Justicia alemana condenó a ex miembro de los servicios de inteligencia sirios por torturas

Se le acusó de "complicidad en crímenes de lesa humanidad", en el primer proceso en el mundo vinculado con abusos imputados al Gobierno de Bashar al Asad durante la Primavera Árabe.

La Alta Corte Regional de Coblenza (oeste) halló hoy culpable al sirio Eyad al Gharib, de 44 años, de haber participado en septiembre u octubre de 2011 en el arresto y encarcelamiento en el centro de detención Al Jatib, de al menos 30 manifestantes, tras una protesta en Duma, cerca de Damasco.

Al Gharib llegó en Alemania el 25 de abril de 2018. Trabajó en los eslabones más bajos de la inteligencia siria antes de desertar en 2012 y huir del país en febrero de 2013.

Seis años después, en febrero de 2019, fue detenido por la justicia alemana. Esto luego de que el acusado contara su trayectoria a las autoridades que debían autorizar su solicitud de asilo.

Esta es la primera vez que un tribunal falla en un caso relacionado con la represión de las protestas de la Primavera Árabe. Todo a menos de un mes de cumplirse el décimo aniversario del inicio de la revuelta popular en Siria, el 15 de marzo de 2011. El imputado fue condenado a cuatro años y medio de prisión.

«Esta es la primera sentencia que hace rendir cuentas a los responsables de la tortura en Siria», tuiteó hoy el ministro alemán de Relaciones Exteriores, Heiko Maas, y destacó el «alto significado simbólico» de la condena.

La presidenta del tribunal Anne Kerber, por su parte, se refirió a la «vasta y sistemática represión» de la protestas por la libertad y la democracia en Siria, citada por la agencia de noticias AFP.

Además del fallo de hoy a Al Gharib, desde el 23 de abril de 2020 comparece también ante el mismo tribunal el excoronel Anwar Raslan, de 58 años, que está siendo juzgado por crímenes contra la humanidad por la muerte de 58 personas y la tortura de 4.000 presos.

Este juicio puede extenderse al menos hasta finales de octubre.

Hasta la fecha, más de una decena de sirios y sirias, algunos de forma anónima por miedo a represalias contra sus familias que todavía se encuentran en Siria, contaron ante el tribunal el suplicio que sufrieron en la prisión de Al Jatib.

Además, y por primera vez, también se presentaron en el tribunal fotografías del «expediente César», un exfotógrafo de la policía militar que tomó 50.000 fotografías de 6.786 sirios detenidos y abocados a una muerte terrible, hambrientos y torturados.

Tras la condena de Al Gharib, el abogado de las partes civiles Patrick Kroker resaltó la aparición en reiteradas oportunidades del nombre del presidente sirio en la corte.

«El nombre de Asad se pronunció al menos cinco veces durante la lectura del veredicto», sostuvo Kroker, mientras que el fiscal Jasper Klinge vio en el fallo «una señal para los autores» de los crímenes en masa en Siria.

La diáspora siria, que se refugió en distintos países de Europa en el último tiempo expulsados por el recrudecimiento de la violencia en su país, multiplicó las demandas en Alemania, Suecia y Francia, con el objetivo de movilizar los allí los juicios a las atrocidades cometidas en Siria, debido a la parálisis de la justicia institucional.

En el caso de Alemania, para juzgar a los acusados se aplica el principio de jurisdicción universal que permite procesar a los autores de crímenes muy graves independientemente de su nacionalidad y del lugar donde se hayan cometido.

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