Visita papal a Marruecos: Luz de esperanza

Llamamiento del Rey Mohammed VI y el Papa Francisco sobre Jerusalén / Al Qods Ciudad Santa y lugar de encuentro.

Por Edgardo Riveros Marín, Ex Subsecretario de Relaciones Exteriores*

Una luz de esperanza en medio de un mundo tenso y convulsionado se ha producido el fin de semana pasado con la visita del Papa Francisco a Marruecos respondiendo a una invitación efectuada por el Rey de dicho país, Mohammed VI.

El encuentro tuvo como objeto el desarrollo del diálogo interreligioso con potentes mensajes de ambos líderes, que se hace necesario divulgar.

             Edgardo Riveros

Para el encuentro, que el rey marroquí calificó como de valor civilizatorio, nada se dejó al azar y a su contenido se unieron también los símbolos. En su discurso, pronunciado en el Instituto de Formación de Imanes, destacó que el lugar para la reunión se ubicaba en el punto de encuentro entre el río Buregreg y el Océano Atlántico, alineándose en un mismo eje con la Mezquita AL-Kutubia de Maraquech y la Giralda de Sevilla, marcando así un enlace espiritual, arquitectónico y cultural entre África y Europa. Luego agregó que ha sido deseo de los marroquíes que la visita del Papa Francisco coincidiera con el bendito mes de Rayab, recordando uno de los episodios más emblemáticos en la historia del Islam y la cristiandad cuando, por orden del Profeta Muhammad, los musulmanes que huían de la persecución, abandonaron la Meca, en busca de refugio cerca de Negus, rey cristiano de Abisinia.

El Rey Mohamed VI destacó, por otra parte, que la visita de Su Santidad se producía “en un contexto en que la Comunidad de Naciones, al igual que la de todos los creyentes, se hayan enfrentados a retos de otra épocas: el reto de la negación del otro; el reto de la teorías canallescas, que se nutren de la traición y de la instrumentalización del Mensaje Divino”. Luego agregó el desafío que enfrenta el diálogo interreligioso en una perspectiva de cambio, señalando que “el diálogo orientado hacia la ´tolerancia´ habrá fracasado sin alcanzar su objetivo. Las tres religiones abrahámicas no existen para tolerarse, por resignación fatalista o aceptación altiva, existen para abrirse y conocerse, en un valeroso concurso de hacerse el bien, unos a otros”…”el verdadero aliado del radicalismo no es otro sino el no-conocimiento y la ignorancia del otro”.

Significativo fue el mensaje del Rey respecto al valor de la educación, la religión y el desafío terrorista. El respecto expresó que para enfrentar a los radicalismo, no hay que buscar una respuesta militar ni presupuestaria, pero si aquella denominada “educación”, enfatizando que en su condición de Emir de los Creyentes quería y deseaba “devolver a la religión el lugar que le corresponde en el seno de la educación”, agregando que su alegato a favor de la educación era “una requisitoria contra la ignorancia, y que ésta, junto con el desconocimiento y las concepciones binarias, constituye una amenaza que jamás puede ser atribuida a la religión”. Dirigiéndose a los jóvenes, que constituían la mayoría de la audiencia que escuchaba su mensaje, les llamó su atención para resguardarse de los fenómenos de radicalización y adopción de la violencia. Señalando expresamente que “los terroristas no tienen en común la religión, sino más bien la ignorancia de la religión. Ya es hora que la religión deje de ser una coartada para la ignorancia y la intolerancia”. Culminó sus palabras diciendo: “la religión es la luz, es el saber y es la prudencia. Desde su esencia pacifista, la religión preconiza aprovechar la energía que se gasta en los armamentos y en las demás carreras ciegas, para emprender luchas más nobles”.

Por su parte, el Papa Francisco en su intervención recordó el histórico encuentro entre san Francisco de Asís y el sultán al-Kamil, resaltando que constituyó un acontecimiento profético que dejó de manifiesto que “la valentía del encuentro y de la mano tendida son un camino de paz y de armonía para la humanidad, allí donde el extremismo y el odio son factores de división y destrucción”. Valoró el diálogo como instrumento de unión y construcción de un mundo más solidario y lo consignó como un desafío que debe ser afrontado “sobre todo en este tiempo en el que se corre el riesgo de hacer de las diferencias y el desconocimiento recíproco motivos de rivalidad y disgregación”. De esta forma, recordando el documento sobre fraternidad humana de Abu Dabi de 2019, indica que para edificar una sociedad abierta, plural y solidaria “es esencial desarrollar y asumir constantemente y sin flaquear la cultura del diálogo como camino a seguir; la colaboración, como conducta; el conocimiento recíproco, como método y criterio”. Luego agrega que “es indispensable oponer al fanatismo y al fundamentalismo la solidaridad de todos los creyentes, teniendo como referencias inestimables de nuestro actuar los valores que nos son comunes”.

El Papa se refiere también a los derechos fundamentales de las personas afirmando que la fe en Dios hace a reconocer la eminente dignidad de todo ser humano y sus derechos inalienables lo que lleva específicamente a que “la libertad de conciencia y la libertad religiosa –que no se limita solo a la libertad de culto, sino a permitir que cada uno viva según la propia convicción religiosa- están inseparablemente unidas a la dignidad humana”…”es necesario que pasemos siempre de la simple tolerancia al respeto y a la estima de los demás”. En tal sentido valora particularmente la Conferencia Internacional sobre los derechos de las minorías religiosas, realizada en Marrakech en 2016, alegrándose que haya condenado cualquier uso instrumental de una religión para discriminar o agredir a las otras.

Además, el Papa Francisco se refirió a dos temas en los que Marruecos ha servido de anfitrión de encuentros: el cambio climático y las migraciones. Respecto al primero resaltó la importancia de la COP 22, toda vez que permitió un diálogo que catalogó de “prudente, franco y sincero” para procurar respuestas adecuadas para invertir el proceso de calentamiento global y lograr erradicar la pobreza. Respecto a las migraciones hizo especial referencia a la Conferencia Intergubernamental sobre Pacto Mundial para una migración segura, ordenada y regular, valorando la aprobación de un documento que, a su juicio, quiere ser un punto de referencia para toda la comunidad internacional.

Finalmente, se debe destacar el “Llamamiento del Rey Mohammed VI y el Papa Francisco sobre Jerusalén / Al Qods Ciudad santa y lugar de encuentro”, donde se indica la importancia de preservar dicha ciudad como patrimonio común de la humanidad y se consigna que para los fieles de las tres religiones monoteístas es, por encima de todo, un lugar de encuentro y un símbolo de convivencia pacífica, donde se cultivan el respeto mutuo y el diálogo, debiendo mantenerse y promoverse su carácter multiconfesional, su dimensión espiritual y su identidad particular. Ambos líderes manifiestan su deseo de garantizar la plena libertad de acceso a la Ciudad Santa para los fieles de las tres religiones monoteístas y el derecho de todos a ejercer su propio culto.

*Profesor de la Facultad de Derecho y Humanidades de la Universidad Central

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