El imperativo determinante para la integración africana

Por Juvenal Urízar Alfaro, abogado, presidente de “Acción Global Sur”.

La Unión Africana está en una fase decisiva para poder relanzar sus proyectos en beneficio de sus zonas y territorios, reactivar su desarrollo con vías a una mayor integración, en espera de que la pandemia del Covid-19 se quede atrás.

Para ello hay que aclarar situaciones y sincerar posiciones en las estructuras de su Organización continental y no aferrase a una situación de comodidad ideológica, que no augura nada bueno para el futuro del joven continente, mientras es objeto de acecho de parte de las grandes potencias tradicionales como nuevas, que la están infiltrando para poder beneficiarse de su potencial actual y futuro, manteniéndolo en sus divisiones históricas.

El 27 de julio de 2021, el Centro IMANI de Política y Educación, un grupo de expertos de Ghana, organizó un seminario en Accra sobre el tema: «El imperativo de la recuperación económica: cómo se puede resolver la cuestión del Sahara, fortalecer la integración continental de África».

El evento reunió a varias partes interesadas de Ghana y África occidental, incluidos destacados responsables políticos, expertos, académicos, líderes empresariales, representantes de grupos de expertos y la sociedad civil de Gambia, Ghana, Liberia, Nigeria y Senegal.

El seminario tuvo como objetivo debatir y discutir los desafíos actuales de la Unión Africana (UA) de manera objetiva, científica e imparcial, en un ejercicio altamente intelectual y basado en evidencia, con expertos creíbles y tomadores de decisiones influyentes. Con Accra como sede de la secretaría del Tratado de Libre Comercio Continental Africano (AfCFTA), las discusiones se centraron en los desafíos de la integración económica regional y continental, con especial énfasis en el papel de las comunidades económicas regionales. Los participantes subrayaron la urgencia de dicha integración y pidieron la plena implementación del AfCFTA y su protección contra cualquier estancamiento que obstaculice el ideal de integración del continente sobre el terreno, como se ha dicho, declaró y apoyó la UA.

El debate también se centró en cómo los callejones sin salida políticos, como el problema del Sahara, constituyen hoy un gran obstáculo para la integración económica de África. Los participantes subrayaron la necesidad de encontrar una solución realista y definitiva a esta vieja cuestión, que solo puede constituir un gran avance en la consolidación regional y continental de África, especialmente en el contexto actual, marcado por la urgencia inducida por las repercusiones económicas y sociales de la pandemia. La mayoría de los participantes consideraron la resolución de la cuestión del Sahara como un paso necesario para fortalecer la integración económica del continente, dada su dinámica actual marcada por la exclusividad del proceso de la ONU y la preeminencia del plan de autonomía marroquí como sincero, realista, creíble y solución política inclusiva.

En el contexto actual, marcado por la urgencia de la recuperación económica, para la unidad, la integración y la seguridad general del continente, el reciente incidente de Guerguerat demuestra la necesidad de superar callejones sin salida políticos y posiciones ideológicas improductivas. Analizada en detalle por los participantes, la obstrucción durante tres semanas por parte de los campistas liderados por el Polisario de una ruta vital y estratégica – que conecta Europa, Norte de África y África Occidental – puso en peligro a los países vecinos, la región y la seguridad económica de todo el continente. También destacó la importancia y el peso de la cooperación entre Marruecos y los países de África Occidental.
Además, los participantes discutieron las soluciones disponibles para la UA en pos de reequilibrar su posición sobre el tema y desempeñar plenamente su papel neutral para ayudar a promover una solución duradera a una disputa que ha obstaculizado el funcionamiento de la UA, así como la integración global del continente. Reconociendo la dinámica actual en torno a la cuestión del Sahara, los participantes destacaron que el proceso del Consejo de Seguridad de la ONU podría ser apoyado por la contribución de Ghana para alcanzar una solución final y realista, a la luz de su próxima condición de miembro no permanente del Consejo de Seguridad.

Si bien la integración económica representa una emergencia y un paso importante en la consolidación y el desarrollo de África, correría peligro si la UA no racionalizara su arquitectura institucional. Según los debates, la consolidación de dicha arquitectura requiere que la UA complete su reforma institucional y fortalezca su resiliencia frente a las agendas separatistas y secesionistas, que constituyen una amenaza real en muchos países africanos.

Los participantes consideraron que la admisión en la Organización de la Unidad Africana (OUA), luego su mantenimiento por parte de la UA, de una entidad no estatal, que desde entonces ha sido solo una fuente de obstrucciones y divisiones, es un ejemplo vívido hasta el día de hoy.

Según los participantes, la UA debe corregir este «legado engorroso» y este «error histórico». Por tanto, la suspensión, o incluso la expulsión, de la «RASD», grupo armado que no tiene los atributos de un Estado soberano, no debe considerarse un tabú ni un objetivo inalcanzable. Su logro no pretende ser una ambición exclusivamente marroquí, sino una ambición que empuja a los Estados africanos a poner fin a las divisiones superfluas y a detener la instrumentalización de una organización que supuestamente sirve a un ideal y un objetivo panafricano.

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