Expertos de la ONU piden solución a problema de contaminación en el norte de Chile

En 1984 la empresa sueca Boliden Mineral le pagó a una empresa chilena para poder verter 20.000 toneladas de residuos tóxicos de arsénico, mercurio, cadmio y plomo en Arica, generando problemas importantes en la zona hasta la fecha.

Un grupo de relatores especiales de la Organización de las Naciones Unidas emitió este lunes un comunicado emplazando a los gobiernos de Chile y Suecia a que retiren desechos tóxicos que fueron dejados en Arica en 1984.

«Las autoridades de Chile y de Suecia deben cooperar y tomar medidas urgentes para devolver los residuos peligrosos a Suecia de forma segura para su correcta eliminación», señalaron los expertos.

El grupo de relatores expertos en materia medioambiental, derechos humanos y salubridad, explicó que en 1984 la empresa sueca Boliden Mineral le pagó a una empresa chilena para poder verter 20.000 toneladas de residuos tóxicos de arsénico, mercurio, cadmio y plomo en Arica, generando problemas importantes en la zona hasta la fecha.

«Se calcula que 12.000 personas se han visto afectadas por los residuos y muchas han perdido la vida, entre los efectos secundarios de la exposición a los materiales están el cáncer, los dolores articulares, dificultades respiratorias, alergias, anemia, abortos y defectos de nacimiento», detallaron los relatores.

Además, señalaron que la naturaleza y el medioambiente también se han visto fuertemente afectadas por los materiales e incluso, los sistemas de agua potable que utiliza la comunidad.

Los expertos criticaron a las autoridades chilenas y a las suecas por no hacerse cargo del problema a casi 40 años de lo sucedido, y pidieron acciones urgentes para remover los residuos y enviarlos de vuelta a Suecia.

Asimismo, señalaron que se le debe proporcionar atención sanitaria adecuada a todos los afectados, reubicación y acceso a una vivienda adecuada que pueda garantizar las condiciones para una vida digna.

Los firmantes son los relatores especiales Marcos Orellana, sustancias tóxicas y derechos humanos; David R. Boyd, derechos humanos y el medio ambiente; Tlaleng Mofokeng, derecho a la salud física y mental; Balakrishnan Rajagopal, derecho a una vivienda adecuada; Mary Lawlor, situación de los defensores y defensoras de los derechos humanos; Felipe González Morales, derechos humanos de los migrantes; Olivier de Schutter, extrema pobreza y los derechos humanos y Pedro Arrojo-Agudo, derechos humanos al agua potable y al saneamiento. (Sputnik)

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