Castillo aplazó decisión de cambiar de sede de Gobierno

El presidente de Perú, Pedro Castillo, comenzó a despachar hoy en el Palacio de Gobierno en Lima, también conocido como Casa de Pizarro, tras suspender “temporalmente” su decisión de trabajar en lugares alternativos para romper con “símbolos de opresión”.

El Canal N de televisión indicó que Castillo, quien asumió la Presidencia el miércoles, llegó al promediar la mañana al Palacio, aunque no especificó cuáles serán sus primeras actividades.

La Secretaría de Comunicación Estratégica había anticipado el domingo que el mandatario, quien despachaba en una edificación particular en la que además reside, estará en la Casa de Pizarro hasta que estén establecidas las condiciones para trabajar en otro sitio.

Según la Presidencia, esa decisión se tomó por “transparencia”, después de que portavoces de la oposición afirmaran que con la forma de trabajo propuesta no se puede saber con quiénes se reúne el jefe de Estado ni a qué dedica cada jornada.

Castillo, un profesor rural de izquierda sin antecedentes en la política, dijo en el discurso con que inauguró el mandato de cinco años que no usará la Casa de Pizarro porque representa esquemas históricos que es necesario desmontar.

El edificio lleva el nombre del conquistador español Francisco Pizarro, personaje fuertemente resistido por las comunidades andinas, de las que proviene el flamante presidente.

El lugar, señaló Castillo, será cedido al Ministerio de la Cultura –que pronto cambiará su nombre a Ministerio de las Culturas- para que monte un museo. Todo eso, en el marco de un nuevo enfoque que privilegia la reivindicación de las comunidades originarias, a las que pertenecen Castillo y su ministro del sector, Ciro Gálvez, otro campesino quechuahablante de izquierda que también fue candidato presidencial en las elecciones de este año.

El presidente, que salvo breves períodos siempre vivió en Puña, pequeño caserío del departamento de Cajamarca, en el que nació hace 51 años, no tiene sitio de residencia en Lima, por lo que vive con su esposa y sus dos hijos adolescentes en una casa que le cedió un pariente en una zona de clase media baja del distrito de Breña, cerca al centro de la capital, de casi 10 millones de habitantes.

La situación hace que los periodistas que montan guardia frente a la casa no puedan ver quiénes llegan de visita, lo que comenzó a generar suspicacias en la oposición de derecha, que, desde algunos sectores, asegura que está en marcha un plan para implantar el “comunismo”, a cargo del líder del partido oficialista Perú Libre (PL), Vladimir Cerrón.

Un dirigente de PL que no tiene una función específica pero suele permanecer junto a Castillo, Richard Rojas, dijo a los reporteros apostados frente a la cada que aún se está en proceso de “transición” y que recién terminado éste se decidirá en forma definitiva la cuestión del lugar de despacho y de la vivienda.

El vocero aseguró sin embargo que PL lleva una relación detallada de las reuniones del gobernante, por lo que sí hay un control.

Para la politóloga Alexandra Ames, de la Universidad del Pacífico, la falta de una sede fija sí crea problemas de transparencia. Además, no se podría justificar el que se tome en alquiler otro edificio y que se traslade allí a personas que deberían trabajar en el Palacio, por lo que consideró que lo más práctico sería que el presidente desista de ese gesto simbólico.

El domingo, además, algunas personas que participaban en una manifestación “contra el comunismo” en el relativamente próximo parque Campo de Marte intentaron llegar hasta la casa de Breña, lo que obligó a la Policía a adoptar medidas de seguridad especiales en una zona que no está preparada para eso.

La Casa de Pizarro, un edificio neobarroco que se levanta frente a la principal plaza de Lima, ha servido desde décadas atrás de despacho y eventual residencia para los presidentes. El único que cambió por largos períodos esa situación fue Alberto Fujimori (1990-2000), quien durante buen tiempo trabajó y vivió en el Cuartel General del Ejército.

En la Casa de Pizarro funciona además la Presidencia del Consejo de Ministros, cuyo titular, Guido Bellido, sí la utiliza. Incluso, ya sostuvo una reunión allí con la bancada parlamentaria de PL y mañana hará lo mismo con los congresistas del partido Acción Popular, de centroderecha.

Bellido pretende reunirse con todas las bancadas para dialogar respecto al momento en que, a más tardar en 30 días hábiles, contados a partir del jueves pasado, tendrá que presentarse en el Congreso para pedir un voto de confianza, trámite sin el cual ni él ni su equipo podrían seguir en funciones.(Télam)

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