Aceleran evacuaciones de Afganistán pese a temor a más ataques tras masacre de ISIS en Kabul

Decenas de combatientes talibanes, con armas pesadas, patrullaban una zona a unos 500 metros de la estación aérea para impedir que la gente pudiera pasar más allá.

Los vuelos de evacuación de Afganistán se reanudaron hoy en medio de temores a nuevos atentados, un día después de que milicianos del Estado Islámico (EI) mataran a más de 100 personas, incluyendo 13 soldados estadounidenses, al atacar con bombas y fusiles a miles de afganos que huyen del país tras su toma por los talibanes.

Estados Unidos volvió a advertir que aún había «amenazas específicas y creíbles» de más ataques como el de ayer en el aeropuerto de Kabul antes del próximo martes, fecha fijada por el presidente Joe Biden para completar la retirada de las tropas de su país de Afganistán tras su derrota con los talibanes en los 20 años de su guerra más larga.

Mientras los llamados a las plegarias del viernes resonaban desde las mezquitas de Kabul y se mezclaban con el rugido de los aviones que partían del aeropuerto, la ansiosa multitud agolpada en las afueras era tan grande como en todos los últimos días desde la caída de Kabul en manos de los talibanes, el 15 de agosto.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos dijo hoy que aún había 5.400 personas dentro del aeropuerto y que continuará sus evacuaciones por aire «hasta el último momento», al tiempo que aclaró que ayer hubo solo un atacante suicida -y una sola explosión- en una entrada del aeropuerto, y no dos como había dicho inicialmente.

Decenas de combatientes talibanes, con armas pesadas, patrullaban una zona a unos 500 metros de la estación aérea para impedir que la gente pudiera pasar más allá.

Se espera que muchos otros afganos salgan del país por sus fronteras terrestres, y el organismo de la ONU para los refugiados (Acnur) dijo que este año podría haber medio millón más de refugiados afganos «en el peor escenario».

La cifra de víctimas por los ataques se elevó hoy a al menos 97 afganos muertos y 160 heridos, informó la cadena de noticias árabe Al Jazeera, que citó a su corresponsal en Kabul.

El canal de noticias estadounidense CBS News cifró los muertos en 170 y en 200 los heridos, citando a una fuente del Ministerio de Salud del depuesto Gobierno afgano.

Estados Unidos dijo ayer que 13 de sus soldados también murieron y 18 resultaron heridos en el atentado, la mayor pérdida militar estadounidense en Afganistán desde agosto de 2011.

El Reino Unido informó hoy que entre los muertos hubo dos británicos y el hijo de un ciudadano británico.

Los ataques fueron reivindicados por la rama local del EI, el grupo yihadista nacido en Siria e Irak que en Afganistán se ha nutrido de extalibanes con una visión más extremista del islam que la milicia afgana.

Autoridades militares de Estados Unidos, que esperan que los ataques del EI «continúen», había dicho ayer que los atentados en el aeropuerto fueron perpetrados por dos atacantes suicidas del EI y por otros que abrieron fuego con fusiles, pero hoy se corrigieron y dijeron que hubo un solo atacante suicida y una sola explosión.

En el peor momento desde el inicio de su mandato, un conmovido Biden prometió ayer «perseguir» a los autores del ataque y hacerles «pagar» sus consecuencias.

En Kabul, Abdul Mayid era uno de las decenas de angustiados afganos que recorrían hoy hospitales en busca de sus seres queridos.

«Mi hermano quería irse al extranjero. No sé si pudo entrar finalmente al aeropuerto o no. La explosión ocurrió cuando avanzaban hacia la entrada», dijo a la agencia de noticias AFP.

Los talibanes, a través de su vocero, Zabihullah Mujahid, condenaron «firmemente» el ataque.

En Nueva York, el Consejo de Seguridad, el máximo órgano de la ONU, instó hoy a la comunidad internacional «a cooperar activamente con las autoridades pertinentes» para llevar ante la Justicia a los autores del atentado.

La reconquista del poder por los talibanes en Afganistán de este mes llegó 20 años después de que su anterior Gobierno fuera derrocado por una invasión internacional liderada por Estados Unidos en el marco de la guerra «contra el terrorismo» lanzada luego de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en ese país.

Su regreso al poder ha aterrorizado a muchos afganos que temen represalias por haber colaborado o trabajado para las fuerzas extranjeros o que los talibanes vuelvan a imponer las draconianas medidas que caracterizaron su anterior Gobierno, cuando practicaron ejecuciones extrajudiciales y privaron de todo derecho a las mujeres.

Estados Unidos dijo ayer que más de 100.000 personas ya fueron evacuadas de Kabul, pero que unos 1.000 estadounidenses y decenas de miles de afganos todavía pugnaban por salir del país en uno de los puentes aéreos más grandes de la historia.

El atentado sembró el caos y la desolación entre los miles de afganos que se agolpan en el aeropuerto.

Videos difundidos en redes sociales reflejaban ese pánico: decenas de víctimas, muertas o heridas, tendidas en las aguas sucias de un canal de desagüe y rodeadas de socorristas desbordados. Hombres, mujeres y niños corrían en todas direcciones huyendo despavoridos.

La ventana de posibilidades de salir de Afganistán se está cerrando. Algunos países occidentales ya pusieron fin a sus evacuaciones, en parte para dar tiempo a Estados Unidos de completar sus propias operaciones antes de sacar a los últimos 5.000 soldados que tiene en Afganistán, el próximo martes 31 de agosto.

El Reino Unido dijo hoy que sus evacuaciones terminarán en horas. España e Italia pusieron hoy fin a las suyas, así como Francia, Alemania, Suecia, Nueva Zelanda, Australia y Noruega, muchos de ellos admitiendo haber dejado gente detrás, incluyendo unos 300 ciudadanos alemanes.(Télam)

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