Espacio Público: «para ser optimistas, primero hay que tener un plan»

Así lo señala hoy el centro de estudios en el informe elaborado por Camila Arroyo, Tomás Cortés, Eduardo Engel, Diego Pardow y Pablo Simonetti.

El reporte COVID-19 de Espacio Público, entregado esta noche y elaborado por Camila Arroyo, Tomás Cortés, Eduardo Engel, Diego Pardow y Pablo Simonetti, sale al paso de la «leve mejoría» y señala en su título que «Para ser optimistas, hay que primero tener un plan.

El centro de estudios fue acusado esta semana por el ministro Enrique Paris de hacer sus análisis con un trasfondo político, luego de que el equipo que lidera Eduardo Engel acusara al Minsal de usar las cifras de muertes como un objetivo político.

Hoy, entonces, Espacio Público avanza sobre el optimismo mostrado en el gobierno y las emprende, claramente, con las señales dadas de que el país vive una «leve» o «incipiente» mayoría, como señaló Paris.

«En Reino Unido existe un dicho según el cual una persona prudente siempre debe ‘esperar el mejor escenario posible, pero preparase para el peor’. A la luz del optimismo que ha despertado la disminución en el número de contagiados en Santiago, vale la pena analizar la experiencia reciente de ese grupo de países. Al igual que Chile, Reino Unido enfrentó durante meses una expansión acelerada de la epidemia, con un saldo en vidas humanas que lo tiene dentro de los países con mayor número de fallecidos por millón de habitantes. Sin embargo, hace casi dos meses el Primer Ministro pronunció un discurso detallando el plan para ir levantando las medidas de restricción más severas», señala el informe.

Luego reitera el infome del viernes 26 de junio donde se explayaron sobre tres aspectos que es importante destacar en este tipo de planes:

1. Fases claramente definidas y formas de evaluación objetivas, todo ello establecido en un diálogo constructivo con la comunidad científica.
2. Inicio de las fases de apertura, solamente cuando el país recupere la capacidad de diagnosticar a la inmensa mayoría de los enfermos y con protocolos claros que minimicen el riesgo de rebrotes.
3. Fortalecimiento de las capacidades de testeo y trazabilidad, al punto de que puedan funcionar como un reemplazo efectivo de las medidas de cuarentena.

«Tratándose de Reino Unido, el referido plan estableció un nuevo sistema dirigido por el Joint Biosecurity Centre con 5 niveles de alerta, cada uno de los cuales establece medidas de distanciamiento físico. El nivel 1 es aquel donde la enfermedad ya no está presente en el Reino Unido, mientras el nivel 5 sería aquel donde el National Health Service (NHS) está colapsado. Este plan fue comunicado el 10 de mayo, fecha en la que el promedio móvil semanal de la tasa de positividad diaria era de 7,5 %. A su vez, la apertura de lugares no esenciales se produjo el 15 de junio, fecha en que la referida positividad promedio era de 2 %. Umbrales de positividad menores a 5 % son muy importantes, porque muestran que el sistema sanitario estaría detectando a la gran mayoría de los contagiados. A su vez, permite que las medidas de trazabilidad y aislamiento focalizadas respecto de los contagios detectados, sean lo suficientemente efectivas como para prevenir un rebrote. En otras palabras, las cuarentenas son medidas de aislamiento que no distinguen entre contagiados y no contagiados. Para que las estrategias TTA constituyan un reemplazo efectivo de las cuarentenas, es necesario que los contagios detectados por el sistema sanitario identifiquen adecuadamente a todas o casi todas las personas contagiadas», señalan.

Y agregan: «La experiencia del Reino Unido nos debe servir como guía para la creación de un plan paulatino, participativo, basado en indicadores de salud pública, pensado y llevado a cabo con tiempo, inspirado por las mejores prácticas internacionales al respecto.

Un solo indicador de fallecimientos

Ayer en la tarde el ministro Paris informó a la Comisión Covid-19 de la Cámara de Diputados que está «proponiendo a Presidencia llevar solo un tipo de registro de fallecidos”. Esta declaración fue refrendada hoy por el director del área de epidemiología del Minsal, dr. Rafael Araos.

«Celebramos la disposición a encontrar una manera de reportar fallecidos que sea única, sencilla de comunicar, consistente en el tiempo y en línea con el estándar de la OMS. A continuación complementamos los antecedentes que entregamos en el informe del miércoles pasado, argumentando que la manera de comunicar los fallecimientos en la actualidad es innecesariamente compleja, lo cual hace más difícil que la ciudadanía vuelva a confiar en las cifras oficiales que entrega el gobierno. Cabe traer a la memoria las dos situaciones que han debilitado la confianza ciudadana en las cifras de decesos por Covid-19. Primero, el 7 de junio se agregan de manera un tanto repentina 553 decesos con PCR que no se procesaron en su momento. Segundo, el 18 de junio el DEIS publica por primera vez cifras de fallecimientos sin PCR, luego de que sorpresivamente la opinión pública se enterara, el 13 de junio, que dichas cifras se informaban regularmente a la OMS. Fue en ese contexto que propusimos que la cifra oficial de fallecimientos fuera el total, con y sin tests PCR, informado por el DEIS. ¿Por qué el DEIS? Porque es la institución del Estado de Chile experta en asignar causas de muerte. ¿Por qué todos los fallecimientos? Porque esta cifra considera todos los decesos donde el médico que extendió el certificado de defunción concluyó que la causa de muerte fue Covid-19. También, porque estas cifras no son fuentes de las inconsistencias aparentes que describimos a continuación».

Según Espacio Público hay dos “inconsistencias” presentes en las cifras que se informan actualmente. Una primera fuente es que existen dos cifras de fallecimientos con PCR, la del Registro Civil y la del DEIS, que presentan diferencias importantes (ver Figura 0a). Por ejemplo, los totales acumulados al 25 de junio eran 5489 según la primera fuente vs. 6089 según la segunda , una diferencia de 600 decesos.

«Para explicar una segunda fuente de confusión, partimos por notar que tanto el DEIS como el Registro Civil asignan las defunciones que van procesando al día en que ocurrió el deceso. Esto lleva a que los fallecimientos para un día determinado pueden aumentar de un informe a otro, lo cual es razonable. Más difícil de entender es que los fallecidos en un día determinado presenten disminuciones importantes entre un informe y el que le sigue. Eso es, precisamente, lo que sucede con las cifras de decesos sin PCR, conocidos también como probables, que reporta el DEIS (ver Figura 0b). Por ejemplo, el número de decesos sin PCR para la semana del 10 al 16 de junio es de 988 según el informe del DEIS del 18 de junio, cifra que cae a 520 en el informe del 26 de junio. Aun cuando las dos “inconsistencias” anteriores tienen explicación, nos parece válido concluir que la forma en que se reportan los decesos por covid-19 en Chile es difícil de seguir y lleva a confusión», advierte el informe.

Y se explaya: «Hasta comienzos de junio la opinión pública suponía que al DEIS le tomaba alrededor de un año procesar los decesos Solo a mediados de junio nos enteramos de que no era así, que los estaba procesando con un retraso de pocos días, y comenzaron las publicaciones semanales de estadísticas de decesos. Hoy, en la comparecencia diaria de las autoridades, el dr. Araos informó que el DEIS había acelerado aun más los procesos, de modo que a partir de hoy publicará dos informes semanales. Cabe preguntarse si, con recursos adicionales, que estimamos no serían particularmente onerosos, el DEIS podría informar diariamente los decesos totales por Covid-19. Esa nos parece la solución ideal. Si no es posible, los dos informes semanales también constituyen una opción razonable. Cabe notar que, a diferencia de las cifras de decesos probables, la cifra total de fallecimientos del DEIS no presentará ninguna de las fuentes de confusión que describimos más arriba, porque el total se mantiene como una cifra consistente en el tiempo (ver Figura 0c)».

Cifras de hoy

Seguimos apreciando una caída en los contagios en la RM, a la que seguramente ha contribuido la reducción de los trabajadores esenciales en las calles mencionada hoy por el ministro Palacios (ver enlace). La reducción de la movilidad junto a una potente estrategia de testeo, trazabilidad y aislamiento siguen siendo las dos principales políticas que permitirán contener la epidemia en la ciudad. El promedio de contagios de la última semana en la RM, 2147, es 28.1 % menor que aquel de la semana anterior, 2984. La positividad promedio de la última semana también es inferior a aquella de la semana anterior: 28.5 % vs. 32.1 % (ver Figura 1b). Nos preocupa, sin embargo, que esta última haya caído mucho menos que cuando comparamos dos semanas atrás con una semana atrás (32.1 % vs 42.8 %), lo que nos lleva a preguntarnos si estamos haciendo todos los esfuerzos posibles. Estamos lejos de haber controlado la epidemia en el gran Santiago y debemos continuar reforzando las políticas de contención.

Tal como advertimos en el último informe, en la región de Antofagasta los contagios están estancados a niveles altísimos y la región de Arica está mostrando un crecimiento sostenido de contagios (Figura 1d). Volvemos a recomendar a las autoridades de salud que consideren medidas de confinamiento para Arica, de manera que no deba enfrentar una situación similar a la que han vivido las otras grandes ciudades del Norte. Esperamos que las cuarentenas en Tarapacá y O’Higgins sigan causando una reducciones en los niveles de contagios.

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