Incendios forestales en el norte de California ya consumieron 190 kilómetros cuadrados

Una serie de incendios provocados por el intenso calor y numerosas tormentas eléctricas consumieron cerca de 190 kilómetros cuadrados en el área de la bahía de San Francisco y en otras partes del norte de California, informaron hoy las autoridades locales. (Télam)

Los incendios forestales afectaron en gran medida a la región vitivinícola de Napa y otros condados, como el de Sonoma y Solano, lo que ha obligado a evacuar a más de 100 mil personas.

De hecho, las autoridades del condado de Sonoma advirtieron en las últimas horas de una «amenaza inmediata para la vida» a raíz de las quemas.

Las llamas se han extendido desde la región vitivinícola hasta las montañas de Santa Cruz, moviéndose rápidamente alimentadas por una intensa ola de calor que también produjo apagones eléctricos en la región, precisó la agencia EFE.

California fue afectada, en las últimas 72 horas, por más de 10.800 rayos que causaron cerca de 367 nuevos incendios, según el Departamento de Silvicultura y Protección contra Incendios del Estado.

Ante esta situación, el gobernador de California, Gavin Newsom, declaró la emergencia debido a las decenas de incendios que azotan el Estado en medio de una histórica ola de calor que está asolando el oeste del país.

Además, a causa de las altas temperaturas se sumaron otros 12 incendios más en los últimos dos días.

“Estamos desplegando todos los recursos disponibles para mantener a las comunidades seguras mientras California combate los incendios en todo el estado durante estas condiciones extremas”, dijo Newsom en un comunicado.

El domingo, el termómetro, en el Valle de la Muerte alcanzó los 54 grados, posiblemente la lectura más alta en la Tierra en casi 90 años de confirmarse la medición, señaló la agencia EFE.

Los incendios, que están liberando una enorme cantidad de humo al aire, se registran mientras el Estado lidia con un aumento en los casos de coronavirus, lo que genera temores sobre la seguridad de los bomberos y de quienes evacuan sus hogares.

La ceniza esparcida en el suelo y el humo de diversos incendios creaban condiciones insalubres en la atmósfera y aumentaban la preocupación por las personas más propensas a sufrir enfermedades respiratorias.

Debido a que la calidad del aire estaba alcanzando niveles peligrosos en algunas partes, las autoridades de salud pública exhortaron a la gente a permanecer en sus casas con las ventanas y puertas cerradas hasta que el humo se disipe.

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