Turismo Patrimonial, el nuevo sueño de Quillagua

momia2 museo quillaguaUn pueblo al que le han quitado todo, se levanta y se niega a aceptar las injustas condiciones impuestas. Un testimonio de cómo la ciencia puede aportar maravillosas cosas cuando decide actuar en lo social. Una historia de cómo una comunidad se une con la arqueología, miran al pasado, para construir la esperanza de un mejor futuro.

Hace poco más de un año, un grupo de 40 voluntarios profesionales de las disciplinas de arqueología, antropología social y física, conservación y arquitectura, llegaron a Quillagua con la misión de catastrar los distintos recursos patrimoniales con los que contaba este pueblo. Era necesario saber qué había y en qué condiciones estaba, para poder proyectar sobre bases reales las futuras estrategias que permitirían poner al Patrimonio cultural, arqueológico, histórico y natural que rodea Quillagua como ejes centrales de un posible desarrollo económico sostenible en el tiempo. Un año después Quillagua tiene tres circuitos turísticos patrimoniales diseñados y se esfuerza en implementarlos.

La iniciativa ha sido impulsada por Gonzalo Pimentel, arqueólogo y Director de la Fundación Desierto de Atacama. “Para llegar a crear estos tres circuitos turísticos patrimoniales ha sido necesario todo un año de trabajo. Aquí hay un esfuerzo inmenso de un equipo humano de profesionales, voluntarios y de la comunidad de Quillagua” comenta el arqueólogo.

El equipo de la Fundación conformó, en conjunto con la comunidad de Quillagua, una mesa de Patrimonio en donde participan todas las organizaciones sociales del pueblo: la Comunidad Indígena Aymara, la Junta de Vecinos, Bomberos, Agrupación de Turismo, la Asociación Juvenil y un representante del Alcalde, que es el profesor del único colegio que existe en Quillagua. “Todos hemos aportado ideas, tener una mesa nos ha permitido incorporar la mayor cantidad de miradas e intereses posibles” remarca Pimentel, agregando: “Estamos aún en una fase piloto. Hemos establecido los puntos turísticos, su contenido y preparado un proceso de capacitación para los futuros guías, que serán jóvenes de Quillagua”.

Hoy comienza una etapa de implementación, que considera un intenso proceso de capacitación para los guías, hasta la presentación de los circuitos a tour operadores para que puedan incorporarlos en su oferta turística. “Hay un par de cosas interesantes. Primero, una vez implementados todos los tours y sus ingresos serán administrados por la propia comunidad y segundo, es que para el turista es la oportunidad de conocer -en un lenguaje cercano-, información académica y científica con los últimos conocimientos que se tiene sobre el área”, señala Gonzalo.

Frente a la plaza de Quillagua, se encuentra el Centro de Información Turística y Patrimonial, un espacio que ha sido recientemente remozado para ofrecerle al visitante toda la información sobre los circuitos y acerca al viajero a la Historia y Geografía, la Arqueología y a los Geoglifos de Chug Chug a través de unos paneles informativos. Quienes deseen mayor información respecto de los circuitos turísticos o el Plan Patrimonial de Quillagua pueden escribir a contacto@desiertoatacama.com

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Foto: Angie Seguel

Un viaje al pasado

El día se inicia bajo la suave luz de la mañana, visitando los Geoglifos de La Encañada, figuras monumentales de entre 20 a 30 metros dibujadas sobre la tierra y apostadas en las laderas de los cerros. Luego nos trasladamos a conocer los Petroglifos de Calartoco, donde se encuentran más de una decena de representaciones sobre piedras. Maravillarse con la exactitud simétrica de sus figuras geométricas, animales de las diversas latitudes del mundo andino y descubrir las diferencias entre las distintas figuras humanas representadas, es parte de lo que el visitante podrá disfrutar.

El viaje en el tiempo continúa, y a eso del medio día se abren las puertas del Museo Municipal de Quillagua, para ir reconstruyendo, a través de los objetos y cuerpos, esas historias que nos permiten aproximarnos a los modos de vida de los antiguos habitantes de Quillagua, para luego ir y conocer la aldea precolombina “La Capilla” recorrer sus recintos, ver cómo ordenaban el espacio urbano y productivo, caminar por sus calles y por un instante respirar profundo y dibujar en la mente esta aldea de 10.000 metros cuadrados como un espacio vivo, atiborrada de gente, niños jugando, mercaderes intercambiando productos de la costa y el altiplano, mujeres confeccionando tejidos, cocinando, hombres arriando llamas.

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Petroglifos de Calartoco/ Foto Fundación Desierto Atacama

La ruta continua, se acerca el ocaso, hora en que el cielo y el desierto de Atacama nos regalan una gama de maravillosos colores, el marco perfecto para conocer el mítico Valle de Meteoritos y asombrarse con la imponente presencia de un cráter de 300 metros de diámetros. Saber lo que dice la ciencia y lo que dice el pueblo sobre cómo llueven estrellas en Quillagua, para cerrar con una vista en altura del Oasis y comprender por qué su estratégica posición geográfica ayudó a que fuera un espacio multicultural y cosmopolita.

Esa es la invitación que hace Quillagua a sus visitantes, un viaje al pasado, al conocimiento del mundo precolombino, de esos hombres y mujeres que colonizaron unos de los parajes más inhóspitos para la vida humana.

Fuente: Ximena Cifuentes/ Fundación Desierto de Atacama

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