Tres de cada 4 microemprendimientos en Chile son informales

Nueva investigación de la Fundación SOL señala que, la realidad de los más de 2 millones de microemprendimientos a nivel nacional, corresponde más bien a una actividad económica de subsistencia que a una actividad de proyección empresarial.

“Emprendimiento y subsistencia: Radiografía a los microemprendimientos en Chile” es el nombre del nuevo estudio de Fundación SOL, el cual profundiza sobre la situación de las microempresas con especial énfasis en el sector informal.

La investigación, realizada en base a la Sexta Encuesta de Microemprendimiento de 2019 (EME 6), se concentra en el sector de las microempresas, definidas como aquellas empresas de no más de 10 trabajadores/as o actividades por cuenta propia, cuyo límite de venta se sitúa hasta 2.400 UF anuales.

El estudio desmiente algunos supuestos habituales sobre los emprendimientos, como su impacto sobre la creación de empleo, considerando que sólo un 15% de las microempresas contrata más trabajadores/as.

En 7 regiones del país la informalidad supera el 74% del total de microemprendimientos. Se trata de Arica y Parinacota (84%) y La Araucanía (80,9%) donde 8 de cada 10 emprendimientos son informales. Ñuble (77,5 %), Aysén (76,9%), Coquimbo (76,8%), Los Ríos (76,7%) y la Región Metropolitana (74,8%).

Un 52,1 % de las empresas informales tiene 10 o más años, lo que da cuenta que no necesariamente las actividades informales son transitorias, determinando las condiciones de la actividad durante décadas.

Benjamín Sáez, investigador de Fundación SOL y autor del estudio, “los microemprendimientos liderados por mujeres presentan una mayor informalidad, llegando a un 75,3%, lo que equivale a más de 598 mil microempresas a nivel nacional. Situación de precariedad que se refuerza con jornadas de trabajo más extensas que los hombres debido a las labores no remuneradas”.

La realidad de las microempresas del sector informal, da cuenta de las precarias condiciones en que desarrollan su actividad. Prácticamente 7 de cada 10 microemprendimientos informales se desarrollan el propio hogar (28,9%), en la vivienda del cliente (23%) o en la calle (17,8%). En los microemprendimientos formales esta cifra es inferior al 48%, desarrollando sus actividades mayormente en instalaciones fuera de la vivienda (41,1%).

Cuadro 1. Ganancias anuales mensualizadas en tramos de ingresos mínimos en microemprendimientos informales por sexo.

Como se puede observar en el cuadro, un 73% de las emprendedoras y un 45,8% de los emprendedores no logra generar ganancias superiores al Salario Mínimo, dando cuenta de una situación de sobrevivencia. A nivel nacional, sólo 1 de cada 10 mujeres en microemprendimientos logra superar los $576 mil pesos de ganancia mensual. Esto se confirma al observar las razones para emprender.

El 38 % de los microemprendimientos informales señala haber iniciado su negocio debido a elementos relacionados con la pérdida del empleo asalariado y la necesidad o expectativa de mayores ingresos, siendo estas las principales causas del origen del negocio.

El nivel de ingresos presenta variaciones relevantes en cuanto a las regiones. De acuerdo a Benjamín Sáez, “Las microempresas informales con ingresos iguales o inferiores al Salario Mínimo abarcan más de la mitad de las microempresas en regiones como La Araucanía (61%), Arica y Parinacota (57,2%), Los Ríos (55,7%) y Coquimbo (51,6%). Esto nos alerta sobre la relevancia de tener una perspectiva regional sobre la informalidad’’.

Gráfico 1. Microemprendimientos informales por región

La investigación advierte además sobre “la importancia de considerar también el tiempo de trabajo no remunerado, debido a que la conciliación del tiempo para emprender y el tiempo para las tareas domésticas permite explicar la mayor precariedad en que se encuentran las mujeres que emprenden”, señala Sáez.

Los hombres en microemprendimientos informales realizan un promedio de 9,86 horas semanales de Trabajo No Remunerado, mientras que las mujeres en igual condición realizan un promedio de 25 horas semanales de Trabajo No Remunerado.

La división sexual del trabajo y la asignación de roles de “proveedor” y “cuidadora” termina dejando a las mujeres con más dificultades para insertarse en actividades productivas y una alta carga en labores reproductivas. Esta situación se relaciona fuertemente con los bajos resultados salariales de los microemprendimientos liderados por mujeres.

Las microempresas informales lideradas por hombres realizan un promedio de 40,34 horas de Trabajo Remunerado a la semana, mientras, las mujeres no logran superar las 30 horas como promedio (29,9 horas).

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