Buenos Aires, la capital rebelde, a riesgo de contar muertos en la calle

La pandemia no dio tregua, no sólo en la capital, sino en toda el área metropolitana (AMBA), que también integra tres cordones de la provincia de Buenos Aires, la zona conocida como conurbano.

Por Ramiro Barreiro

Hace un mes, los gobiernos de la ciudad de Buenos Aires y la Nación argentina tuvieron una contienda que llegó hasta la Suprema Corte de Justicia en torno al mantenimiento de las clases presenciales en los colegios, en medio de la segunda ola de contagios de covid-19.

En ese entonces, el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, confirmó que habría clases presenciales en las escuelas, tras el fallo de la Cámara de Apelaciones que deslindó a la ciudad del decreto del Gobierno Nacional por su carácter de autónoma.

Sin embargo, la pandemia no dio tregua, no sólo en la capital, sino en toda el área metropolitana (AMBA), que también integra tres cordones de la provincia de Buenos Aires, la zona conocida como conurbano.

«Estaremos muy atentos estos días. Si la tendencia al ascenso continúa, creemos que tenemos que dialogar sobre otras medidas para evitar que continúen aumentando. Si los casos no bajan en las próximas 72 horas, entonces acompañaremos las medidas de la Nación», dijo el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, hace algunas horas.

Entre esas medidas estaría la suspensión de las clases presenciales y otras que puedan resultar de un nuevo anuncio de Fernández para la región, una vez que el viernes venza el actual Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU).

AL BORDE DEL COLAPSO

La situación es grave en todo Buenos Aires, tanto en la ciudad gestionada por el macrismo, como en la provincia conducida por el kirchnerismo.

De acuerdo con el último reporte de la situación sanitaria, la ocupación de camas de Unidad de Terapia Intensiva (UTI) en el sistema público de salud de la ciudad es del 80,6 por ciento.

El jefe de terapia Intensiva del Sanatorio Otamendi de Buenos Aires, Arnaldo Dubin, aseguró a Sputnik que la capital argentina corre serios riesgos si no se detiene la escalada de contagios de covid-19.

«Si seguimos así el colapso se va a seguir profundizando y va a llegar al extremo de, lamentablemente, tener que contar muertos en la calle», afirmó el galeno.

El sistema público de salud de la Ciudad de Buenos Aires tiene disponibles sólo 97 camas de terapia intensiva sobre un total de 500, ya que están ocupadas 403 plazas, mientras que hace un mes atrás había una ocupación de camas de terapia intensiva del 64,6 por ciento.

«Más allá del número de camas, la situación es de colapso del sistema sanitario porque hay un desborde de los sistemas hospitalarios por una insuficiencia de recursos físicos, tecnológicos, humanos, de insumos y medicación para satisfacer los requerimientos acuciantes de esta realidad epidemiológica», puntualizó Dubin.

La situación no es mejor del otro lado de la avenida General Paz, en el conurbano, donde según el médico, se ha reportado que dos de cada tres pacientes que entran a terapia intensiva fallecen. «Ha habido, durante la segunda ola, 15 embarazadas que murieron», agregó.

«Estamos pasando penurias en las terapias intensivas, estamos intubando y ventilando mecánicamente fuera de las UTI porque están llenas y en las habitaciones comunes hay gente que tendría que estar en UTI. Estamos con una fatiga terminal y no es algo que nos atañe solo a los intensivistas, esto repercute en la salud de los pacientes», afirmó el integrante de la Sociedad Argentina de Terapias Intensivas (SATI).

LENTA PERO EFECTIVA

La vacunación en Argentina va lenta, pero sostenida, y las prioridades establecidas en el plan oficial han beneficiado al personal de salud. Los resultados, según Dubin, ya pueden verse.

«Definitivamente fue eficaz», determina el terapista, «pese a que hubo una sucia campaña política en contra de la vacunación, y particularmente de la vacuna Sputnik V -que finalmente parece ser una de las más eficaces-, el personal está vacunado y el resultado es una drástica disminución de los contagios. Los números son verdaderamente impactantes», indicó.

Para el especialista, «la vacunación en el personal de salud ha sido una de las pocas o quizás la única cosa buena que hemos tenido los trabajadores en todo este período».

Finalmente, recomendó recurrir a medidas restrictivas más estrictas, que sean acompañadas de ayudas económicas a los sectores más empobrecidos, los que en definitiva sufren más que nadie la pandemia epidemiológica, y también las contiendas políticas y judiciales entre los gobernantes. (Sputnik)

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