Crece enojo en Occidente por desvío de avión a Bielorrusia para arrestar a opositor

La indignación por el desvío forzoso a Bielorrusia de un avión de pasajeros europeo para detener a un destacado opositor al presidente Alexander Lukashenko se incrementó hoy en Occidente y la Unión Europea (UE) amenazó con sanciones.

Bielorrusia, por su parte, rechazó las críticas y las acusaciones de la oposición y líderes extranjeros que consideraron que el avión fue secuestrado en un acto de piratería y «terrorismo».

En medio de fuerte presión internacional, el Gobierno bielorruso dijo que la amenaza de bomba por la que justificó el desvío había sido realizada por el movimiento islamista palestino Hamas.

«Nosotros, soldados de Hamas, exigimos que Israel cese el fuego sobre el sector de Gaza», reza el texto recibido, según el directivo de transporte aéreo del Ministerio de Transportes bielorruso Artiom Sikorski, citado por la agencia de noticias bielorrusa BeIta.

El vuelo de la aerolínea irlandesa Ryanair que iba a Vilna, la capital de Lituania, en el que viajaba el periodista disidente Roman Protasevich, fue desviado ayer cuando se encontraba en el espacio aéreo bielorruso por una supuesta amenaza de bomba.

Acompañado por un avión de combate bielorruso, el aparato aterrizó en la capital, Minsk, donde Protasevich, de 26 años, que vivía entre varios estados de la UE, Polonia y Lituania, fue detenido junto con su pareja.

Cuando el vuelo fue reanudado, horas después, faltaban en total cinco pasajeros, según la agencia de noticias Europa Press.

Los líderes occidentales acusaron al régimen de Lukashenko, en el poder desde hace más de un cuarto de siglo, de secuestrar a un avión europeo e insistieron en que la acción no quedará sin respuesta.

Muchos líderes europeos pidieron nuevas sanciones contra el país en una cumbre prevista para hoy, mientras Estados Unidos denunció los hechos y exigió la liberación de Protasevich.

En tanto, el Reino Unido “suspendió todos los permisos de transportistas aéreos extranjeros que tienen las aerolíneas bielorrusas hasta nuevo aviso”, anunció su Autoridad de Aviación Civil en un comunicado.

En su primera reacción oficial tras el incidente, el canciller bielorruso insistió en que el país había actuado legalmente y acusó a los occidentales de intentar hacer política.

«No hay duda de que las acciones de nuestras autoridades competentes (…) cumplieron plenamente las normas internacionales establecidas», dijo el vocero del Ministerio, Anatoly Glaz, en un comunicado en el que acusó a Occidente de «politizar» la situación.

«Se están haciendo acusaciones infundadas», agregó, según la agencia AFP.

La UE y otros países occidentales ya impusieron numerosas sanciones al Gobierno de Lukashenko por la brutal represión de las manifestaciones de la oposición tras su polémica reelección para un sexto mandato en agosto del año pasado.

Junto a su cofundador Stepan Putilo, Protasevich dirigía hasta hace poco el canal Nexta en Telegram, que animó y dirigió las protestas, el mayor desafío al gobierno de Lukashenko desde que tomó el poder en este país exsoviético en 1994.

El desvío del avión fue condenado rotundamente en Europa: la jefa de la UE, Ursula von der Leyen, lo calificó de «indignante e ilegal», Polonia denunció «un acto de terrorismo de Estado» y Francia pidió una «respuesta fuerte y unida».

La OTAN exigió una investigación sobre el «grave y peligroso incidente», mientras el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, lo calificó de «impactante» por poner en peligro «la vida de más de 120 pasajeros, entre ellos estadounidenses».

Irlanda, donde está basada la compañía Ryanair, calificó el hecho como «piratería» estatal y Alemania, que calificó como «aberrantes» y «no creíbles» las explicaciones de Minsk, anunció haber convocado al embajador bielorruso en Berlín.

La canciller Angela Merkel, por su parte, dijo que las razones invocadas por el gobierno de Bielorrusia son «completamente inverosímiles».

Asimismo, el canciller del Reino Unido, Dominic Raab, dijo ante el Parlamento que “es difícil de creer que este tipo de acción pudiera realizarse sin, al menos, la aquiescencia de las autoridades de Moscú”.

Sin embargo, Rusia, la principal aliada de Bielorrusia, mostró poca preocupación y la vocera de su Cancillería, María Zajarova, se burló de la indignación occidental.

«Nos sorprende que Occidente califique de ‘sorprendente’ el incidente en el espacio aéreo bielorruso», dijo Zajarova en Facebook, acusando a los occidentales de «secuestros, aterrizajes forzosos y detenciones ilegales».

La aerolínea regional airBaltic, con sede en Letonia, dijo hoy que a partir de ahora evitará el espacio aéreo bielorruso.

Con cerca de dos millones de suscriptores en Telegram, Nexta Live y su canal hermano Nexta son importantes medios de comunicación de la oposición y ayudaron a movilizar a los manifestantes.

Protasevich y Putilo fueron incluidos el año pasado en la lista bielorrusa de «individuos implicados en actividades terroristas». Los dos fueron acusados de provocar disturbios masivos, un delito castigado con hasta 15 años de cárcel.

«Es absolutamente obvio que se trata de una operación de los servicios secretos para capturar el avión con el fin de detener al activista y bloguero Roman Protasevich», dijo en Telegram la líder de la oposición en el exilio Svetlana Tijanovskaya.

La oposición afirma que Tijanovskaya, que huyó a la vecina Lituania después de las elecciones, fue la verdadera ganadora de las presidenciales del año pasado.

La pareja del opositor, Sofia Sapega, una ciudadana rusa y estudiante de derecho en la Universidad Europea de Humanidades (EHU) de Lituania, fue detenida junto a él, confirmó hoy su universidad.(Télam)

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