Claudio Crespo, inculpado en caso de Gustavo Gatica, fue profesor de FFEE hasta mayo de 2020

Por Cristóbal Muñoz y Diego Zapata

El fiscal de Alta Complejidad Centro Norte Francisco Ledezma, en conjunto con la Brigada de Derechos Humanos de la PDI, detuvo esta madrugada en su domicilio al ex teniente coronel Claudio Crespo Guzmán, indicado como el presunto autor de los disparos que mutilaron a Gustavo Gatica, estudiante que perdió ambos ojos el 8 de noviembre de 2019, por el impacto de proyectiles realizados desde de una escopeta antidisturbios.

Si bien el ex uniformado no apareció en el reporte oficial entregado por Carabineros, Crespo (G-3), fue señalado por Interferencia como uno de los dos principales sospechosos del caso Gatica junto al ex prefecto de Fuerzas Especiales, el coronel Santiago Saldivia Parra (G – 1).

Con 170 tiros el primero y 125 el segundo, son los efectivos policiales que más dispararon la tarde del 8 de noviembre de 2019. Ambos, también, lideraron las intervenciones de la unidad en el sector de Baquedano, siendo Crespo quien pasó “todos los días, en todas las jornadas” en el lugar según su abogado, Jorge Martinez.

Pero su liderazgo e influencia en la unidad no sólo se ejercía en las calles. En una nómina de profesores y profesoras del Curso de Control de Orden Público, entregada por la institución en mayo de este año, tanto Crespo como Saldivia figuran en calidad de docentes de la especialización.

En Fuerzas Especiales, el liderazgo y recorrido de estos superiores parece prevalecer a la formación en las aulas, traspasando el conocimiento a través de la constante instrucción, pues se prima la experiencia personal por sobre los contenidos.

Desde la institución afirman que el personal de FFEE se mantiene en constante instrucción, siempre en latencia -listos para actuar-, independiente de si se está en las calles o no. Aseguran que a través de los ejercicios y el repaso de los manuales y protocolos la unidad adquiere el real aprendizaje.

El general (R) Alejandro Olivares, por su parte, explica que en la práctica se actúa en función del desarrollo gradual de los enfrentamientos, como respuesta a la violencia de los manifestantes. La responsabilidad de respetar esta gradualidad recae, nuevamente, en quienes dirigen las operaciones en terreno: los jefes de unidad y su experiencia, como es el caso de Crespo y Saldivia. Ellos ordenaban la utilización de los carros, las disposiciones de las unidades a pie y el uso de las herramientas balísticas (granadas y carabinas lacrimógenas, escopeta antimotines).

A fines de junio ambos miembros de Fuerzas Especiales fueron removidos de sus cargos dentro de la Unidad de Control de Orden Público. Mientras Saldivia fue trasladado a la Dirección de Bienestar -un puesto alejado de la calle y “cotizado” entre funcionarios-, Crespo fue dado de baja por manipular los registros de su cámara go-pro.

De acuerdo con un ex integrante de la unidad que prefiere resguardar su identidad, Claudio Crespo desencaja totalmente con el perfil de Fuerzas Especiales: “Era demasiado impulsivo con detenidos. A menudo caía en un excesivo uso de la fuerza, yéndose encima de las personas, produciendo él la agresión verbal o la pelea. No se controlaba”.

Crespo a esta hora está en una audiencia de formalización, la que fue suspendida a las 17 horas y donde la Fiscalía está pidiendo su prisión preventiva por apremios ilegítimos y lesiones graves gravísimas.

«Abusando de su cargo”, el inculpado procedió a “disparar la escopeta antidisturbios”, en momentos en que «no existía riesgo alguno para la integridad de los carabineros» y lo hizo “directamente al tercio superior del cuerpo de manifestantes, impactando a la víctima Gustavo Gatica Villarroel”, señaló la fiscal Ximena Chong.

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