso es lo que hemos conversado».

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