Aporte de trabajadores a reactivación economía alcanzaría 35 mil millones de dólares por nuevo retiro de pensiones

Un cálculo realizado por la Fundación Sol arrojó que los recursos puestos en circulación resultantes del primer y segundo retiro de fondos de las AFP serán siete veces mayor que las transferencias directas entregadas por el Gobierno. Este fenómeno de “privatización” de las ayudas económicas alerta a los expertos, quienes evidencian un golpe previsional a largo plazo para los cotizantes y a un acotado número de reales beneficiados por la medida.

Por Cristóbal Muñoz

Lo primero que dijo sentir Katherine Rojas (42) al saber de un segundo retiro del 10%, fue alivio: el primer retiro le permitió reinventarse y establecer un empleo informal; el segundo, lo ocupará para capitalizar su proyecto.

“Con el primer 10% me compré un auto para repartir a domicilio productos que compro y vendo. Ahora quiero seguir invirtiendo en mi negocio”, asegura. Al igual que miles de chilenos y chilenas este año, perdió su puesto de trabajo por la pandemia, y disponer de parte de su ahorro previsional le ha significado poder sortear la crisis económica y social que atraviesa el país

Al cierre de esta edición, más de seis millones de personas ya solicitaron el segundo retiro del 10% de sus fondos de las AFP a menos de una semana de iniciado el trámite, con un monto promedio de un millón 400 mil pesos. La tendencia parece repetirse con el primer proceso, en el cual se contabilizaron 8,1 millones de personas que llenaron los formularios en sus respectivos aseguradores para pedir su dinero, en el mismo periodo.

La similitud entre ambos retiros encendió las alarmas en Fundación Sol por el aporte directo “del bolsillo” de los chilenos para solventar la crisis. A través de su cuenta de Twitter, el centro de investigación aseguró que los recursos que serán puestos en circulación por los cotizantes que hagan efectivo el retiro alcanzará los 35.000 millones de dólares, aporte siete veces mayor que las políticas de ayuda presentadas por el Gobierno.

Según datos de la última Ficha Estadística de la Superintendencia de Pensiones, al 26 de agosto de este año se retiró un monto total de 15.150 millones de dólares, proyecciones que se repiten para este nuevo ciclo. Mientras que, según el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, las ayudas económicas en transferencias directas a los hogares han alcanzado los US$6.200 millones, al 14 de noviembre pasado.

Marco Kremerman, economista e investigador de la Fundación Sol, explica que este fenómeno de “privatización de las ayudas” responde a cómo se entienden en Chile los proyectos públicos. “Se siguieron aplicando políticas de apoyo desde un punto de vista neoliberal: bonos focalizados, para cierto grupo de la población, complementarios, condicionados y tardíos. No tienen nada que ver con las necesidades de una pandemia histórica y mundial, que requería transferencias directas suficientes, que permitiera a los hogares a no arriesgar su salud para poder generar un porcentaje de sus ingresos”, aseguró.

Para el economista y docente de la Universidad de Chile, Alejandro Alarcón, los retiros de ahorros previsionales son más una movida política, que una política económica: “El gobierno debería haber sido más agresivo en lo social. Este tema no habría tenido el auspicio de parlamentarios populistas si hubiera apoyado con más fuerza y subsidios estatales a la gente que se ha visto más afectada por esto. El congreso está desprestigiado, deben mantener su puesto. Y si no se congraciaban con los ciudadanos, estos les podían dar la espalda. El 10% fue la salida fácil y populista”.

En tanto, Katherine Rojas dice presenciar una repartición desigual de los recursos. “Los bonos siento que van para la gente que no hace nada. La clase media no se ve beneficiada. Debería equilibrarse: que sea para la gente que no trabaja y que necesita, y para la gente que trabaja y que también se vio afectada”, denuncia la ahora trabajadora informal.

Los afectados y los beneficiados

Para muchos, el proceso iniciado el pasado jueves 10 de diciembre podría suponer un nuevo alivio económico para este golpeado 2020. Sin embargo, se advierte un importante daño en los fondos previsionales de los cotizantes, sobre todo para los 4 millones 300 mil que afiliados podrían quedar sin dinero en sus cuentas.

“Los que creen que el Estado pueda sacar del bolsillo los 35 mil millones de dólares para tapar el hoyo, no sé qué está pensando. Esto es un error y espero que los que estuvieron involucrados den la cara, sobre todo los más jóvenes, porque es un consumo temporal; están sustituyendo el consumo presente por un consumo futuro que no va a tener financiamiento”, sentencia Alarcón, respecto a los cotizantes que retiren todos sus ahorros gracias a los dos ciclos.

Sin embargo, esta medida dejó grandes beneficiados. El sector financiero, el retail y las grandes empresas asoman como los principales favorecidos por los 35.000 millones de dólares inyectados a la economía. El economista Marco Kremerman explica que este fenómeno se debió a que “los hogares recurrieron a sus ahorros previsionales para ponerse al día con las deudas y para consumo directo, y eso estimula el comercio”.

Según la segunda encuesta Plaza Pública de Cadem del mes de noviembre, que consultó qué fue lo que hicieron con su dinero las personas que hicieron efectivo el primer retiro del 10% de sus ahorros en los fondos de las AFP, un 58% de los consultados ocupó su retiro para saldar deudas de distintos tipos, mientras que un 37% lo utilizó para la “compra de alimentos, remedios u otros insumos básicos”. Acá el desglose:

En este sentido, el Estado y sus arcas fiscales se suman a la lista de beneficiados. “En la medida que gran parte del retiro se utiliza en consumo, hay mayor recaudación para el Fisco: sin tener que hacer transferencias directas, no sólo se ahorra gastar en políticas públicas, sino que le llegan ingresos adicionales a través del IVA”, aclaró Kremerman.

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