UE da su máximo premio a oposición bielorrusa y deja mal parado al presidente Lukashenko

El Parlamento Europeo, el Legislativo de la Unión Europea (UE), ratificó hoy simbólicamente el rechazo del bloque al presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, al otorgar el Premio Sajarov de Derechos Humanos a la "oposición democrática" que encabeza Svetlana Tijanovskaya, actualmente exiliada en Lituania.(Télam)

«Es un honor anunciar que los hombres y mujeres de la oposición democrática en Bielorrusia son los laureados de 2020 con el premio Sajarov», el mayor galardón que entrega la UE, anunció en Twitter el presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli.

Según Sassoli, ese grupo opositor «tiene de su lado algo que la fuerza bruta nunca podrá derrotar: la verdad», al tiempo que lo instó a no bajar «los brazos».

«Estamos a su lado», insistió.

Por su parte, Tijanovskaya apuntó que «no es una recompensa personal, es una recompensa para el pueblo bielorruso».

A su vez, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, sostuvo que el galardón es un reconocimiento al «coraje» del movimiento opositor bielorruso y además constituye un «respaldo pleno a sus ambiciones».

El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, aprovechó la premiación para formular un llamado a las «autoridades bielorrusas a liberar a todos los presos políticos e iniciar un diálogo nacional inclusivo» en ese país, informó la agencia de noticias AFP.

Este gesto añade un elemento más de tensión en las relaciones de Bruselas con Bielorrusia y Rusia, firme aliado de Lukashenko.

La Unión Europea (UE) no reconoce el resultado de las elecciones del 9 de agosto, que marcó la reelección de Lukashenko y considera que su Gobierno carece de «legitimidad democrática».

Este galardón llega en un momento particularmente delicado, ya que Tijanovskaya amenazó con convocar a una masiva huelga general si Lukashenko no dejar el poder antes del 29 de octubre.

El Premio Sajarov será entregado en una sesión plenaria del Parlamento Europeo el 16 de diciembre, está dotado de 50.000 euros (unos 58.000 dólares) y fue ganado por primera vez por el exlíder sudafricano Nelson Mandela en 1988.

Bielorrusia es escenario de protestas sin precedentes contra la reelección de Lukashenko, quien se mantiene en el poder desde 1994 al frente de un modelo que muchos identifican como inspirado en el sistema soviético.

El sector opositor liderado por Tijanovskaya es un movimiento popular en general ajeno a los partidos políticos tradicionales de Bielorrusia y recibe fuerte respaldo entre la mujeres y jóvenes, la mayoría de ellos nacidos tras la disolución de la Unión Soviética.

En un país que había hecho de la alta tecnología un eje de desarrollo prioritario, las protestas se organizan en gran parte a través de canales de la aplicación de mensajes Telegram, que el Ejecutivo no logró bloquear.

Todos los domingos, decenas de miles de bielorrusos toman las calles de la capital, Minsk, y otras ciudades del interior, a pesar de recibir amenazas de represión mediante el uso de balas de plomo.

Los sábados ocurren las manifestaciones de mujeres y el lunes ocupan las calles los jubilados.

Con el apoyo de Rusia, Lukashenko excluye cualquier concesión importante, prometiendo una vaga reforma constitucional para salir de la crisis y un simulacro de diálogo con los opositores encarcelados, a los que suele visitar en prisión.

Tijanovskaya tiene el apoyo pleno de la UE y dirigentes como la canciller alemana, Angela Merkel, o el presidente francés, Emmanuel Macron, frente a los cuales Moscú y Minsk denuncian un complot occidental.

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