Resiliencia: el imperativo de los que sobreviven

Por Henry Cullell, gerente general de Comercial LF S.A.

Los líderes de empresa tienen la obligación de crear prosperidad. De llevar a las organizaciones que dirigen a un estado económico y social satisfactorio.

Sin embargo, en tiempos de crisis, derrotar la adversidad requiere de mucha valentía como valor. Solo la firme determinación en las decisiones tomadas, permitirá enfrentar situaciones arriesgadas o difíciles en ese camino a la prosperidad.

Basta mirar 130 años para atrás y la historia hablará por sí misma, mostrándonos líderes valientes que, con visión emprendedora y persistencia, levantaron sus empresas cuando atravesaban períodos de crisis profunda, logrando algunas alcanzar escala global.

Estos líderes supieron mirar más allá que el resto. Detectaron y dieron respuestas a las inquietudes de los clientes, lograron crear organizaciones con valor y desarrollar estrategias de sobrevivencia para los períodos recesivos: Thomas Alva Edison (General Electric, 1890), William Crapo Durant (General Motors, 1908), Charles Flint (IBM, 1911), Walt Disney (Disney, 1923), James McLamore (Burger King, 1954), Bill Gate (Microsoft, 1975), Ted Tuner (CNN, 1980), Steve Jobs (Apple, 2001).

Ninguno de ellos se habría quedado esperando que pase la pandemia para volver al estado de realidad anterior. Seguramente que su primera medida para gestionar la crisis, habría sido mitigar cualquier impacto económico y social que atentara contra la existencia de la empresa. Luego, el foco estaría en desarrollar las estrategias para enfrentar los períodos recesivos y el de recuperación o rebote. Pero, además y, mientras trabajan en las etapas anteriores, volverían a someterse al ejercicio de ser resilientes y detectar oportunidades en la adversidad.

Covid-19 nos ha llevado a auto descubrir el potencial y el talento que tenemos los individuos y del cual no somos consciente. La decisión de hacer frente a estos contextos de inestabilidad, nos saca potencial y talento, volviéndonos creativos e innovadores en la construcción de soluciones para superar la adversidad. A las empresas les pasa exactamente lo mismo. Los desequilibrios económicos y competitivos se solucionan exclusivamente con creatividad e innovación.

Puesto que las organizaciones son dirigidas por personas y, una organización por sí misma no puede aplicar los principios de la resiliencia, se deduce que la resiliencia empresarial es consecuencia de aplicar la resiliencia personal. Puntualmente la de sus líderes.

Personas y empresas, en cualquier medida, tienen la capacidad para ser resilientes, pero no todos asumen la decisión de serlo. Un alto porcentaje se rinde o huye de situaciones estresantes. Otros, resisten, pero no superan el momento, lo cual no es resiliencia. Finalmente, son muy pocos los que deciden ser resilientes y viven la experiencia como tal.

Es importante resaltar que la resiliencia es actitudinal, no aptitudinal y, no es un proceso planificado, sino un plan que surge dentro del proceso de inestabilidad. Es una característica que solamente ciertas personas y ciertas empresas desarrollan.

En el proceso de someterse al ejercicio de la resiliencia y detectar oportunidades, se debe observar, entre otras cosas, los cambios radicales que están sucediendo en el comportamiento del consumidor. Esto último no sólo es consecuencia de las medidas de aislamiento, sino también por las dificultades en el funcionamiento de los canales de distribución y cadenas de suministro.

Los nuevos comportamientos, conllevan cambios de mentalidad y de actitud en el consumidor que, posiblemente, se convertirán a futuro en nuevos hábitos. ¿Dónde se observan los cambios?

  • En la ubicación y el momento de compras (presencial o en línea).
  • En el mix de productos comprados (productos para la salud y artículos de limpieza. Artículos no perecederos y difíciles de encontrar).
  • En la reducción de la frecuencia de compra y el aumento del ticket promedio.
  • En la mayor disposición a hacer uso de las ofertas directas o de comprar en línea a marcas que ofrecen entregas a domicilio.
  • En elegir productos por su disponibilidad y tipo de beneficio más que en la preferencia de marca.
  • En el creciente interés por marcas que combinan el rendimiento funcional con el comportamiento pro-social de sus empresas matrices.
  • En el creciente interés en saber cómo las compañías tratan a sus empleados.

Con estos antecedentes de cambios de comportamiento, y otros que continuarán apareciendo, es tremendamente relevante identificar qué significa valor para los clientes a medida que se establecen nuevas rutinas de compra. Luego, habrá que enfocarse en cómo concebir, comunicar y entregar ese valor al cliente.

En conclusión, desde la perspectiva individual y desde la perspectiva empresarial, la resiliencia es una habilidad que genera mucho valor para ser competitivos. Las marcas pequeñas o grandes, tienen hoy un momento de oro para llamar la atención, convencer a nuevos clientes de su valor y lograr que los nuevos comportamientos de compra se transformen en comportamiento sostenido post crisis.

Hoy es cuando se debe ser creativos e innovadores y diseñar alternativas que lleven a vencer la adversidad, antes de que ella nos gane. Resiliencia, el imperativo de los que sobreviven.

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