Estudio revela que la marihuana es casi tan adictiva como los opioides entre los adolescentes

Lilian Hitelman, psicoanalista y Anneliese Dörr, doctora en psicología, analizaron el estudio de la revista estadounidense JAMA Pediatrics. En tanto, aclararon que si bien no cualquiera cae en la adicción, ya que el entorno y la personalidad juegan un rol fundamental, no hay que normalizar su consumo temprano.

Un estudio publicado por la revista JAMA Pediatrics, perteneciente a la Asociación Médica Estadounidense, reveló que la marihuana es casi tan adictiva como los opioides (analgésicos que podrían provocar dependencia) entre los adolescentes.

Según el citado medio, un año después de que jóvenes entre 12 y 17 años probaron por primera vez cannabis, casi el 11% cumplían los criterios de adicción. En tanto, aquellos en el mismo grupo de edad que consumieron opioides recetados tenían una tasa de adicción similar al 11%.

Por otro lado, el estudio, que recopiló los datos entre 2015 y 2018, determinó que si los consumidores eran más jóvenes cuando probaron cannabis y otras drogas por primera vez, tenían más probabilidades de volverse adictos. Mientras que para aquellos en el rango de edad de 18 a 25 solo el 6% desarrolló una adicción un año después de probar marihuana. En la categoría de mayores de 18 a 25 años las tasas de adicción a los opioides fueron similares a las tasas de adicción a la marihuana después de un año.

Los peligros

Al respecto, Lilian Hitelman, psicoanalista e integrante de la Asociación Médica para la Prevención (AMP) señaló que “el consumo de marihuana es un problema muy serio, incluso más grave que el consumo de las llamadas drogas duras. Su uso en adolescentes es más común, de mayor prevalencia que otras drogas. Esto hace que se transforme en un problema de salud pública al abarcar un alto porcentaje de jóvenes que consumen».

Al ser consultada por el peligro de no poder frenar el consumo de marihuana entre los adolescentes, la profesional manifestó que “la marihuana es la droga más usada entre octavo básico y cuarto medio. Esto, porque es de fácil acceso y su uso se ha normalizado. No hay una señal clara del mundo adulto de lo dañino que es su uso, incluso ocasional en niñas, niños y adolescentes. Provoca daños a nivel fisiológico y es la droga que provoca más daños en la salud mental de los jóvenes”.

En esa misma línea, agregó que “es fundamental prevenir el consumo, incluso ocasional, en adolescentes y retardar su inicio lo más posible. La normalización del consumo de marihuana, cuya máxima expresión es la legalización, hace que aumente la frecuencia del consumo y baje su edad de inicio. Se transforma en un serio problema de salud pública, pues si no frenamos el uso en adolescentes vamos a tener una generación de adultos con serias deficiencias. La legalización hace que el consumo pase de ocasional a frecuente”.

Una posible adicción

Por su parte, Anneliese Dörr, doctora en psicología y directora del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile, se refirió a lo adictivo que puede ser la marihuana en los adolescentes.

“La doctora asegura que el porcentaje de consumidores que se vuelve adicto ha crecido con el tiempo. Su razón es la manipulación genética de la planta para aumentar el THC. Asimismo, «porque la ciudadanía piensa que la marihuana es inocua y medicinal. Hay que educar a la población al respeto de manera que los padres sepan qué mensaje darles a sus hijos» señala.

«La marihuana, contiene altas concentraciones de THC, compuesto responsable de sus efectos placenteros y adictivos. En todo caso, hay que aclarar que la mayoría de los jóvenes adolescentes pasan esta etapa sin desarrollar una adicción. No es cualquier joven el que cae en la adicción. Hay factores de riesgo que juegan un rol fundamental como son; el entorno (amigos, padres, educación, factores vulnerabilidad social, la cultura imperante) y la personalidad (baja autoestima, búsqueda de sensaciones, pocas relaciones, timidez o fobia social)».

Así mismo, la profesional añadió que «El criterio que usan los clínicos para decir que hay adicción es cuando la persona necesita la sustancia y toda su vida gira en torno a ella, a pesar de las complicaciones que le pueda ocasionar. Si comienza a comprar la sustancia y manifiesta no poder abandonar el hábito en caso de proponérselo, estamos frente a un caso de consumo problemático».

«Esta pérdida de control que produce el consumo conlleva consecuencias emocionales, conductuales, y por lo general la persona no se da cuenta que los cambios que está teniendo se deben al uso de sustancia, y además repito, sobrestiman su capacidad de controlar el consumo” concluye.

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