Ardi, el «nuevo» eslabón perdido

El ‘Ardipithecus ramidus’ es hasta ahora el antepasado más antiguo de los seres humanos  y nos indica que los caminos evolutivos de la hoy especie humana no eran como los actuales monos.

 

Fue bautizada como Ardi y es la nueva abuela de la humanidad. Medía 120 centímetros, pesaba 50 kilos, podía caminar erguida, aunque posiblemente también trepaba los árboles y vivió en la región de Afar en Etiopía hace unos 4,4 millones de año.

Tras este nuevo hallazgo, Lucy, esqueleto de un australopitecus hembra que vivió hace 3.2 millones de años en lo que hoy es Etiopía y que fue descubierta en 1974, perdió su trono como la abuela más antigua del orbe.

La revista Science fue la encargada de publicar un artículo especial sobre este impresionante hallazgo que tardó 17 años en ser presentada al mundo entero. Las conclusiones del estudio, en el cual participaron 47 científicos de diez países, indican que el ejemplar  tiene las manos prácticamente completas y eran relativamente diestras para manejar objetos, además sus muñecas demuestran que podía subirse a los árboles, aunque no lo hacía con la soltura de los actuales monos.

Por eso, los chimpancés por ejemplo, ya no se pueden considerar indicativos de cómo eran antiguamente nuestros antepasados, ya que debieron de evolucionar después de separarse del ancestro común.  Además recientes pruebas biológicas sostienen que el último antepasado de los humanos y los chimpancés debió de vivir hace seis o siete millones de años, por lo que Ardi es demasiado joven para ser considerada el hipotético eslabón perdido.

En cuanto al cerebro de Ardi, éste es pequeño tal como el de un chimpancé actual. Además, parece haber poca diferencia de tamaño total entre machos y hembras, y el cráneo y los dientes indican que tenía una cara pequeña y que era poco agresivo socialmente.

Según C.Owen Lovejoy, investigador de la Univesidad de Kent, “este último rasgo se deduce, curiosamente, de la ausencia de un canino protuberante y afilado en los machos. Esto sugiere que los conflictos entre los hombres eran menos frecuentes que en otros primates como los chimpancés y los gorilas”.

 

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