La economía chilena sigue estable, ¿cómo puede mejorar?

Chile, como prácticamente ningún rincón del mundo, no pudo escaparse de la pandemia del coronavirus, que ha impactado todos los aspectos de la sociedad este 2020. El primer caso en el país fue confirmado el 3 de marzo, pero el brote poco tardó en expandirse por todas las regiones. La primera gran consecuencia de la enfermedad fue sanitaria, con más de 11.000 personas fallecidas. También se ha resentido la política, con la renuncia a su cargo del ministro de Salud, Jaime Mañalich, que fue sustituido por Enrique Paris.

No obstante, y contra todo pronóstico, la economía chilena ha logrado mantenerse estable. Pese a la llegada amenazadora de la peor recesión de la historia de América Latina, se espera que Chile solo sufra una caída del 7,5 %, mientras que en 2021 lograría crecer un 5 %.

De confirmarse estas predicciones, se confirmaría como una de las economías más fuertes de la región. Inevitablemente, esto animaría las inversiones a largo plazo, pero también otras más inmediatas.

De hecho, ya hemos empezado a ver algunas inversiones que podrían ayudar a salvar la economía del país. Es el caso, por ejemplo, del sector de las energías renovables.

La compañía española OPDEnergy se ha comprometido a construir su primer parque eólico en Chile, situado en la comuna de La Estrella, en la Región de Libertador General Bernardo O’Higgins. La inversión será de 103 millones de dólares estadounidenses y también permitirá alzar una planta de energía solar Sol de los Andes, en la ciudad de Diego de Almagro, en la Región de Atacama.

Otras relaciones internacionales que podrían servir para mantener la estabilidad económica del país o incluso mejorar su situación serían las que Chile mantiene con Brasil. El pasado 11 de agosto, el Senado aprobó el Tratado de Libre Comercio con la República Federativa, lo que reforzará sus relaciones mercantiles y ayudará a estimular aquellos sectores cuyos productos tienden a exportarse: cobre, salmón, vino, varios tipos de bayas…

De hecho, el cobre puede tener un papel protagonista en todo esto. Chile aporta el 30 % de la producción mundial de este metal rojo, y no es por menos, pues la actividad económica principal del país es la minería, que contribuye un 10 % del PIB nacional. Es más, en 2018, nuestro país logró ser el mayor exportador de minerales de cobre, lo que ofrece esperanza para el futuro. Este material es utilizado como materia prima de muchos procesos industriales y lo seguirá siendo.

En la mejoría de la economía chilena también tendrán un rol decisivo las políticas que se impulsen desde el gobierno de Sebastián Piñera. Justo hace ahora un año, se lanzaron unas medidas económicas para estimular el país, pero lógicamente estas no contemplaban la llegada de una pandemia como la del COVID-19. Hace unos meses, el presidente anunció un nuevo plan, con el que quiere asegurar el bienestar financiero de los chilenos como mínimo a corto plazo.

Siempre se hace difícil predecir cómo un país llegará a recuperarse de una crisis, y todavía más si se desconoce cuándo va a producirse su mayor impacto. Estamos en una época de incertidumbre y solo el tiempo dirá cómo va a resolverse esta situación a todos los niveles, desde el sanitario al económico. Lo que parece estar claro es que Chile tiene varios motivos para el optimismo, pues tiene inversiones extranjeras, tratados comerciales y una industria del cobre fuerte a su favor.

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